Prologo

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Michelle definitivamente no sabía que hacer. Desde el momento en que escuchó los fuertes golpes en la puerta de su casa sabía que algo malo iba a ocurrir.

Sabia que iba a ser víctima de algo atroz.... Lo sabía desde el momento en que sintió que la perseguían, lo sabía desde el momento en el que le llegó un mensaje de amenaza, lo sabía desde que comenzó a sentir miedo de salir a la calle o de quedarse sola en casa... como lo estaba en este momento.

Lo único que hizo cuando la puerta se abrió fue subir corriendo las escaleras y encerrarse en su habitación. Sabía que ella estaba en su casa, que había ido a visitarla a media noche con fuertes golpes en la puerta y que, ahora mismo, había logrado entrar a su casa.

Sentia su sangre hirviendo a cada minuto y su respiración se entre cortó cuando escucho los pasos subiendo la escalera lentamente.

Era inevitable, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.... Lágrimas llenas de miedo y de angustia.

Fue al final cuando escucho un leve golpe en la puerta de su habitación. Sabia de que ella estaba al otro lado de la puerta.

—¡Qué quieres de mí!

Su voz retumbó en casi toda la casa sin recibir respuesta alguna de la extraña que estaba al otro lado de la puerta.

—¡¡Dime qué quieres!!— grito Michelle mientras sus lágrimas resbalaban por sus mejillas, fue cuando una voz suave, delicada y leve le respondió con un tono macabro y escalofriante.

—Quiero jugar con ella.... Y quiero que tú seas mi juguete.

En ese momento, Michelle se quedo sin aire, la puerta se abrió de golpe y nunca jamás se volvió a saber de ella.

Mackenzie White (La Mente Maestra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora