Creepypastas

Alguien en el sotano

Todo comienza en el 2013. Acababa de mudarme en una nueva casa con mis padres, la que al parecer se veía como todo un desastre.

Sus paredes estaban demasiado arruinadas y habían algunos dibujos en ellas; uno de los dibujos que se encontraban allí era demasiado extraño: habían 2 niños jugando junto a un sujeto muy extraño. La cara del sujeto no se veía tan bien, estaba muy borrosa, así que yo no le di importancia.

A la noche, mis padres decidieron ir a festejar su sexto aniversario y dejarme a mi cargo de la casa. Estaba muy aburrido e intentaba entretenerme jugando en la consola, hasta que se escuchó un ruido en el sótano. No le di importancia, pero mis alertas subieron cuando luego se escuchó otro ruido extraño, pero más fuerte.

Pensé que era mi perro y me tranquilicé, pero la calma se disipó cuando noté que dicho animal estaba a mi lado. Comencé a temblar.

Escuché un susurro que me dice: "Ven al sótano...".

Inició el martirio. Voces en mi mente empezaban a enloquecerme, convenciéndome de ir a tal lugar, hasta que decidí hacerles caso. No era lo más inteligente, pero eso hice. Quise fijarme de dónde provenía el ruido. Vi un rostro y una sonrisa en ese lugar, ambos llenos de lo que parecía ser sangre.

Se me heló la sangre, al punto de que el miedo no me dejó moverme.

Una mano blanquecina me hizo señas de que me fuera, por lo que salí corriendo del sótano y fui a esconderme debajo de mis sábanas, y esperé.

A la 01:00 AM llegaron mis padres finalmente, y les conté todo lo que sucedió, aunque no me creyeron. Decidí que los llevaría conmigo al sótano para que me creyesen, pero cuando mi padre intentó encender la luz el foco no funcionaba.

Agarró un encendedor y una vela. Iluminó con lo último todo el sótano y pude divisar un rostro todo blanco cercano a mi cara. Grité y intenté escapar del sótano, pero no recuerdo lo que pasó.

Al día siguiente, despierte y fui a fijarme al sótano. Al ver a mis padres tirados en el suelo ensangrentado, comencé a llorar y sentí cómo alguien tocaba mi espalda. Voltee, y allí estaba de nuevo, ese espectro.