JiMin me ayudo con la mudanza, con su auto logramos llevar casi el 80% de mis cosas a mi nuevo departamento, era algo pequeño, pero acogedor y perfecto para uno y medio. Ya que yo viviría aquí, aunque de ves en cuando recibiría visita de alguien.
—¿Llamo la señora que quiere alquilar la casa?
—Me envio un mensaje, me dice que mañana pasara para firmar el contrato.
—Genial.
—¿Cuántos días nos queda para regresar a...? —JiMin me interrumpió.
—Dentro de cuatro días, deberíamos de estar regresando.
—Oki...
—¿Cuándo viene el camión con los muebles pesados?
—Creo que dentro de un par de horas, ¿por?
—Tengo hambre...
—Pediré algo, aun no llega la cocina. — rei.
A los treinta minutos, vino el joven con la pizza, para JiMin era la primera vez comiendo eso.
***
Al día siguiente, no escuche el despertador, estaba tan cansada por lo de ayer. Pero al menos la casa ya estaba presentable.
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JiMin durmió en la cama de mi madre. Los dos en una sola habitación.
—Ay...— me levante con las justas.
—Uhm, Mercy... no te levantes aun.
—Tengo que ir...
—¿Ir? ¿A dónde?
—Donde la señora, ya vuelvo...
***
JiMin desperdicio la oportunidad de quedarse solo en casa, decidió acompañarme, los dos regresamos a la casa de mi madre, esperamos en el auto por unos minutos, hasta que la señora que deseaba alquilarla llego.
—Buenas tardes...
—Buen día señorita. — sonrió.
Ella firmo el contrato de alquiler y me entrego un cheque. Estrechamos las manos y me fui de allí, me despedí de aquella casa por un tiempo.
—¿Cómo te sientes? —pregunto JiMin.
—Algo nostálgico.
—Creo que un helado podría con eso.
—Si tu pagas...
—¡Claro! Yo lo estoy invitando...
—Pues, vale, vamos...
De mi mochila saque un pañuelo, ya que sentía algo de frio en el cuello.
—¿Y eso? ¿Cuándo lo compraste?
—No lo compre, era de mi madre...— susurre.
—Ya veo. — guardo silencio.
—¡Cierto! — tome a JiMin del brazo y lo jale a una dirección opuesta de donde quedaba la heladería. —¡Acompáñame!
