¿Secuestrada? - Gianluca Ginoble

Capítulo N°3: "¿Ya Nos Vimos Antes?"

#NARRA Atenna#

– Igualmente. — Responde el chico de gafas.

Sí, ya lo sé, los catalogue por "Chico de gafas", "El más alto" y "El de ojos miel". Pero no me se su malditos nombres...

Estaba oscuro, pero se veía prácticamente se veía todo.
El de ojos miel pasó una de las manos que tenía detrás de la cabeza para ver la hora en su muñeca, después la volvió a poner donde estaba.

– ¿Qué hora es? — Pregunta el más alto que había volteado y vio toda la acción.

– 10:45 pm... — Respondió.

– ¿Las tres están dormidas? — Preguntó el de gafas, aún con la mirada fija en Gabriela que dormía.

– Si... — Responde el de ojos miel.

Siguieron hablando y hablando en italiano. No se si era suerte que o desgracia que yo entendía absolutamente todo... Hasta ahora lo único que sé de los chicos es que eran italianos.

Algo es algo, ¿No?...

Tengo miedo, sentía unas inmensas ganas de llorar, pero no lo iba a hacer en ese lugar. ¿A dónde íbamos? ¿Cuánto tiempo iba a durar?, ya que, me negaba a eso pero no creo que salga viva de esta situación.

Aterrizamos después de un rato, Gabriela y Sofía seguían dormidas. La puerta del helicóptero se abrió y los chicos bajaron y luego a las chicas. Sin embargo el de ojos miel no se inmutó.

– Sé que escuchaste todo. – Dijo sin mirarme, sólo miraba en piso.

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda....

– Eres la primera chica bilingüe que secuestramos. Las demás sólo sabían su idioma natal, la gran mayoría inglés. — Comentó.

Me cargó y bajamos del helicóptero, ¿Dónde estábamos?
Era una casa en medio de la nada, en medio de un bosque.
Entramos y caminó hasta el sótano.

¿Sólo yo pensé que aquí moriría?

Era oscuro, a pesar de prender la luz, sucio y viejo. Había una puerta de madera, una cocina pequeña, un sofá y tres colchones en el suelo. Me dejó en uno al igual que Gabriela y Sofía.
Subí la mirada y me encontré con esos ojos miel, los mios me ardían por haber llorado. No tenía sueño, el miedo no me dejaría dormir para nada, de ello estoy 100% segura.

– Mañana comenzará todo... — Me dijo mientras acariciaba mi brazo derecho.
Seguido se esto se fue, sin decir nada más.
Hacía calor, el vestido y material me hacían sudar las piernas más de lo normal. Pero ya no me queda de otra, sólo dormir.

#AL DÍA SIGUIENTE#

Desperté poco a poco. Mi pecho estaba cubierto por una fina capa de sudor. Gabriela y Sofía dormían.

Ayer me había costado mucho quedarme dormida, después de que me dejaron aquí, no podía, después de como 3 horas de dar vueltas sin sentido, logré hacerlo.