Cabello rojo, Lirios blancos

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- ¡Percy! – La señora Weasley salto del comedor para abrazar a su tercer hijo, el muchacho le devolvió el abrazo mientras mantenía una expresión serena en su rostro, sus ojos expresaban una felicidad tan inmensa que incluso los tíos Prewett supieron que algo extremadamente bueno había pasado durante la desaparición del chico.

Fueron más de dos horas las que fueron utilizadas por la familia Weasley mientras Percy se sinceraba con ellos, les hablaba de como se había dado cuenta de sus gustos, los miedos que guardaba respecto al rechazó de la sociedad y sus deseos de ser feliz con alguien... Que todos intuyeron silenciosamente que era Oliver, porque ¿De quién más podía enamorarse Percy si no era de Wood? Cuando la charla terminó todos cenaron en un ambiente agradable y se fueron a dormir en sus respectivas habitaciones. Ginny fue una de las últimas en acostarse pues se quedó horas hablando con Harry, al parecer el chico había entrado a un campeonato mixto de fútbol junto a su equipo, el último partido había sido contra un equipo del internado Ravenclaw, lugar reconocido por tener los mayores puntajes del país en pruebas de intelecto, y como dato extra Harry se había hecho amigo de la delantera de ese equipo, una asiática llamada Cho Chang.

***

Al día siguiente todos los planes de la familia Weasley se vieron trucados por la repentina lluvia que empezó a caer, incluso después de lavar todo lo que se ensucio en el desayuno y de perecear un poco la lluvia no cesaba ni un poquito. Los tíos Prewett y Charlie salieron bajo el diluvio con rumbo a la misma finca, perteneciente a un hombre grande llamado Hagrid que era un fanático de los animales salvajes, si no fuera ilegal tener criaturas exóticas ese hombre ya tendría una manada de cuanta bestia potencialmente peligrosa se le atravesara.

Gracias al poder del amor Bill llegó ileso hasta la casa de campo donde vivía su prometida, Fleur Delacour era una jovencita vanidosa que, según Bill, tenía un corazón enorme... Aunque para la señora Weasley lo único enorme que tenía esa francesa era su ego... Aun no la aceptaba del todo.

Fred había salido con la excusa de tener que hacer algo a solas, George sabía que iba a ver a Angelina, así que él simplemente se salió por la ventana cuando su madre no lo vigilaba y corrió rumbo a la libertad... Ósea, la casa de Lee Jordan.

Molly empezó a conversar con Arthur mientras Ginny mensajeaba con una emocionada Hermione que le hablaba de su viaje en Bulgaria donde estaba pasando tiempo con Viktor... Habían comenzado a salir. Ron había caminado silenciosamente hasta una ventana abierta y había sacado un pie por ahí cuando su madre descubrió su intento de escape - ¡Ronald Weasley! Vuelve aquí inmediatamente.

Nada más fue que Molly se levantará del comedor para que Ron se botara fuera de la casa, sintió que se lastimo el pie al resbalar con el lodoso suelo, pero el miedo de ser atrapado en plena fuga fue tan motivador que su cuerpo ignoro el dolor y lo hizo correr sin rumbo fijo hacía la seguridad de la mojada calle. Molly lo vio alejarse mientras las gotitas de lluvia se colaban por la ventana – Ya verá cuando vuelva, me va a escuchar.

***

Severus estaba sentado en la mesa de siempre en "Las Tres Escobas", la señora Rosmerta le había obsequiado un vaso de cerveza de mantequilla mientras esperaba a Ronald, el pequeño había caminado entre la lluvia para llegar hasta ahí; había dejado el libro de "Medicina natural" en casa para no mojarlo, lo que menos deseaba era arruinar su único libro y quedarse sin nada que leer en casa. Mientras tomaba un sorbo de su bebida Ronald entró al local todo mojado, la señora Rosmerta le lanzó una toalla desde el mostrador mientras le indicaba la mesa de siempre donde Severus le esperaba, el pequeño sonrió ampliamente al ver como su amigo se sentaba al lado de él – No pensé que vendrías.

- ¿Por qué? – Preguntó Snape mientras tomaba más contenido de su reconfortante bebida – Bueno, está lloviendo – Respondió Ron como si fuera muy obvio.

El niño ladeo su cabeza con cierta incertidumbre - ¿Eso qué tiene que ver?

- La gente se queda en casa cuando llueve – Aseguró Ron mientras la Señora Rosmerta le traía una cerveza de mantequilla.

- Tú has venido – Dijo Severus acomodando la toalla que tenía sobre los hombros – No te has quedado en casa.

Ron le iba a discutir cuando cayó en cuenta que sus pies le habían conducido a ese lugar inconscientemente, su cerebro ya registraba como una rutina pasar tiempo con el pequeño niño. El penúltimo de los Weasley le regalo una sonrisa a Snape antes de tomar un sorbo de su bebida, de verdad extrañaría mucho las tardes junto a ese niño cuando acabara el verano.

***

Los padres de Lee habían salido desde hacía un rato al pueblo vecino a recibir un encargo de pólvora, ellos trabajaban con esta en un taller de su casa creando pirotecnia casera que el pueblo compraba para los festivales y ese tipo de celebraciones, los gemelos Weasley y Jordan se robaban un poco de ese suministro para hacer algunos de sus artículos para bromas... Era peligroso, pero habían aprendido a manejarla como profesionales.

George estaba acostado en la misma cama que Lee, estaban metidos entre las sabanas viendo una película que pasaba el televisor que tenía el moreno en su cuarto. Hacía poco habían comido algunas chucherías que habían encontrado en la cocina antes de cobijarse juntos para evitar el frío que inundaba la casa por culpa de la lluvia - ¿Cómo van las cosas entre Fred y Angelina?

- Bien, supongo – Fue todo lo que respondió el Weasley mientras recordaba que Lee había salido con Angelina una vez hace mucho tiempo, el chico había intentado afirmar heterosexualidad saliendo con una chica, pero jamás llegó a disfrutar el contacto cuando estuvo con ella, ni siquiera llegaron a pasar de besos porque Lee simplemente no los disfrutaba, habían decidido terminar y quedar en buenos términos... Y ahora ella salía con Fred y Lee salía con George ¿Casualidad? Quizás.

- Lee – Llamó George mientras hacía contacto visual con el nombrado - ¿Qué?

- ¿Lo hacemos?

Ambos se miraron por unos segundos, la idea de tener sexo había llegado así, de la nada, muy repentina, tanto que Jordan recordó el día que George le pidió salir juntos, había sido exactamente igual, una tarde soleada así de la nada había dicho "¿Salimos juntos?" y pues él había dicho que sí porque ese tipo de oportunidades no se presentan todos los días.

- Pues si – Contestó el moreno mientras el pelirrojo le regalaba una pequeña sonrisa, esa había sido la misma respuesta que le dio el día que empezaron a salir... Quizás si había una pizca de amor entre ellos, una pizca que si cultivaban copiosamente se volvería grande y sólida.