—¿Qué crees qué estabas haciendo? —los ojos de Stephenie estaban alineados a los suyos, su mano aún en la boca de Mae. Mae ahogó un grito.
Apartó la mano de Stephenie de un manotazo.
—¿Qué está mal contigo? ¡Dios! Casi me matas del susto.
—¿Qué está mal conmigo? —repitió Stephenie con incredulidad— ¿Qué está mal contigo?
—¿De qué hablas? ¡Sólo caminaba y te dio por secuestrarme y darme un infarto!
Stephenie la fulminó con la mirada. Mae notó qué ella estaba furiosa; sus dientes comenzaban a ser afilados y sus ojos empezaban a tener un matiz oscuro. Pero, ¿Por qué estaba tan molesta? Además, ¿Qué demonios hacia ella en la escuela?
De repente, Mae se dió cuenta.
Palideció.
La había visto con Evan.
—Justamente hoy tenías qué antojarte de hablar con un humano. —gruñó Stephenie.
El corazón de Mae dió un vuelco.
—Yo no... ¡Sólo hablábamos! Y además, le dije qué se alejará de mí. Él es sólo un chico fastidioso qué no para de buscarme.
Eso no era estrictamente cierto pero, Mae sintió la necesidad de justificarse desesperadamente. Más qué para convencer a Stephenie, era algo qué ella necesitaba hacer por alguna razón.
—¿Crees qué eso le importa Angeline?
Mae frunció el ceño.
—¿Quién demonios es Angeline?
Stephenie puso los ojos en blanco y golpeó la frente de Mae. Mae hizo una mueca.
—¿Hola? ¡La supervisora de la Corte!
La muchacha parpadeó.
—¿Le vas a decir qué me viste hablando con un humano? —el tono de Mae salió más herido de lo planeado. No pensaba qué Stephenie fuera una chivata.
Los ojos de Stephenie volvieron a la normalidad. Pareció calmarse.
Sostuvo el puente de su nariz con el dedo índice y el pulgar.
—No necesito decirle. Ella lo vió.
Mae se paralizó.
Intentó decir algo pero nada salió de sus labios.
—¿Pero cómo...? ¿Por qué...? —preguntó, pero la Ondina la interrumpió.
—Quería ver al fenómeno de la Arboleda. No creo qué haga falta señalar qué eres tú.
Mae se ofendió.
—No soy un fenómeno. —protestó.
—Lo eres —afirmó Stephenie—. Y ahora eres un fenómeno qué rompe las reglas.
—¡No lo hago! ¡Ese estúpido chico me habló, yo no...! —Mae emitió un sonido de frustración —. ¿Qué se supone qué debía hacer? ¿Empujarlo y salir corriendo?
—Ignorarlo. Nunca antes habías tenido un problema para ignorar a un chico.
Mae retrocedió. Ese conocimiento le pegó cómo un puñetazo.
Era cierto. Ella siempre ignoraba a cualquier persona humana qué se le acercara. ¿Por qué a Evan no? ¿Por qué siquiera se molestaba a dirigirle la palabra?
—Cómo sea —dijo un poco borde. Ya no quería darle más vueltas al asunto de Evan—. ¿Por qué la supervisora querría vigilarnos?
Stephenie se sentó en unas cajas dispuestas en el cuarto. Suspiró.
—Supongo qué por morbo. Eres una clase diferente de Sierva, Mae. No es simplemente cómo qué va a darte por sentado y, sabes qué la Corte de La Madre Luna aún no supera qué te hayas negado ir a Italia para profundizar en tus habilidades o lo qué sea qué quería.
Mae enderezó los hombros. Su tono fue cuidadoso.
—¿Y qué es exactamente lo qué vio?
—Nada. Sólo observó cuando rizitos de oro te tocó el brazo. Luego se fue. No sé si sentiste algo frío en el aire. Era ella. Es una Onna.
—Ah, así qué era eso —murmuró Mae. Sorprendente. En la Arboleda, más qué todo, habían ondinas, nagas y rusalkis. Solo habían cómo unas cinco Onnas.
A Mae no le gustaban para nada las Onnas.
—Sí, era eso. Y te vio con el humano. Lo primero qué hará será contarle a las miembros del consejo.
Mae se sintió avergonzada.
—No lo hice apropósito, Steph-
La líder Amazona la cortó.
—¿Tienes algo con él?
La pregunta la agarró por sorpresa. Stephenie no era exactamente la reina de lo sutil, pero tampoco Mae esperaba qué fuera tan brutalmente directa. Lo cierto era qué a Mae no se le había cruzado la idea de ellos dos... saliendo o lo qué sea. Ahora qué Stephenie lo decía en voz alta, era algo totalmente horripilante para Mae.
Su voz salió más horrorizada de lo qué pensó.
—¿Qué? ¡No!
Los ojos verde grisáceo de Stephenie escrudiñaron el rostro de Mae.
—Más te vale qué sea cierto. Por ahora te pondré una pequeña sanción. Sólo para que Angeline no me mosqueé pidiendo qué te castiguen. No le des excusas para torturarte, por favor. No le caes exactamente bien a la Corte.
A nadie le caigo exactamente bien, pensó Mae pero no lo dijo.
—Tus pequeñas sanciones suelen ser terribles sanciones.
—Por algo son sanciones —defendió Stephenie. Luego la tomó del brazo con fuerza y confesó—. Me ha costado la vida no volverme a mi verdadera forma y romperte la cara.
Mae hizo una mueca ante la fuerza aplicada en su brazo.
—Siempre tan cariñosa.
—A tu orden, cariño —Stephenie abrió la puerta y soltó a Mae en el pasillo. Mae trastibilló un poco pero logró mantener el equilibrio. Otra vez Stephenie estaba en su modo madre-regañona y murmuraba con malhumor mientras intentaba cerrar la puerta del armario con el juego de llaves del conserje (a saber cómo lo consiguió).
Mae suspiró.
Ese día iba a ser muy largo.
No tan lejos de ella, logró escuchar la voz de Evan entre la multitud. Parecía hablar por teléfono. Mae hizo una mueca, porqué sabía que Stephenie lo podía escuchar también.
—Sí, sí. Estaré allí —decía él. Su vo vibrando más en los oídos de Mae conforme se iba acercando. Stephenie seguía probando con llaves distintas para cerrar la puerta.
Mae no soportaba la idea de cruzarse de nuevo con Evan. Sentía vergüenza, mucha, mucha vergüenza. Todo el malentendido con Stephenie, la supervisora, el tacto de él en su muñeca, era simplemente demasiado por un día. Impaciente, fue hasta dónde estaba Stephenie.
—Hazte a un lado. Yo lo arreglo. —murmuró.
Stephenie obedeció y le tendió las llaves, pero Mae hizo caso omiso de ellas. Sacó sus garras rápidamente y metió una en la cerradura. Bloqueó la puerta con facilidad.
Stephenie silbó.
—Vamonos ya. —gruñó Mae.
Pero una parte de ella, una parte ridícula y estúpida, pensó en la llamada de Evan.
Probablemente hablaba con una chica para ir a una cita.
No es cómo si le importara, de todos modos.
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Eclipse Lunar.
Fantasía« La Luna no perdona. La Luna no olvida. Y La Luna sangrará e irá por aquellos que la traicionaron. » ---- OBRA TOTALMENTE MIA, PROHIBIDA LA ADAPTACIÓN, DISTRIBUCIÓN O COPIA PARCIAL O COMPLETA DE ESTA. Registrada en Safe Security©