Confusión y Predicamento

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Una semana después de pasado su cumpleaños, mi cabeza estaba hecha bolas. No sabía qué hacer, qué sentir, qué pensar... Ese hombre, en tan poco tiempo me había conquistado, me había movido el tapete, había cimbrado mi mundo con su sola presencia... Pero también con su dulce sonrisa, con la liviandad con que ve la vida, con las muestras de afecto y de interés que realiza...

Confusión... Tal vez mi terapeuta tiene razón... Hay algo en él que no está bien, hay algo que no estoy viendo porque me estoy enamorando...

Pero de ser así, no pretendo ver nada más que no sea él, siento muy bonito estar en su presencia, siento el bienestar y el confort de alguien que está ahí conmigo...

La primera vez que dormí entre sus brazos, estábamos en el suelo, pasando frío y escuchando los ruidos de la fiesta, pero igual seguí sintiendo su abrazo durante el día siguiente... Cuando lo abrazo, es como si se congelara el tiempo, siento paz y me hace decir: "esto es bueno".

Y los fantasmas que hay detrás de todo esto son lo de menos, porque problemas siempre habrá, lo que es diferente esta vez, es la relación que estamos construyendo juntos, porque nos estamos conociendo con todo, con defectos, con miedos, con fantasmas y eso no nos aleja, sino que nos une más...

Pero la duda me sigue asaltando, ¿Qué será lo que hay detrás y que no he querido ver?

Pienso ser como mi parte delantera y él es lo que está detrás de mí, sin caer en jerarquizaciones, pues es como eso de "ser dos y uno a la vez" Al final, es probable que él me viva a mí como algo que está "detrás".

Y la melodía de fondo... Creo que es pasado... y el pasado es como el presente, es bonito y es feo, hay bien y hay mal... Pero no quiero que él sea mi pasado, tampoco mi futuro... no lo veo "como el hombre de mi vida" (así me dijo él a mí el Viernes)... Yo quiero que él sea mi presente hoy, el día de mañana y los días que se puedan.

Además, él suele ir por mí al salir de la escuela. Le gusta cargar mi violín cuando pasa por mí y vamos a visitar a la señora de las limonadas en el kiosco. Yo me siento extraño con la situación, con que alguien me ayude con mi instrumento que no pesa, con que la señora de las limonadas nos sonría con tan sólo vernos llegar y que él le haga bromas a la señora. Él parece un buen chico, él parece querer algo bien conmigo...

Hay dudas que de repente asaltan mi mente, pero también salta a mi mente la letra de una canción:

"Arriésgate... La vida no se puede detener"..

Un para de días después, platicamos acerca de lo que pasaba entre nosotros y sólo para formalizarlo, nos conferimos mutuamente el título de "novios", a sabiendas de que ya hacía días que en realidad nos habíamos comprometido a estar el uno con el otro.

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