Capitulo 2

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—Asi que te ofreciste para investigar la desaparición de las cuatro chicas!?— exclamó Adam mientras apoyaba las manos sobre la mesa.

—Vamos! No es la primera vez que hago eso.

—Cierto Mackenzie.... Pero jamás te habías comprometido a hacerlo sin fallar.

—Dios, Adam... La Sra Wayne no se arrepentirá de haberme contratado, soy la mejor detective que conozca y tú mismo lo has dicho.

—Si, tu eres la mejor, pero a veces la gente se equivoca Mackenzie.

—Pues yo no me equivoco.

Adam rodó los ojos mientras suspiraba, luego miro el reloj y se dirigió hacia mi.

—Son más de las 17:00, deberías de ir a visitar a Janeth— me aconsejó— ya sabes, para revisar que no haya hecho una de esas fiestas todas grandes y descontroladas que suele hacer.

Yo reí y afirmé.

—Tienes razón, me llevas?

—Dale.

Subimos a su auto y partimos a la casa de Janeth. En el camino, nos inundó un silencio cómodo... La verdad me sentía bien con Adam a mi lado. Cuando estuvimos en la universidad, nos tocó compartir habitación y desde ahí nos dimos cuenta de que podíamos convivir el uno con el otro. Luego, nos convertimos en mejores amigos y cuando terminamos la universidad, decidimos irnos a vivir juntos.

Voltie a verlo mientras manejaba, recuerdo la primera vez que tuvo su prueba de conducción. Estaba nervioso... Muy nervioso, tan nervioso que me tocó tranquilizarlo con una canción de piano.

—Que miras?— me miró de reojo y yo sonreí.

—Tus ojos cambian de color cuando estás al volante— mentí.

—Y los tuyos cuándo estás resolviendo un caso— excusó— y no estoy mintiendo.

—Odio que me conozcas tan bien...

El rió y se detuvo al frente de la casa de Janeth.

—Quieres que te recoja?

—Tomaré un bus.

Adam se fue y yo me acerqué a la puerta de entrada.

La casa de Janeth se ubicaba en una de las residencias más ricas de todo Chicago. Mi tía le había comprado esa casa para ella sola ya que Janeth estudiaba en una de las mejores universidades y tenia la esperanza de que Janeth se convirtiera en una jovencita independiente.

Antes de poder tocar el timbre, escuché como dentro de la gran mansión retumbaba música a todo volumen y se escuchaban risas de adolescentes.... Era obvio, Janeth había organizado una fiesta.

Al tocar el timbre, el volumen de la música cesó y la gente comenzó a susurrar "Shhh", luego se abrió la puerta.

Era Janeth.

—¡¡Mack!!— gritó mientras me abrazaba, ella era la única que me llamaba por mi apodo.

Janeth se encontraba con una blusa de tirantes fucsia y un jardinerito corto que le hacían mostrar sus largas piernas.

Me asomé por detrás de su hombro y logré ver la sala, estaba desordenada pero no había absolutamente nadie, voltie a mirarla y sonreí.

—Vamos Janeth! No finjas...— me apoye en el marco de la puerta mientras me cruzaba de brazos— hiciste una fiesta.

Janeth borro su sonrisa y giro hacia dentro de la casa mientras gritaba "Ya sigan la fiesta", a lo que la gente hizo caso.

—Sigueme— me abrió paso entre la gente y subió las escaleras.

—Te prometo que no le diré nada a mi tía pero te recomiendo que limpies tu casa antes de que se entere de esto.

—Si lo haré, en cuando se termine.

Janeth me invitó a pasar a su habitación y una vez adentro, cerró la puerta para que no se escuchara la música de la sala, aunque no sirvió de nada, porque por cada ritmo que se escuchaba, la casa temblaba.

—Me sorprende que me hayas venido a visitar a estas horas— se acercó al tocador y se pasó una capa de lápiz labial rojo— Quieres quedarte en la fiesta conmigo??

—Ehh no, solo quería ver si todo estaba bien y si tu estabas bien.

Volvió a verme y me guiñó el ojo.

—Estaria mejor si te quedarás esta noche con migo disfrutando de la fiesta.

Le sonreí amablemente.

—No.

—Porque?

—Por que últimamente estaré muy ocupada...

—... resolviendo un caso— terminó la oración antes de que yo pudiera hacerlo.

—Exacto.

Janeth se cruzó de brazos y me lanzó una mirada de aburrimiento.

—De que se trata ese caso que al parecer es más importante que pasártela con tu prima, Mack?

Yo sonreí para mis adentros y dejé mi bolso en la cama de Janeth mientras me ponía a caminar por la habitación.

—Son cuatro chicas que están desaparecidas desde las anteriores semanas... Todas con 18 años, debo de encontrarlas.

—Aaaa si, yo vi la noticia— se recostó en la cama y miró al techo— una de las chicas desaparecidas es Michelle Lorne, estaba en la misma clase que yo, ella también estudiaba finanzas.

Mis ojos se clavaron en Janeth y me acerqué a ella.

—Tu la conocías?

—No tanto, solo la había visto una que otra vez en clase.

—Dios, esto es asombroso! Me podrías ayudar con información sobre ella???

Janeth se sentó en la cama y me miro.

—Si te ayudo, en la próxima fiesta que haga te quedaras con migo??

—Si, ajá, necesito información sobre las personas que la rodeaban, okay?— tomé mi bolso y me lo coloqué— amigos, enemigos, familiares, si tenía novio o alguna relación amorosa también.

—De acuerdo....— se levantó de la cama y se dirigió hacia mi— Ya te vas?

—Si, creo que ya es hora.

Ella se acercó a mí y me abrazó, yo le correspondí el abrazo y salí de su casa.

Algo me decía que iba a poder resolver esto, las iba a encontrar, en donde quiera que estuvieran, las iba a encontrar.

Mackenzie White (La Mente Maestra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora