Palpando el miedo

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Miro a Eliza, estaba pálida, tal vez igual de sorprendida que yo, las manos le sudaban, su cara era diferente, parecía haber llorado muchísimo, además de que se notaba que no había comido hacía algunos días.

-Ana...-dijo muy bajo-¿Cómo...

-Ni siquiera yo sé cómo-dije sabiendo que era una idea loca que yo pudiera sobrevivir a algo así.

-Wow, te felicito-soltó mi mano-yo... no he podido salir de aquí, aunque lo tendré que hacer-se puso junto a mí, rozando hombro con hombro, miro su habitación como sin saber quién pudo provocar ese desastre-pronto tendré que irme.

-Nos iremos juntas, lo prometo-me sonrió y le sonreí, era una forma de agradecerle a Aldi todo lo que hizo por mí.

Entonces volví a aquello días, no sé cómo explicar todo lo que siento cuando pienso en ello, él estuvo para mí, y yo tuve que insistir en algo que realmente él no me quería decir, estoy enojada e impotente, enojada conmigo porque no fui capaz de ser prudente, impotente porque quisiera volver el tiempo y arreglarlo todo.

Volví a donde estaba, Eliza mira su cuarto y parece pensar en algo que también la consterna.

-No puedes permanecer en un mismo lugar por mucho tiempo-me mira con el ceño fruncido-te puede hacer daño, es peligroso-solo yo pude entender lo que quiero decir con esas palabras, ella solo asiente con la cabeza.

-Me alegra tener compañía ¿Quieres comer algo?-lo dice como quien invita a comer algo a un amigo, por un momento me siento en aquel viejo mundo, me siento un poquito menos estresada, asiento.

*****

Comemos un poco de cereal con leche, estaban un poco pasados, pero puedo jurar que era lo mejor que he comido en mucho tiempo, me recordaba a aquel viernes cuando la noticia del virus apenas comenzaba y nadie se preocupaba, y entonces ¿Qué hubiera pasado si anunciaba a todos lo que decían en las noticias? ¿Hubiera hecho algo? ¿Habría más gente viva? Probablemente todos me hubieran tomado como una loca, entonces no sería la chica rara, sería "la chica rara y loca" pero ya no importa.

-¿Crees que si todos hubiera tomado más en serio este virus, habría más gente viva?-pregunto de repente, me mira unos largo minutos.

-No lo sé, tal vez si lo hubieran tomado en serio hubiera entrado en pánico y habría menos sobrevivientes.

Me rio un poco, tenía razón, la gente cuando lo tomaba en serio no actuaba, solo hacía más desastre, aunque no todos claro está.

-Pensaba que no sobreviviría ¿Sabes?-mueve la leche con la cuchara-No me sentía y no me siento capaz, tal vez pronto muera.

-Supongo que es normal, yo tampoco me siento capaz, lo gracioso es que antes de que todo esto pasara, la Eliza de antes hubiera dicho que sería muy valiente y sobreviviría, y aquí me tienes entre todos estos muertos y temblando de miedo.-sonrie tristemente, tal vez extrañando el antiguo mundo donde todo podía girar a su alrededor.

-Pero viva-trato de animar.

-Hasta ahora.

-No podemos pensar tanto en el pasado, tampoco en el futuro, eso produciría nuestra muerte en el presente.

-Tienes mucha razón.

Platicamos mucho más, hasta que oscurece, vamos a su cuarto, y arreglamos un poco para dormir, me da un sleeping bag, al igual que yo, ella también se acuesta. Su ventana da a toda la ciudad, y también se pueden ver muchas estrellas, desde que todo esto empezó, la gente ya no usa su carro, lo que provoca que no haya tanta contaminación, por lo tanto el cielo lo hace ver, dejando verse más estrellas, imagino como una niña pequeña que una de ellas eran mis padres, que me cuidan, tal vez estan orgullosos de mí, al menos eso espero.

Cuando el miedo gobiernaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora