Día a día sumergida en su rutina como camarera no falta a su labor de fan enamorada dejando likes e inocentes comentarios en cada foto o video de Francesco Schwartz.
Sin embargo dichos comentarios van subiendo de tono a medida de que su rivalidad co...
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Lo último que espero encontrar en casa después de una larga y complicada jornada de trabajo es el carro de mi padre, el de mi prima y el del novio de mi hermana Patricia con ellos dos dentro haciendo quién sabe qué.
Entro a casa y los gritos de mis padres me dan la bienvenida desde la cocina, de seguro discuten porque mamá volvió a fumar esa mierda. De camino a mi habitación me cruzo a mi hermana Paola —gemela de Patricia— quién al pasar choca accidentalmente mi hombro. Casa de locos, muy normal.
Y la prueba final es Sora, quién me está esperando sentada sobre la cama de mi habitación. Ella al verme me abraza eufóricamente —como es de costumbre— y yo le sonrío pese al cansancio que llevo encima.
―Mimí―alarga cantarina mientras se vuelve a sentar en mi cama. Yo por mi parte comienzo a desvestirme para bañarme―Tenía días sin verte. Tenemos mucho que hablar, pri.
Yo me giro extrañada pero con una sonrisa en los labios.
―¿Y tú no estabas molesta conmigo?―cuestiono con sorna.
―Nah Naomi... Sabes que a mí el enojo se me pasa al rato―dice encogiéndose de hombros a lo que yo suelto una carcajada colocándome la toalla sobre el cuello―Y ya dúchate que me perturbas con esas pantaletas de patricio estrella, total no te escaparás de mí… Me quedo a dormir, hoy es noche de primas, bebé.
Yo vuelvo a soltar una risotada y de una vez me meto al baño a tomar una ducha, ha sido un día infernal.
Al menos el agua siempre logra relajarme.
Soraya me cae como anillo al dedo. Hablamos de todo, Francesco no es nuestro único punto de conversación, hay cosas más importantes.
Con ella logro hablar de mi vida abiertamente porque, más que mi prima y una rival cibernética, ella es mi hermana y mi mejor amiga. Creció conmigo, pese a nuestras diferencias sabe más de lo que yo sé de mí misma y, aunque seamos unas tontas, no podríamos vivir una lejos de la otra.
