Un viaje de verano, cuyo objetivo es cambiar de ambiente para conocer lo que hay en otro lugar desconocido, y en el que predominará la diversión. Sin embargo, toda diversión trae consigo un resultado. Este puede ser positivo como negativo, que afect...
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○Sooyun○
Eran alrededor de las 10:00pm, ya se acercaba la hora en la cual me encontraría con Yugyeom para salir.
Estaba de frente al espejo, terminando de arreglar mi pelo. Llevaba el pelo suelto, un vestido negro corto bastante escotado y un maquillaje ligero con un pintalabios oscuro y unos zapatos altos.
Salí de mi cuarto y en eso vi a Soomin saliendo del baño.
―¿Con que te animaste a salir?
Ella no dijo nada sólo asintió.
―Ya me voy. Cuídate por ahí, o quizás no.―Dije esta última parte con una sonrisa pícara.
Soomin, al escuchar esto, me arrojó lo primero que tocaron sus manos: un cojín. ―Sucia.
No pude evitar reír.
Soomin entró a su cuarto, y yo tomé mi bolso, para luego salir hacia donde Yugyeom y yo quedamos de encontrarnos: frente al supermercado.
Al salir del edificio caminé lentamente, pues la noche es joven, y no quiero irme a caer en estos tacones. Mientras mas me acercaba a la salida del callejón, noté una figura conocida. Claro. Era nada mas y nada menos que el papacito de Jaebum. Pobrecito mi Jinyoung, están a punto que pegarle los cachos por ahí.
Noté que se giró lentamente mientras me acercaba, y me dio una mirada desde los pies hasta la cabeza. —Cuidado con babear, JB.—Dije divertida, al detenerme frente a él.
—No soy el único que se divertirá esta noche, ¿eh?
Le guiñé un ojo. —Soomin se está terminando de arreglar. Se tardará unos minutos más. Diviértanse —palmeé su hombro, le sonreí rápidamente, y seguí mi camino.
Si que mi hermanita tiene suerte. A pesar de que sea gay o bisexual o lo que sea, está demasiado rico. Aunque no me quejo. Con quién saldré esta noche está bien rico también.
Al llegar al punto de encuentro noté que Yugyeom se encontraba apoyado de un auto, justo frente al supermercado. Caminé hasta alcanzarlo, y cuando llegué a él nos saludamos con un beso en la mejilla y un abrazo.
Entramos al auto, y tan pronto lo hicimos, partimos a nuestro destino.
Vaya que es guapo este chico.
Desde que mi hermana y yo nos colamos a esa boda, me mantuve en contacto con este chico. Hablamos mucho desde aquella noche, pero no nos habíamos vuelto a ver. Aprovechando que se va mañana, decidimos salir hoy.
―Que bella estás.―Dijo él quitando su vista de la calle, y colocar su vista en mi.
―Oh.―Dije sorprendida y dejé salir una risita.― Gracias. ―Sentí mis mejillas calentarse. ―Tu también estás muy guapo.
