XI

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Maratón 3/3

"El cordero"

Los cascos de una docena de caballos con jinetes y el carruaje real se aproximaban a la entrada del Castillo francés, la familia Real aguardaba visiblemente nerviosa en la sala del trono a la llegada de Sakura.

Sasuke se veía inquieto con Izumi a su lado, ella estaba inquieta y triste, la llegada de Sakura claramente significaba perder a su esposo si es que era posible perder lo que nunca se tuvo. Sus seis meses de matrimonio habían sido desafiantes.

Naruto estaba a lado de su madre, el salón se había llenado sólo con gente importante de la corte, por supuesto la Duquesa e Itachi también estaban ahí.

Del carruaje bajo Sakura, su vestido de un color Rosa pálido resaltaba sus ojos, era ajustado y su faldon no era amplio como habitualmente, adornados con brillos. Su corona media 6cm de alto, toda en pequeñas piedras de Diamante y su cabello iba recogido por completo.

Los tacones hacían eco en el largo corredor hasta la sala del trono.
Las trompetas habían sonado anunciando su llegada, se posicionó frente a la gran puerta de caoba.
Cuando las puertas se abrieron centro sus ojos en el Rey, por supuesto ambos compartían un acuerdo mutuo.

Los presentes reverenciaron por completo con forme ella avanzaba, no miro a nadie y su expresión no cambió, estaba sería, sin emociones.
Un inclinamiento ligero de cabeza bastó como reverencia, los Reyes al frente respondieron con el mismo gesto.

Sasuke no había despegado los ojos de ella desde el comentó en que las puertas habían revelado su figura, ello no paso desapercibido por Izumi que con el orgullo pisoteado se reverencio.

Sus jades se conectaron con el azul magnético de Naruto.

"Ojalá pudiera decir que me alegra verte, pero las circunstancias no me lo permiten" -Naruto le sonrió cómplice. - "Estas preciosa" - Ella colocó su mano sobre la de el. - "Haré todo por que seas feliz, pero no puedo prometer amarte" - Naruto beso su frente ante la atenta mirada de Sasuke - "Haré todo para que tu seas feliz, serás la única mujer que ame" - Lo miro estupefacta, esperaba que como la última vez ambos se prometieron no amarse. -" Se que amas a Sasuke" - Ella desvió la mirada.-"Ya no importar los detalles, nuestra boda es en dos días".

El rechinido de la puerta puso alerta a Hinata, Kushina no la había dejado en paz desde que la encerraron eso incluía un fiel acoso por los guardias, el vestido azul metálico ya era más color negro, desgarrado. Su larga cabellera estaba despeinada y sucia, sus bellos ojos perlas estaban acostumbrados ya a la penumbra de los calabozos, las ratas y alimañas rastreras eran el menor de sus problemas.

"Hinata" - no pudo evitar temblar, tenía mucho sin escucharla y verla, no desde que la habia atrapado montada en Naruto.

"Majestad" -Reverencio apretando los dientes, la odiaba, siempre fue así. Todo aquel teatro de la buena amiga llevaba años en eso, su madre le había enseñado a usar la belleza, su astucia y aprovechar la fachada de inocente con la que había nacido. Años viviendo de las sobras de una princesa tonta que nunca se percató cuando su madre enveneno al Rey, no existía ser más manipulable que Sakura cuya titiritera sería Hinata. Gloria para los Hyuga, eso creyó.

"Trataste de matarme, matar a tu Reina" - sus perlas se encontraron con unos jades enfurecidos - "Creí que eras mi amiga, por tu causa murió Hana"- Hinata negó - "Lo de Hana fue cosa de Kushina, Yo sólo actúe cuando creí haber ganado un trono" - Sakura camino hasta quedar centímetros cerca de ella - "Yo te habría perdonado si fuese por amor" - La abrazo, un abrazo lejos de ser reconfortante o expresar sentimientos.- "Cuando te decapiten estare a un lado del verdugo, tu madre fue estúpida al creer que saldría de ese agujero enviándote a ti" - La soltó y se alejó- "Voy a destruir todo lo que amas y tu no podrás hacer nada, no eres nadie y nadie recordará tu nombre o apellido cuando acabe contigo" - Todas esas palabras estaban cargadas de dolor, la herida punzante de haber abierto su corazón para Hinata, no era una tonta y sabía que su madre tuvo que ver con la muerte de su padre, pero ella decidió no culpar de sus pecados a Hinata, la acogió y amo como una hermana pensando que quizá ella no era como su madre.

Recordó con dolor el día que le rogó a Mebuki no matar a la madre de Hinata, que estúpida fue.

Cuando se alejó lo suficiente de los calabozos sus ojos ardían amenazando con liberar aquellas lágrimas que juro en Inglaterra no volver a derramar.

Sus pies se movieron solos y llegó a la estancia donde cuando niña eran sus aposentos. Comenzó a recorrer la habitación rozando con la yema de los dedos las paredes, ya no era una habitación de juegos, era un taller.

"Ya nadie sube aqui" - Era Sasuke - " Le pedí a mi padre me regalará estos aposentos para uso personal y no permito que ningún sirviente suba" - Aun seguía de espaldas a él, no había pronunciado palabras - "Se lo pedí por que este lugar seguía inundado de tu fragancia y sabía que era, es lo único que puedo tener". - Cuando se giró el estaba tres pasos detrás de ella, a lo largo de su "conversación" se había acercado peligrosamente.
Se miraron en silencio, grabando cuanto habían cambiado durante los meses que no se vieron, ahora el estaba casado con Izumi y ella desposaria a Naruto en poco tiempo.

"Te extrañe Sakura, no debería pero... " - las tres primeras palabras encendieron una chispa, se lanzó a sus brazos y lo besó, lo besó con pasión y necesidad, lo amaba, el la amaba y el mundo podía irse al diablo.

En menos tiempo del esperando ambos se habían despojado de sus ropas, Sasuke había lanzado al suelo las herramientas de una mesa y ahora tenía a Sakura encima de ella.
Entró en ella con necesidad, duro y rápido, Sakura no sintió dolor, sólo quería sentirlo, saber que era suyo, demostrar que era suya.

Jadeos, sudor, vaivén, la pasión podía olerse en aquella habitación, las uñas de Sakura se clavaban en la espalda de Sasuke y el sostenía sus caderas para embestirla cada vez más rápido.

"Te amo" -Entre tantos jadeos el volvió a expresarle su amor.

"Te amo tanto" -Logró responderle.
Ignorando un par de pupilas negras empeñadas, ellos seguían entregandose.

"Sasuke" -

"Sakura" -

Ambos gimieron el nombre del otro.

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