Capítulo 8

51 6 10
                                    

No muy lejos de ahí, Abbie se escabullía hasta llegar a la zona de prensa en donde las celebridades, después su exhibición, daban una breve entrevista y, si tenía suerte, podría obtener una exclusiva, sus ojos irradiaban la esperanza de un buen pago.

Se desenvolvía segura, sin levantar sospechas de la seguridad del domo, se acercó a la zona principal su delgado cuerpo le ayudó a alcanzar una posición decente para grabar las palabras de los primeros coordinadores. Aunque era difícil moverse entre tanta gente. Tomó notas mentales que escribirá en su artículo, obtuvo buenas fotografías de los dos chicos, especímenes raros en los concursos, intentó sacarle información a Magnus pero ya sea por las voces del contexto o por la personalidad del chico le fue imposible, y claro ignoró por completo a Vincent cuando le saludó.

Después de la primera ola de presentaciones, ya había tenido un buen comienzo, sacó su libreta de notas en donde escribía ideas, datos o conjeturas bien estructuradas, justo al lado de las operaciones y el plazo del pago de su matrícula escolar.

Garabateó un poco aburrida pero notó algo, al comparar las notas del "príncipe" Magnus, nombrado por las periodistas a su alrededor, y de Vincent. Una dato que le causo un poco de risa y sorpresa.

-Tengo la misma información de ambos-se dijo así misma.

A pesar de haber hablado con ambos el día de ayer, sus fichas de información estaban casi vacías, reservado o extrovertido, aun le faltaba mucho como periodista.

También encontró notas del rumor de la cancelación del evento, por buenas fuentes sabía que se estaba dialogando seriamente, aunque nunca le habían fallado dudó de sus contactos.

Vio que la seguridad de la zona del presidente se hallaba menos vigilada, en ese momento pensó en las entrevistas a medios importantes, quizá algún discurso secreto para los programas así que se logró adentrar más allá de donde la impertinencia la llevó.

En las zonas de los almacenes los miembros del personal que habían terminado sus labores eran consolados con la calidez de comida instantánea y la refrescante sensación de una bebida fría para repeler el estrés, los regaños habían sido más duros por alguna extraña razón, todo el personal fijo estaba de mal humor.

Hilda estaba terminando su comida casi sin masticarla por completo, había permanecido en el área junto con sus compañeros diciendo tonterías varias y recibiendo todo tipo de halagos por su velocidad en la ardua jornada. Tuvo que ir a dejar el ultimo encargo de papelería a las casetas de vigilancia en el área Sur del domo, solo las había dejado en el suelo, pues no estaba el encargado, para Hilda era mejor mantener su distancia de los demás, por sus propias normas de seguridad solo volvió para llevarse sus alimentos con la excusa que tenía que hacer algo más.

Acabó de engullir los últimos restos de fideos de un recipiente amarillo, de un sabor exótico eran los últimos en existencia así que al finalizar su trabajo iría a comparar el resto de ellos, todos los productos tenían el nombre de la compañía Le Blanc y su sello de calidad. Aplastó el envase y tiró todo en el gran contenedor verde repleto de cajas aplastadas, limpió sus manos en el baño más cercano pues el que tenía al salir del almacén estaba cerrado, no vio a ni un alma en los alrededores, todo estaba oscuro, un escalofrío la impulso a salir de ahí.

Ruidos de unos pasos llamaron su atención, salió a revisar por los espectadores que sin duda se habían metido por otras puertas, y efectivamente se trataban de un grupo de fanáticos de idols que buscaban el camerino de su artista, pero la seguridad los invitó a retirarse.

Sin embargo, en medio de la multitud una niña siguió avanzando sin problemas, un guardia de seguridad le abrió paso al elevador, tal vez por la culpa de no haber hecho nada con el anterior infante extraño con el que se encontró optó por seguirla de cerca.

Pokémon: Sweet and Bitter StepsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora