Ya había pensado antes de el poder que tenía sobre mí por mis acciones pasadas, pero ignoraba el comportamiento del Príncipe, mire al General fronterizo buscando una explicación, pero en su rostro solo había una espeluznante sonrisa.
Antes de que pudiera hablar el Príncipe salió corriendo del cuarto, apenas di dos pasos para seguirlo, las palabras de Reborn me detuvieron. Gire un poco para verlo y pude notar su fulminante presencia, el maldito estaba usando la voz en mi.
-Está confundido y asustado, no lo dejes solo otra vez o me encargare de colgar tu cabeza en las puertas de palacio. Ve Duque-
Salí de la habitación y busque su aroma por los pasillos. Ahí estaba, sabia a donde se dirigía , era muy obvio si me ponía a pensarlo, el mismo me había confesado del único lugar donde era libre en su totalidad. La biblioteca era una de las habitaciones más grandes del palacio, podría decirse que le sorprendió ver esa cantidad de libros reunidos, tres pisos llenos. Las grandes ventanas dejaban entrar la luz de la luna, casi como un manto sobre la silueta del joven príncipe. Me acerque despacio haciendo notar mi presencia ahí, el estaba en el suelo rodeado de libros, todos distribuidos. Tome uno para saber que leía, la biología de las clases. Era un libro sobre alfas y omegas, no quise seguir leyéndolo y lo deje donde lo había encontrado. Camine hasta estar frente a él, pero no me estaba mirando, casi parecía que ignoraba mi presencia.
-príncipe, ¿acaso se encuentra mal? ¿quiere que llame a alguien?- silencio, solo eso. Seguí insistiendo pero siguió ignorándome. Tal vez quería estar solo, pensé. Así que camine tranquilo a la salida.
Fue en ese momento en que sentí su suave risa, me volví a él buscando su mirada y cuando alfin me la dio solo extendió su mano a mi, la sostuve y lo ayude a ponerse en pie.
-Siento todo esto, no tiene nada de que preocuparse- por su voz y el ambiente que lo rodeaba era más que obvio que se estaba forzando. en ese instante todo lo que pude sentir fue frustración, de que me servía ser su caballero si aún no era capaz de ayudarlo con su carga.
-entiendo- él aún sostenía mi mano y cuando lo mire me di cuenta que veía el anillo que él me había obsequiado. Sus suaves dedos acariciaron el frío del metal y sonriendo volvió a hablarme.
-realmente lo siento, a pesar que prometí ser sincero con usted aún me es imposible.- su mirada viajo de mi mano a mis ojos para terminar en los libros que aún se encontraban en el suelo. Inclinándose recogió algunos, lo ayude un poco, ambos guardamos todo en su lugar en silencio. Y cuando terminamos me ofreció asiento en un cómodo sofá que se encontraba cerca. Al pasar los segundos el aún permanecía en silencio, cauteloso, podía jurar que casi tenso, tal vez quería hablarme sobre lo que sucedió en su habitación y no encontraba las palabras adecuadas, después de todo las palabras del general fronterizo aún no abandonaba mi mente.
-cuando cumplí 7 años mis padres me dejaron con un pariente lejano, el me crió y enseñó todo lo que sabía-al parecer su humor cambió ya que se notaba que estaba más relajado por su expresión. El príncipe que hasta el momento se mantenía alejado en otro sofá se acerco a mi y se recostó a mi lado usando mis rodillas como almohadas, admito que me sorprendió pero su cercanía me gustaba más de lo que podía atreverme a decir. Cuando lo vi cerrar sus ojos decidí continuar con mi relato, después de todo había prometido contarle mi pasado.
-a el le gustaban mucho los combates cuerpo a cuerpo y siempre decía que me sería de utilidad en el futuro, solía sermonear a todos todo el tiempo, siempre metiéndose en la vida de los demás. Lo único bueno en él era que era un buen peleador. Cuando por fin me dejó volver mis familiares más cercanos habían fallecido en un incendio, se que suena cruel para algunos pero no sentí diferencia en tenerlos o no en la mansión, mi madre rara vez me veía siempre estaba de viaje por otros países y a mi padre no le importaba si vivía o no, apenas y notaba que me encontraba, los sirvientes me dijeron que mi madre y mi padre habían recibido noticias de unos de sus amigos políticos, por eso se encontraban en la mansión cuando el incendio comenzó. Cómo viviría solo en la mansión a partir de ese momento los sirvientes decidieron renunciar, solo se quedaron cinco, y como nunca ensucio vienen a limpiar muy de vez en cuando. Cuando decidí ser guardia real conocí a sus hermanos los príncipes. Termine mi entrenamiento en la academia y me asignaron el palacio, pensé que me encontraría solo el resto de mi vida hasta que una mañana después de mi trabajo me encontré con cierto príncipe que al parecer solo conoce la palabra peligro. -
Su suave risa resonó en todo el lugar, pude notar que ya se sentía bien. Cuando terminó de reírse me miro fijo, y después de escucharlo hablar pude afirmar mi reciente conclusión, realmente no tenia ni la mas remota idea de lo a mi príncipe se le cruzaba por la cabeza.
Hola a todos, perdón por el retraso
Pero mi tablet murió y me las tuve que ingeniar para recuperar el archivo del capitulo
Espero que lo hallan disfrutado, dejen sus comentarios de que creen que le dice nuestro querido Tsuna a Hibari para descolocarlo tanto
Nos leemos otro día besos
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El Príncipe y sus caballeros
FanfictionRompiendo con las tradiciones el próximo Rey de uno de los países más importantes del mundo resulta ser un joven omega. Siendo elegido sobre sus dos hermanos mayores, ambos alfas excepcionales, el joven príncipe debe enfrentarse a la dura tarea de b...