💙That kiss💙

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El agua cae sobre mi cuerpo desnudo. El jabón de limón hace espuma a mi alrededor. Es tranquilizadora esa sensación de paz un domingo por la mañana, sabiendo que no hay nada que hacer después de esta ducha reflexiva.

Entonces, mi mente se abre.

Pienso en aquel beso.

Aquel estúpido, maldito, precioso, eloquecedor, jodido beso.

Ese que tanto me había gustado. Suave pero apasionado. A escondidas por miedo al qué dirán. Con el gusanillo que se te crea en el estómago cuando rompes alguna regla.

Cuando nos separamos, me abrazó. Y sin saber muy bien por qué, las lágrimas acudieron a mis ojos. Pero no lloré. Ella se rió con esas carcajadas tan dulces. La observé. Estaba tan guapa...

No, no puedo pensar en eso. Está mal, muy mal, demasiado mal. Si me pillan, si nos pillan, nuestra historia de amor puede tener un final nefasto.

Suspiro y me enrrollo en una toalla. No puedo volver a pensar en ella de esa manera por mucho que la quiera. Pero cuando cierro los ojos, solo la veo a ella, riendo por mi tontería de los ojos anegados en lágrimas.

Nuestra relación es imposible y no podemos hacer nada al respecto.

Me duele más de lo que pensé que dolería. Es como si le hubiesen pegado una brutal paliza a mi corazón y hubiesen hechado sal a las heridas.

Voy hasta mi habitación goteando agua. Mi cubículo especial. Allí puedo pensar con más claridad.

Pero ya he tomado una decisión por dolorosa que sea.

Ratitos con ElkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora