Un viaje de verano, cuyo objetivo es cambiar de ambiente para conocer lo que hay en otro lugar desconocido, y en el que predominará la diversión. Sin embargo, toda diversión trae consigo un resultado. Este puede ser positivo como negativo, que afect...
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🇧🇷
○Sooyun○
Desperté alrededor de las 12 del mediodía, debido a una llamada telefónica. ¿Adivinen quien irá a trabajar un sábado por la tarde? Si, yo. Lo único que me mantiene contenta acerca de este trabajo extra es que me pagaran aparte de mi sueldo semanal.
Me paré vagamente de mi cama, caminé hasta el baño y me lavé los dientes. Al terminar salí hasta la cocina, no sin antes echar un vistazo al dormitorio de Soomin. Dormía profundamente. Necesito hablar con ella antes de que llegue la hora de irme a trabajar. Y por lo borracha que estaba dudo que despierte por ahora. Así que decidí cerrar su puerta de un tirón, y prácticamente corrí hasta la cocina, para que no note que fue mi culpa.
Al llegar a la cocina me preparé un sándwich. Al recordar esa escena de anoche no pude evitar enojarme. Y para ser sincera no se quien me tiene mas enojada, si Soomin o Jaebum.
Escuche unos pasos vagos detrás de mi. ̶ ¿Despertaste? ̶ Pregunté mientras dejaba el sándwich sobre el plato, y me daba la vuelta para enfrentarla.
—Soy un Zombie andante, ¿no ves?—Contestó con los ojos casi cerrados, y su voz muy ronca.
—Come eso.—Dije empujando el plato del sándwich que supuestamente preparé para mi, pero ni una mordida le di.
—No quiero comer nada. Mi estómago ya está lo suficientemente horrible.— noté que hizo un gesto de desagrado.
Saqué una botella de cerveza del refrigerador, y al cerrarlo la miré con mucha seriedad al ponerla junto al plato con el sandwich.
—Tienes una gran resaca. Necesitas comer un poco de grasa para que te mejores. Así que comete ese sandwich, tomate un vaso de cerveza y vete al baño a tirarlo todo por abajo.— me miró con el ceño fruncido.— ¿Qué esperas? Come.
—¿Se puede saber por qué me hablas de esa manera?
—Anoche llegaste vuelta un asco, Soomin. No sé qué diablos pasó entre tú y Jaebum, qué hicieron ni cómo llegaste a ese estado, pero puedo imaginármelo. —Le reproché mientras cruzaba mis brazos.
—No pasó nada. Sólo nos divertimos.
Si claro... y yo nací ayer.
—Apenas podías mantenerte en pie cuando llegaste. ¡Y sola! Ni siquiera se dignó en traerte. ¿Cómo pudo Jaebum dejarte llegar a ese estado que estabas, y ni siquiera traerte?—Exploté. —¡Estamos en Río, Soomin, en un lugar super turístico y donde los delicuentes hacen muy bien sus jugadas! No estamos en nuestro vecindario súper seguro de Chicago, estamos en un callejón que por la noche está completamente oscuro. ¡Eran las cinco de la mañana y una joven chica estaba casi inconsciente! ¿Sabes cuántos borrachos andan por aquí a esa hora? ¡Te pudieron haber asaltado, o peor, violado y matado!
