{Capítulo 2}

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Perséfone corrió escaleras abajo apenas escuchó pronunciar el nombre del joven rubio. No le importó nada, ni lastimarse. Una vez que logró ingresar a la biblioteca, se abalanzó contra el pobre Alone, que no pudo defenderse; Perséfone lo besaba y estrujaba contra sí, hasta que casi lo deja inconsciente, las mejillas del rubio se veían escarlata, no solo por el lápiz labial, también por los mimos que una emocionada Perséfone le hacía. Hasta que llegó un punto que hostigó a Hades.

-mujer, deja respirar al chico -dijo Hades con tono serio. Alone se tuvo que sentar para recuperar el aliento y Perséfone lo fulminó con la mirada.

-Déjame, hace mucho tiempo que no lo veo -dramatizó Perséfone sentándose junto al chico rubio -, se fue tan lejos.

-y a mí, ¿me has extrañado? -preguntó Thanatos con una enorme sonrisa. Hades rodó los ojos.

-a ti ni quien te extrañe -respondió la pelirroja con cara de asco.

-tengo cosas que hacer -dijo Hades con fastidio -. Están en su casa, Alone, bienvenido y Thanatos no fastidies a nadie.

Hades se retiró de la estancia y se dirigió a su habitación. Se ducho rápido y se visitó un traje elegante. Mientras tanto, Perséfone persuadió a Alone para que los acompañé a la cena.

El trayecto el coche fue un poco incómodo para Sabah, ya que le tocó compartir el asiento de atrás con Alone; ella no suele socializar con facilidad, así que trató de evadir tema de conversación alguno con él.

Una vez llegaron al enorme edificio de diez pisos, bastante elegante y costoso, ingresaron a este por una alfombra dorada, el lugar estaba concurrido por una multitud y en la acera, cerca del arroyo vehicular se encontraba un grupo de reporteros de importantes revistas de sociales y periódicos de renombre; Hades no dudó en presentar ante la concurrencia a Sabah, como su hija y una de las personas que tienen gran significado para él, evitó toda pregunta que le resultará incómoda a la recién llegada Schwarz. Fue todo un acontecimiento. El evento se lleva a cabo en el lujoso restaurant que pertenece al hotel

Poco después arribó al lugar Sasha Sofía-Níki, acompañada por su hermano Tenma.

La cena transcurrió con calma, es un importante evento que recauda fondos para ayudar a niños y niñas en situación de calle, ancianos y mujeres que sufren violencia. Una labor muy noble que involucra a mucha gente y, quizá no todos tienen el mismo deseo de ayudar.

Después de servir el postre, Hades y Perséfone se dirigieron a saludar a unos embajadores que recibieron invitación. Dejando solos a Sabah y Alone, quienes solo se miraron y no se decían nada. Alone salió a tomar el aire, la sensación que le provoca Sabah lo está agobiando.

Poco después se acercó Sasha a Sabah, para acompañarla un rato; la joven de largo cabello lila se muestra muy interesada en charlar con la morena de ojos verdes, recién llegada a la ciudad.

-Hola -saludó a la joven de cabello negro. Se sentó en la silla contigua -, soy Sasha, me da gusto conocerte.

Sasha le sonrió, se mantuvo expectante y en la espera de que Sabah hablase.

-Mucho gusto -dijo Sabah mirando directo a los ojos verdes agua de la chica que le acompaña. Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, pero no la incomodó -, Sabah Schwarz-Weiss.

Extendió su mano hacia Sasha y ella no dudó en estrecharla, justo en ése instante, en el que sus manos tuvieron contacto, una chispa salió entre ellas -como un cable haciendo corto -, lo que las obligó a alejarse y solo se observaron sin saber que decir. Ambas se daban un suave masaje, sienten un hormigueo en la zona de contacto.

-Lo siento -Sabah se disculpó por lo ocurrido -, eso jamás había pasado antes -se lamentó la chica.

-No te preocupes -dijo Sasha para tranquilizarla -, seguro solo era estática -sonrió ella.

-Tal vez -respondió Sabah, no estaba convencida de eso y decidió ignorar lo ocurrido. Le devolvió la sonrisa -. Si no me equivoco tienes mi edad, ¿cierto? Yo recién cumplí dieciséis.

-Yo tengo quince -le respondió Sasha, entrelazando sus dedos sobre su regazo -, los acabo de cumplir.

-Soy mala calculando edades -rió Sabah mirando la decoración en el centro de la mesa.

- ¿a qué instituto irás? -Cambió de tema Sasha -, yo voy a uno privado, exclusivo de mujeres. Secundaria y preparatoria. Tiene gran reputación en la ciudad, quizá sea tu mejor opción.

Las jóvenes platicaron un buen rato, poco después se acercó Alone y también Tenma. Los cuatro salieron a una terraza y siguieron platicando, hasta que Hades buscó a Sabah con Alone, los llevó de regreso hacia el interior. Perséfone los esperaba en la mesa, Hades subió al estrado porque daría un discurso de agradecimiento.

Mientras eso pasaba, Perséfone explicó a Sabah que la familia Sofía-Níki eran dueños de una constructora y que son la principal competencia de Hades.

La cena concluyó ya entrada la noche, Sasha y Tenma se despidieron de Sabah.

Los Schwarz despedían a sus invitados en la puerta de entrada. Para no aburrirse, Sabah paseaba por el lugar, observando la final decoración. Cada mesa fue cubierta por un inmaculado mantel blanco, sobre el un mantel más pequeño y delgado cruzaba por el centro, sus puntas colgaban en triángulos invertidos, en el centro de la misma, un adorno con flores blancas y una vela del mismo color. En las paredes empotradas pequeñas lámparas de una tenue luz amarilla. Del techo colgaba un enorme candelero, de el emanaban adornos de cristal, que caían con gracia como una cascada. El piso era de mármol muy reluciente, se podía ver el reflejo en él.

Sabah se dirigió por uno de los pasillos hasta el lobby del hotel, se sorprendió porque este lugar era lo opuesto, estaba más iluminado. Las paredes blancas con adornos en dorado, el piso de mármol blanco, perfectamente lustrado, del techo colgaba un candelero más sencillo, la entrada era unas puerta de cristal con marco de madera, a su derecha un enorme mostrador de madera y tras este un hombre joven la miraba serio y pendiente de sus movimientos. Al lado la derecha del mostrador se encontraba el ascensor y a la izquierda unas escaleras de madera, cubiertas por una alfombra roja, la barandilla era de metal en color negro y adornos en dorado, que contrastaba bien.

Esa noche Hades y su familia se hospedaron allí, ya era tarde y no quiso hacer el trayecto hasta a casa.

Saint Seiya-tlc: SabahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora