Anie

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Muchos dicen que la vida es terrible o cruel lo que provoca que se auto lesionen a si mismos, eso para mi es estúpido, yo tengo una historia que tal vez no se compara a las de otros.

Mi nombre es Anie Smith, soy una chica de tan solo 13 años, cualquiera que me viera a primera vista pensaría que mi vida es perfecta. Si llorar por las noches y que a nadie le importes es una vida perfecta, entonces la tengo... ¿Por qué digo esto?

Cuando mi mamá estaba embarazada de mí, ella me quería y estaba ansiosa por que naciera, en cambio, mi papá no pensaba lo mismo, él estaba con otra mujer y un niño de 6 años cuando mi mamá le dio la noticia, al instante el la quería abandonar conmigo, pero mis abuelos no se lo permitieron y le dijo que tenía que enfrentar sus actos como el hombre que era, así que no le quedo de otra más que quedarse con mi madre y conmigo, aun que para el nosotras eramos un "problema".

Pasaron los años y ellos me cuidaron con amor como cualquier otros padres lo harían con su hijo, bueno... Al menos eso creía. Cuando estaba por cumplir los 5 años, mi mamá se embarazo de nuevo, lamentablemente, esto no alegró para nada a mi papá ya que él aseguró que no había tenido ningún "contacto" con mi mamá desde que yo nací, en ese momento cualquiera hubiera sabido que ese niño no era de mi papá, aun que cuando mi hermano nació eso quedó en el olvido y lo acepto como si fuera suyo.

Cuando cumplí los 10 años, ya nada era lo mismo, mi padre se volvió un alcohólico y perdió su trabajo lo que obligo a mi mamá trabajar mucho más, en ese tiempo cuando los veía pelear y a mi madre llorar, era lo más duro de mi vida, pero poco a poco me fui acostumbrando ya que no era raro ver a mi papá golpear a mi mamá, pero eso hacía que el odio hacía padre creciera cada vez más y más.

Cuando entre a la secundaria me alegre mucho ya que hacia que pasara menos tiempo en mi casa con la violencia de mi padre, pero eso no impedía que en las noches de los fines de semana él llegara a las 2 de la mañana oliendo a cerveza y gritándole a mi mamá mientras mi hermano y yo solo observábamos sin decir nada, pero al mismo tiempo, llenándome de ira y odio. Todos los días le decía a mi mamá que se divorciara de aquel hombre, ni siquiera merecía llamarse "papá" pero mi madre solo lloraba cuando se lo pedía ya que ella no tenía el valor para hacerlo, incluso le rogaba que lo denunciara por que se gastaba su dinero en alcohol y todos los días la golpeaba y le gritaba... Eso aveces nos lo hacía también a nosotros.

Un domingo en la noche mis padres llegaron de una reunión, como siempre, mi papá estaba borracho y enojado, se fue hacía su habitación para después salir con una furia y golpeo a mi mamá, como mi hermano era muy inocente, se acercó para empujarlo a lo que mi papá lo golpeó en el cráneo provocando su muerte, mi madre solo estaba tirada en el suelo sufriendo, en ese instante mi mundo se derrumbó, mi papá había sacado una pistola y le disparó en la cabeza, ya no podía, toda ese dolor, ese odio que se fue acumulando todos estos años hizo que explotará, saque un cuchillo de cocina en la almohada del sillón que guardaba para emergencias, aproveché que mi padre había soltado la pistola y de un momento a otro tenía el cuchillo adentro del estómago de ese señor, lo saqué lentamente, no me sentía mal, al contrario, había sentido un gran alivio, tome la pistola que anteriormente había dejado él tirado, lo levanté, el solo me miraba gimiendo para después susurrar las siguientes palabras: "-No lo hagas, soy tú papá" a lo que le respondí "-Tú jamás lo fuiste" y disparé.

No sabía que hacer en ese momento, solo escuchaba las patrullas a lo lejos, tome mis zapatos y escapé por el patio trasero, nadie jamás volvió a verme desde entonces...

Para mí la vida es un regalo, el uso que le demos depende de cada uno de nosotros, lo que nos interese y nos mueva a hacer cosas placenteras, como ayudar, amar, trabajar en lo que nos gusta, ser felices, sufrir caídas y poder levantarse.

Si no aprecias tu vida y todo lo que tienes, no mereces vivir, así que recuerda... Yo estoy aquí para asegurarme de que ya no sigas viviendo.

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