Duque, quédese conmigo esta noche. -
Me quede quieto en mi lugar sin saber qué decir.
-¿qué?- traté inútilmente de leer el ambiente, pero no encontré rastros de nada, era como si me pidiera algo sin importancia.
-como dije, quédese conmigo- aun no le entendía, por más confianza que él me tuviera seguía siendo un alfa y él un omega, si alguien se llegara a enterar se esparcirían rumores sobre mi príncipe y como su caballero mi deber era evitar esos problemas.
-no-
Ambos se quedaron en silencio un momento, el príncipe y el duque siguieron mirándose sin apartar la vista ni un momento. El príncipe que aún seguía en el regazo del duque afilo su mirada y tomando la mano en donde se encontraba el anillo de la nube, jalo de ella provocando que el duque quedará a unos centímetros de su rostro. Y apresar de la cercanía de sus rostros él duque no movió ni un músculo. Por el contrario del príncipe que al ver que su caballero no tenía pensado hacer nada poco a poco lo fue soltando, dejando que tomara su posición anterior.
-no piense mal de mi duque, confió en usted, sé que no me hará nada, en quien no confió es en mi, yo no se que sucede, la razón por la cual actuamos así no la se, y si hay algo que no me gusta es no saber que pasa, la única cosa que al parecer tranquiliza un poco mi mente es saber que usted está cerca. Tal vez sean mis hormonas de omega, no se, y si emprendo el viaje en busca de mis demás caballeros y vuelve a suceder podría causarle problemas, no quiero que eso pase, por eso hasta qué encontremos otras solución quiero que se quede conmi... -
El golpe en la puerta de la biblioteca interrumpió las palabras del príncipe, éste enojado se paro y camino apresurado para ver quien se había atrevido a pasearse por su territorio, pero antes de llegar siquiera a tocar la puerta se asusto al oír el sonido de esa melodía. A gran velocidad el duque sujeto al principe por su espalda y pateo la puerta, esta al abrirse rebeló a Demon Spada, en esta ocasión siquiera esperaron a que el hablara, sin dudarlo ambos tomaron posición y dieron el primer golpe, pero contrario a los anteriores ataques en vez de evadirlos Demon los recibió todos, cuando lograron hacerlo retroceder un poco este sonrió de manera escalofriante, ninguno de sus golpes habían logrado siquiera lastimarlo. De un solo golpe Demon logro lanzarlos contra uno de los estantes haciendo que la mayoría de los libros cayeran sobre ellos.
Demon fue avanzando con tranquilidad a donde el príncipe y el duque se encontraban malheridos, Tsuna intento ponerse de pie pero al moverse sintió como sus músculos eran clavados por miles de agujas, giro su cuello buscando a su caballero, este por protejerlo recibió casi todo el impacto del golpe por eso al intentar levantar sus tonfas sintió un terrible dolor en sus hombros, ignorándolo completamente se lanzo a contraatacar.
La pelea comenzó. Hibari aunque sentía un gran dolor saco fuerzas para seguir de solo ver como su atacante miraba al príncipe. Pero aun así ningún golpe lastimaba al maldito.
Demon hagacho su cabeza y comenzó a murmurar para si mismo, Tsuna sintio como el ambiente cambiaba de forma brusca.
-no voy a dejar que te apartes de mi. No quería que fuera así, Primo, tu me obligaste, tal como en el pasado al parecer no haz aprendido nada, pero no te preocupes me encargare de recordartelo- con el chasquido de sus dedos hizo desaparecer al duque.
-¡¡¡DUQUE!!!- apesar del dolor que sus movimiento le causaban el príncipe encendió sus llamas del cielo y arremetió con todo, golpeó a Demon con una enorme fuerza brutal obligándolo a caer al suelo, tomándolo por el cuello estrello su rostro contra el suelo, pero en vez de oír sus gemidos de dolor resonó por el lugar su insoportable risa.
-eso, eso. Cuanto extrañe tus muestras de cariño, nu-fu fu fu fu, ahora dejame demostrarte cuanto te amo, mi cielo- esfumándose entre sus dedos Demon apareció justo detrás del príncipe, sujeto sus brazos y aplicándole una llave y guió toda su atención al delicado cuello del joven omega.
En ese momento los ojos de Tsuna se oscurecieron y perdió la razón. Sus llamas comenzaron a salir en grandes cantidades, el suelo del lugar comenzó a temblar, de un rápido movimiento lo obligo a soltarle y arremetió con todo contra Demon estrellándolo contra el suelo.
Demon pudo ver el rostro de enojo y desesperación que tenía en esos momentos el hermoso castaño, causandole mas enojo a él.
-¿tanto te duele perderlo? - su voz burlona desespero más a Tsuna que ya cansado de él comenzó a darle golpes en su rostro.
-¡regresamelo! ¡YA! - sus puños caían sobre el cuerpo debajo de él, pero no lograron causarle ningún daño a Demon.
En esos momentos ingresando por la puerta se encontraba Reborn que al sentir la gran cantidad de llamas que expulsaba su alumno corrió para ver qué pasaba, sus ojos viajaron al sujeto que se encontraba debajo del castaño y haciéndole una señal a su pupilo para que retrocediera sacó sus pistolas y disparo. Sus balas dieron en el blanco y por cómo se retorcía de dolor logró herirlo.
-Tsuna, el duque ¿dónde está?- al decir su preguntas vio que el castaño mordía su labio lastimándose y miraba con profundo odio a Demon, al parecer el miedo que le tenia se había transformado en odio, y al no encontrar al pelinegro era mas que obvio que ese sujeto tenia que ver en eso.
-muy bien, Demon ¿verdad? te voy a dar una oportunidad, le regresas su caballero a mi pequeño pupilo o uso mis balas para decorar toda tu frente, decide rápido que no tengo la virtud de la paciencia-
Sin tardar tiempo él Duque volvió a aparecer muy herido, al ver al príncipe a salvo junto a Reborn callo desmayado al suelo, en todo el salón se pudo oír el grito desesperado del príncipe Tsunayoshi.
Mil disculpas por la tardanza recién termino de escribir el capitulo, los parciales y festividades de mi ciudad me consumieron por completo. Tratare de subir el siguiente capítulo lo mas rápido que pueda
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El Príncipe y sus caballeros
FanfictionRompiendo con las tradiciones el próximo Rey de uno de los países más importantes del mundo resulta ser un joven omega. Siendo elegido sobre sus dos hermanos mayores, ambos alfas excepcionales, el joven príncipe debe enfrentarse a la dura tarea de b...