[Libro #1 de la trilogía "ʜᴏʟʏ ɢʀᴀᴄᴇ"]
Grace está destinada a estar con él.
Dean está destinado a estar con ella.
No obstante, ninguno sospecha en lo más mínimo que los hilos del destino y sus vidas son manejados por fuerzas superiores a...
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|| El secreto de Colin Carter.
Sioux Falls, Dakota del Sur. 23 de julio de 1989.
Colin suspiró con pesadez al momento en que empujó la puerta de cristal, haciendo que una campanilla anunciara su llegada.
No le gustaba la idea de tener a Grace aprendiendo defensa personal. La mera idea de que alguno de sus enemigos –cada uno peor que el anterior– le revolvía el estómago. Sin embargo, y muy para su desgracia, su viejo amigo cascarrabias tenía la razón en algo: era mejor que Grace supiera dar pelea a quien fuera o lo que fuera en lugar de estar completamente indefensa. Y aunque las posibilidades de que alguien o algo descubriera la existencia de su sobrina e intentara ir tras ella eran demasiado bajas, no podía tomar el riesgo de continuar por la vida pretendiendo que eran inmunes a los peligros que su trabajo conllevaba.
De cualquier modo, no temía de sus enemigos, pues podría vencerlos hasta con los ojos cerrados si siquiera intentaran acercarse a Grace, pero desde la noche en que la atrapó a punto de entrar al sótano supo que si no le contaba el secreto familiar entonces ella misma terminaría descubriéndolo y, conociéndola, acabaría metiéndose en problemas. Eso, o los hermanos Winchester serían los responsables de que su secreto fuera revelado y entonces Grace los arrastraría a los tres a un lío de esos que solo ella podría causar.
Miró al techo por un momento y se preguntó si su hermano estaría mirándolo de vuelta, renegando por la vida que su hija tendría una vez que supiera del mundo sobrenatural.
—Definitivamente sí —bisbiseó para sí mismo al tiempo en que bajaba la cabeza y enfocaba la mirada en la risueña castaña de nueve años.
Las clases de artes marciales mixtas eran más económicas que las de karate o judo, (aunque no entendía por qué, si parecían todas la misma cosa), y ciertamente Grace lucía contenta allí, más que en sus clases de patinaje en hielo, lo cual le hacía sentir mejor aunque no los suficiente como para convencerlo de contarle la verdad sobre el por qué era importante que supiera defenderse. De momento, le dejaría creer que la única razón por la cual la metió a clases de artes marciales mixtas era porque alguien tenía que darle una lección a Bethany Claymore. Con algo de suerte la pequeña no haría nada que la hiciera merecedora de ser expulsada de la escuela.
