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SEGUNDA PARTE
Cada vez que decía que te amaba,
besaba la idea de nosotros juntos.┗━━━━━━ ☀️◦🎨◦📸 ━━━━━━┛
HABÍA ALGO QUE MI MADRE SOLÍA decirme antes de dormir, yo era una niña, así que no entendía mucho lo que significaba, pero ella insistía en compararme con una planta, la cual crecía y aprendía, alimentándose de la belleza, y dando forma a mi vida en una obra de arte. Decía que el sol me acarició, y que el suelo en el que planté mis raíces era en el cariño, y que de repente encontrar la belleza en mí se hizo tan natural como el círculo de la vida. Confié ciegamente en sus palabras, pensando que si ella había visto eso en mí, Nate igual lo llegaría a ver, pero eso nunca ocurrió.
Nunca me sentí mal por enamorarme de él, después de todo era algo inevitable. Mi padre, Barnaby, me contaba que conoció a Asher Rudd inclusive años antes de conocer a mi madre. Asher y su familia nunca se perdió el nacimiento de una Ainsworth, cuando era adolescente eso me ponía muy feliz porque significaba que Nate y yo nos conocíamos desde que nacimos, dado que él solo es cuatro meses mayor que yo, era como un punto a favor de nuestra gran amistad. Tengo recuerdos de mi infancia asistiendo cada domingo a la casa de los Rudd, para jugar con sus hijos mientras nuestros padres platicaban, recuerdo que consideraba a Nate muy divertido, por eso éramos mejores amigos, nos hacíamos reír mutuamente. Luego de un tiempo, asistíamos con más regularidad a la casa de los Rudd, ya no solo los domingos, pero solo mis hermanas y yo, de pequeña nunca me desconcertó, fue hasta la adolescencia cuando entendí que mis padres nos dejaban para ir al hospital, porque mi madre tenía problemas de corazón. Cuando ella murió, yo tenía siete años, era pequeña pero lograba entender lo que significa muerte, fue un poco más difícil explicárselo a Ivy, ella solo tenía cuatro años y todos sabíamos lo importante que era una madre para un niño de esa edad. Delila tuvo que asumir el papel de madre, al ser la más grande de las tres, no era mucho lo que una niña de diez años podía hacer por nosotras, pero el mínimo soporte nos bastó. Tuvimos la suerte de que Tabatha, la esposa de Asher nunca se negó a cuidarnos, así que de asistir regularmente a casa de los Rudd pasamos a ir todos los días después de la escuela hasta que nuestro padre saliera del trabajo. No era mucha molestia porque todos asistamos a la misma institución, exceptuando a Ivy que en ese momento aún no tenía edad. Todos estos sucesos contribuyeron a que mi amistad con Nate creciera aún más.
Durante mi adolescencia recordaba la forma exacta en la que él decía mi nombre, ya sea como un reproche, un grito de ayuda, en medio de una carcajada o inclusive como un saludo, se reproducía constantemente en mi cerebro, como si me despertara con mi canción favorita de alarma, de solo pensar que sus labios se movían para formar cada sílaba que componía mi nombre y que quizá él se tomaría el tiempo de decirlo otra vez, era más de lo que podía pedir. Nunca creí que fuera algo malo pensar así de mi mejor amigo, quiero decir; yo no tenía ni idea de lo que era el amor en ese entonces. Fue hasta séptimo grado cuando hablando con mi mejor amiga, Callie, me hizo entender que yo pensaba en Nate de una forma más allá de amistad.
— ¡Nate te gusta, Jalander! —ella había dicho, después que yo le explicara que Nate me hacía sentir extraña, no le hubiera creído pero yo misma me sentí embelesada de la idea de caer enamorada de él.
Cuando entramos a la secundaria, Nate y yo descubrimos el salón de pintura de la escuela, no íbamos a tomar ese taller hasta décimo grado, pero amábamos ir ahí después de clases, por ventura saltarnos una que otra clase aburrida para ir a admirar aquel cuadro enorme que representaba una puesta de sol en la playa. Nate amaba esa puesta de sol, yo amaba ver como su rostro se iluminaba frente al cuadro.
Un día, mientras estábamos en el salón vacío de pintura, Nate se encontraba de pie frente a la pintura, admirandola tanto como podía, yo estaba sentada unos metros detrás de él en el piso, admirandolo a él. Callie me había animado a decirle a Nate que me gustaba, así que estaba buscando las palabras correctas cuando Nate interfirió mis pensamientos:
— ¿Por qué las puestas de sol no se ven así cuando les tomo foto? —preguntó, ni siquiera volteó a verme, él simplemente soltó la pregunta al aire sin esperar que alguien contestara, pero como su mejor amiga sentí que no podía defraudarlo.
— ¿Has tratado de tomar una foto de una puesta de sol con una cámara mala? —él giró sobre sus pies, para intentar entender mi punto—, Luce terrible. Lo que quiero decir es que podrá ser la más bonita puesta de sol que alguna vez has visto en tu vida y la foto será asquerosa. Eso no significa que la puesta de sol no te haya robado el aliento, solo significa que tu cámara no puede contener su belleza.
—Siempre sabes que decir, Jal. —carcajeó sin mucha complicación—, ¿Barnaby te ha dicho que nos vamos a la playa en vacaciones de verano? —negué en respuesta, no tenía ni idea—. Lo lamento, he arruinado la sorpresa por desesperado. Es solo que estaba pensando que veremos muchas puestas de sol bonitas y tú eres muy buena tomando fotos, quizá podrías tomarme una foto con una puesta de sol de fondo, la atesoraría por siempre, Jal.
Mis labios tiemblan sabiendo que lo que estoy por decir es una tontería, pero no me detengo—: Me gustas. —balbuceo, mi mirada no se despega de su cara, puedo ver el horror en sus ojos, así que me atrevo a intentar repararlo—. Me gustas para fotografiarte, ya sabes, ¿no? —el tono vacilante en mi voz se escapa—, Tus rasgos son proporcionales.
Nunca voy a olvidar la cara de alivio que puso después de eso, debí de haberme dado cuenta de que esa era una señal para dejar de ilusionarme, pero nunca le hice caso a las señales.
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𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗜𝗦 ━━━ paul rudd
Short Story𝖂𝖍𝖆𝖙 𝖑𝖔𝖛𝖊 𝖎𝖘 | ❝Había algo que mi madre solía decirme antes de dormir, yo era una niña, así que no entendía mucho lo que significaba, pero ella insistía en compararme con una planta, la cual crecía y aprendía, alimentándose de la belleza...