𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗜𝗦 ━━━ paul rudd

Capítulo 5

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SEGUNDA PARTE
Cada vez que decía que te amaba,
besaba la idea de nosotros juntos.

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CON EL PASO DEL TIEMPO, estaba tan desesperada por romance que me encontré a mí misma cayendo en el amor con extraños, porque quizá íbamos a morir solos, pero no teníamos que vivir solos.

Conocí a Tanner a los dieciséis años, era ese chico sobre el que la gente escribía poemas de amor, sus ojos brillaban como galaxias cada vez que me miraba, tenía una sonrisa encantadora. Era como una obra de arte, tenía un alma tan pura y yo me sentía tan triste porque no todos podían apreciar algo así, incluyéndome. Quería a Tanner, realmente lo hacía, pero nunca me haría sentir los fuegos artificiales en mi corazón que Nate causaba en mí. Empecé a cuestionarme de si hacía lo correcto al salir con Tanner cuando ambos hermanos Rudd mostraron cierta molestia hacia mi persona, pensé que eran ideas mías que estaban enojados conmigo, pero ese verano, en la playa, Nate explotó contra mí.

Era algo que no podía evitar, hablar de más. En la playa conocíamos gente y yo nunca paraba de hablar sobre lo increíble que era Nate y como éramos mejores amigos, en veranos anteriores a Nate nunca pareció molestarle que yo contara sobre la foto vergonzosa que nos tomaron a los cuatro años o sobre lo mucho que odiaba que revuelvan su cabello negro.

— ¡Cierra la boca de una vez, Jal! —había gritado Nate en medio de la fogata, me sentía humillada.

—Pe-pero no he dicho nada malo, tu amas esta historia Nate... —traté de decir, pero su mirada bastaba para saber que en esos momentos, me odiaba.

Y como siempre, sin pedirlo, Paul se había escabullido hasta donde yo estaba, solo para abrazarme y recordarme que "Nate solía hablar sin pensar" y que su hermano me amaba muchísimo. Yo lo sabía, pero no me amaba en el mismo sentido que yo lo amaba.

Cuando anuncié mi relación con Tanner en un típico domingo con la familia Rudd, Nate básicamente me arrastró a la cocina, para interrogarme sobre el asunto.

—Oh por dios, Nate. Me estás lastimando el brazo —me había quejado con tal de que me soltará.

— ¿Realmente estás saliendo con Tanner Clippard? Es un estúpido en potencia, Jal. —exclamó sacudiendo nervioso su cabello, Nate no lucía muy bien.

—Lo estoy, él me hace feliz, Nate. —mentí, lo repetiría las veces posibles hasta que yo misma me lo creyera.

Nate parecía bastante triste ante mis respuesta—: Oh mi querida Jal, se feliz sin razones. Cuando eres feliz por alguna razón en especial, tienes un problema, porque esa razón te la pueden quitar en cualquier momento. No quiero que ese chico le rompa el corazón a mi mejor amiga, es todo. —ahí estaba de nuevo, la palabra que limitaba nuestra relación, por un pequeño momento había creído que Nate sentía algo por mí, pero decidí que no me dejaría llevar por mis ilusiones de nuevo.

Llegué a tener esperanza que lo mío con Tanner funcionaria, ambos éramos de hogares rotos y no sabíamos realmente cómo era el amor, así que intentamos darle forma juntos. Él besaba mis labios y me decía que era hermosa, yo como una tonta creí cada palabra que él dijo, sin dudar ni un momento. Pero yo sabía que Tanner no se tragaba el cuento de que le quería, cada vez que me veía a los ojos sentía miedo, porque mientras yo veía un perfecto conjunto de estrellas colisionar en gloriosas constelaciones, sabía que en mis ojos solo reflejaba un aburrido café, porque eso era lo que realmente causaba Tanner en mí, absolutamente nada.

Llevamos nuestra farsa a otro nivel, cuando al año de noviazgo (sin planearlo) habíamos tenido nuestra primera vez juntos, él fue gentil y todo salió bien, pero estaba tan desesperada por sentir algo que aun así, tan hundida en lo recóndito de lo sucio, no sentí ni el más mínimo vuelco. Pero traté de fingir muy bien cuando Nate me pidió detalles, lucía tan feliz por mí. En un año parecía que había logrado aceptar bastante bien mi relación con Tanner, sé que eso debía hacerme feliz, pero una pequeña parte de mi deseó que Nate pudiera darse cuenta de que me amaba al verme con alguien más.

—Estoy tan feliz por ti. —recuerdo que dijo, sujetaba mis manos con cariño y me miraba a los ojos mientras me sonreía tiernamente.

Recuerdo verlo dejar su habitación para ir por algo de comer, Paul  se escabulló momentos después, me pareció divertido que no quería que su hermano supiera que estaba ahí.

—No debiste hacerlo con Tanner —soltó de golpe, dándome a entender que había escuchado la conversación—, no lo amas, podrás engañar a Tanner y al mismísimo Nate, pero me doy cuenta de cómo lo miras.

— ¿Cómo lo miro?

—A Tanner lo miras de la misma forma que me miras a mí, con cariño. Pero a Nate; lo miras como si el pusiera las estrellas en el cielo, Jalander.

Era cierto, nunca dejé de amar a Nate. Lo confirmé meses antes de la graduación, mi mejor amigo me contó que él y Zara habían tenido relaciones y que planeaban ir juntos al baile. Yo nunca quise llevar a Tanner al baile de graduación, porque Nate me había prometido años atrás que iríamos juntos, como mejores amigos. Esa noche bebí muchísimo, era fácil hacerlo cuando Paul pedía los tragos por mí. Algo en mí me decía que no debía ir llorando con Paul cada vez que Nate me rompía el corazón, pero Delila ya trabajaba fuera de la ciudad e Ivy era demasiado fría como para comprenderme, eso limitaba mis posibilidades al hermano de mi mejor amigo.

Él siempre estaba disponible cuando le llamaba, tampoco era que le estuviera arruinado otros planes y siempre era muy divertido pasar tiempo a su lado.