Capitulo 4

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Salí corriendo en dirección al restaurante Smoque BBQ, Adam suele ir ahí en la hora del almuerzo con sus amigos de trabajo.

Tuve que tomar como siete buses, tres taxis, y un tren para poder llegar a donde él se encontraba (bueno tampoco)

Al llegar, entré lo más rápido que pude al restaurante y lo encontré sentado en una de las mesas a lo lejos con sus amigos.

Caminé en su dirección mientras esquivaba las mesas que aparecían en mi camino. Él me vió levemente sin reconocerme, pero antes de que pudiera dirigirse a sus amigos, volvió hacia mi al notar mi aparición.

—Mackenzie?!... Qué haces aquí?— Adam se vio sorprendido, era inusual que lo buscará durante sus horas de trabajo.

—Necesito que vengas conmigo ya mismo!!— Puse mis manos en la mesa y miré a Adam directamente a los ojos.

—Wow... Tranquila nena— comentó uno de los amigos de Adam mientras se reía— Al parecer andas en tus días..... Y por cierto, Adam no irá a ningún lado.

Voltié hacia el idiota y lo observé. Joven, bastante joven, no pasa de los 20 años. Aunque tuviera unos dedos largos y finos, descarté el hecho de que pudiera ser por utilizar mucho el teclado. Su hobbit se basa en algo mas complejo que apretar teclas. Tenía una camisa con un estampado de un videojuego, Call of duty. No tenía un muy buen físico para variar, eso significaba que su hobbit no tenía nada que ver con algún deporte o hacer movimientos fuertes.

Ya tenía suficiente información sobre el bastardo.

—Adam vámonos ya!

—Que no entendiste nena? El no irá para ningún lado con tigo.

Sentí rabia, aunque intente no demostrarlo, rápidamente me recogí las mangas y me acerqué al imbécil.

—Es mejor que cierres la boca chico gamer, probablemente es por eso que no te contrataron en el FBI, no haces nada más que jugar con un control en frente de una pantalla. Creo que es momento de que comiences a pensar en un futuro en vez de gastarles el almuerzo a los que, posiblemente, iban a ser tus compañeros de trabajo, los cuales, por cierto no te van a brindar un puesto en su oficina— gire mi cabeza hacia Adam mientras sonreía triunfante— ahora sí me disculpas... Nos vamos?

El chico se quedó boquiabierto al igual que todos los demás en la mesa, cosa que no me importó mucho porque ya lo sospechaba.

Di media vuelta y avancé hasta la salida del restaurante.

—Me puedes explicar que fue lo que pasó allá?— pregunto Adam mientras me alcanzaba.

—Le dije la verdad... Eso fue todo.

—Como rayos supiste que no lo contrataron para el FBI?

—Era obvio... Primero deducí que era un gamer, sus manos, su físico y hasta su camiseta lo dicen. El les estaba gastando el almuerzo a ustedes... Lo supe por el simple hecho de que el único que tenía la billetera en los bolsillos era él, los demás, incluyendote, suelen dejar sus pertenencias en sus oficinas, seguras bajo llave. Luego me fijé en su comportamiento... Les irradia a todos una fuerte confianza, eso siempre es por dos cosas, o son muy amigos, o quiere engañarlos. No podía ser la primera opción, ya que, les estaba gastando el almuerzo, eso es muy poco común en alguien que llevan años de amistad. Lo pudieron haber conocido ayer o antes de ayer, y él se acercó a ustedes por el hecho de que quiere abusar de su confianza....... La próxima vez Adam, observa bien a las amistades que quieres tener.

Hubo un silencio incómodo durante los 5 minutos que caminamos por la calle luego de haber soltado todo lo que tenía que decirle sobre aquel idiota.

Siempre he sido así, observó detenidamente las cosas hasta poder hallar respuesta de lo que quiero saber. Hasta hay veces que lo hago sin intención de hacerlo. Adam ya me conoce bastante y es uno de los que no le parece tan aburrido mi nivel de observación...... Así que él si me entiende.

—Bueno, ignorando lo que acaba de pasar..... A dónde me llevas?— Adam aceleró el paso para quedar al frente mío.

Yo metí la mano en el bolsillo de mi abrigo y saque el collar que había encontrado en el cuerpo de la desaparecida.

—A visitar a la familia de Michelle Lorne.

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Miré fijamente la blanca puerta del hogar de la familia Lorne.

Definitivamente está era una de las cosas que no me gustaba mucho hacer de mi trabajo. Es súper importante sacarle información a los familiares de las víctimas, pero nunca me ha gustado sentir el lamento que ellos transmiten. Ver a una familia triste por la muerte de un ser querido es algo que a mí me ha marcado mucho en el transcurso de mi carrera.

—Mira Mackenzie— Adam me pasó unas cuantas fotografías de la escena del crimen— Son unas de las fotografías que pude imprimir.

—Gracias Adam....

Seguí mirando la puerta mientras mis manos comenzaban a temblar.

—Estas bien?— Adam se acercó a mí mientras ponía su mano en mi hombro.

Aparte la mirada de la puerta para ver a Adam.

—Oye, tranquila...... Todo va estar bien— me sonrió.

Yo intenté dibujar una sonrisa en mi rostro, pero se borró cuando Adam tocó el timbre de la casa.

Abrió una anciana.

Llevaba una bufanda muy grande cubriendo todo su cuello, también portaba un vestido algo anticuado y por su rostro, piel, cabello, y manos me enteré que estaba enferma.

—Buenas tardes— dijo Adam mientras sacaba su identificación del FBI— venimos para interrogar a los familiares de Michelle Lorne.

A la anciana se le aguaron los ojos cuando escucho el nombre de la anterior desaparecida.

—Claro... Pueden pasar.

Una vez adentro de la casa. La anciana nos indico que nos sentaramos en el sillón junto a ella. La casa no era muy linda, tenía dañadas las tablas del suelo y las paredes estaban un poco sucias.

—Usted era su?

—Abuela— su voz era entrecortada y mostraba un gran tono de tristeza—No tiene más familiares...

Adam y yo nos miramos.

—Mire, observé esta imagen— le pase una de las fotografías que me dió Adam.

Comenzó a llorar mientras miraba la imagen.

—Nota algo extraño en la foto?

Se le hizo muy difícil poder hablar al ver la fotografía del cuerpo de su nieta... Muerta.

—Tranquila, tómese su tiempo— indicó Adam.

—Esa no es la ropa con la que salió la noche del miércoles.... Ella salió con una bufanda azul, un jean y una camiseta.

—Sabe usted si la ropa con la que está en la imagen, le pertenecía a Michelle.— pregunté mientras me grababa cada una de las palabras que decía la anciana.

Volvió a observar la imagen.

—No recuerdo haberla visto antes con una camisa o con un short como esos.

—Sabe a dónde se dirigía Michelle la noche del miércoles?

—Ella me dijo que se iba a encontrar con una muy buena amiga.

—Amiga?— pregunto Adam de manera sospechosa. La anciana afirmó.

—Sabe el nombre de la amiga?

—No me lo dijo.

—Donde estaba usted esa noche?

—Tuve que salir a la farmacia a comprar mis medicamentos, ella me dijo que regresaría a las 10.. pero no volví a saber de ella— comento con un gran nudo en la garganta.

Creo que ya era suficiente.

Mackenzie White (La Mente Maestra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora