Año Nuevo, Vida Nueva

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Lo vi justo el 25 de Diciembre, el transporte era escaso, pero nuestras ganas de vernos eran muchas, así que nos reunimos e inflamados de pasión, decidimos buscar un lugar más solitario para expresar adecuadamente lo que sentíamos, lejos de las miradas y los juicios que la gente da a las parejas homosexuales.

Jamás antes había ido a un motel, así que, cual niño, sólo lo seguí. Él pidió el cuarto y pasamos a un edificio bastante viejo y feo, con una cama vieja y sucia. Fui a sus brazos en búsqueda de su protección y todo pareció más liviano. Tuvimos relaciones sexuales y estuvimos abrazados hasta que se venció el tiempo del cuarto y era hora de separarnos nuevamente. Sabía que no lo volvería a ver pronto, pero también sabía que él llamaría. Lo hacía seguido, y me gustaba escuchar su voz tras el teléfono.

En año nuevo lo vi en un parque cercano a la casa de sus papás. Él se veía feliz de que pronto terminaría el servicio, yo estaba dubitativo por lo mismo, no sabía qué sería de esta relación, sentía miedo de perder el naciente cariño. Fue un día bastante raro por los dispares estados de ánimo, aunque en mí quedó después la resignación de que sería lo que tuviera que ser...

Los reyes magos llegaron y trajeron a cada cual lo que se merecía. Él había sido cachado bebiendo alcohol con otros médicos en un centro de salud. Fueron denunciados y castigados según el delito. A días de terminar el servicio social, les cancelaron la labor. Lucharon incansablemente por evitar una pena tan grande a esas alturas, considerando su aceptación en la residencia... Pero todo esfuerzo fue en vano. La decisión había sido tomada.

Tendrían que volver a iniciar su servicio social si querían terminar la carrera. Y él tuvo que renunciar a su lugar en la residencia. Sí, yo esperaba seguir con él, pero no en esas circunstancias. De cualquier modo, la relación continuaría. Él regresó a vivir a casa de sus padres, por lo que era más fácil que nos viéramos. Nuestros encuentros eran más frecuentes aunque su humor no era el mejor.

Así, en un segundo, la vida cambia. Un día él se preparaba para iniciar su residencia médica y tras unas botellas de vino, al día siguiente tendría que volver a empezar su año de servicio... Dios sabe dónde, cuándo y cómo. Por mi parte, el par de clases de música que daba me ayudaban, el consultorio no era redituable, pero seguí al amparo de la casa paterna, con la idea de buscar un mejor ingreso que me permitiera seguir estudiando música, como había sido mi deseo desde el principio.

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