Suéter

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 Narra ______
 Al darme cuenta de lo que hago me separo.

 - Lo siento- digo algo sonrojada- Me dejé llevar-

 - Oh no te disculpes- responde él- Yo también me dejé llevar- y me dirige una de sus encantadoras sonrisas. Esa maldita sonrisa que enamoran a cualquiera que la ve. Con sus dientes alineados y que expresan todo lo que él quiere. De esas que te hacen olvidarte y perderte a ti misma. Simplemente perfecta. 

 - Ten úsala- dice llamando mi atención, quitándose su sudadera- Deberías cubrir esas marcas, ¿no crees?- y mira mi cuello.

 Por un momento me había olvidado de "eso". Me siento frustrada. Decepcionante. Sucia. Algo asqueroso.

 - Pero, ¿tú no tendrás frío?- contesto omitiendo lo de "marcas".

 - No, no te preocupes. Tengo otra en mi casillero- afirma- Tómala, tú la necesitas más que yo-dice extendiéndome su mano con su sudadera color azul.

 - Está bien- termino aceptando- ¿Cuándo te la devuelvo?- pregunto algo insegura.

 - ¿Mañana aquí a la hora del almuerzo estaría bien?- pregunta con algo de nerviosismo.

 - Oh claro- y le regalo una pequeña sonrisa.

 No tengo ni la menor idea de quién es capaz de sonreír después de un momento así. Pero Tyler tenía ese maldito don desde que lo conozco.

 Escena retrospectiva
 Recién iniciaba el primer año de preparatoria. Recuerdo que ese día no estaba muy emocionada, a comparación de los otros chicos de mi clase. Más bien mi humor era terrible.

 Hacía menos de una semana que con mi familia nos habíamos mudado a New York a causa del empleo de mi padre.  Vivíamos en una gran casa en Amsterdam antes de mudarnos aquí. Claro que como toda niña tenía mis amigos allí, los cuales tuve que dejar.

 En fin, observaba todo a mi alrededor. Nada me convencía. Iba tan distraída que no me di cuenta de haber chocado con alguien.

 - Fíjate por donde vas- dije sonando un poco violenta aún en el suelo. Él debía haberse quejado, pero para mi buena suerte iba distraído igual que yo.

 - Oh lo siento, ¿me disculpas?- dijo mirándome a los ojos, dejando ver su rostro.

 - Está bien, pero ten cuidado la próxima vez- dije eso ayudándole a recoger mis cosas, que estaban todas desparramadas por el suelo.

 De un momento a otro sentí la calidez de su mano al simple roce con la mía. 

 Fue algo raro, pero a la vez tierno. Me enamoré por primera vez, a primera vista.

 Claro que desde el primer año hasta ahora él cambió mucho. Ya no usa esos gigantes lentes y sus aparatos desaparecieron. Su cuerpo dejo de ser delgado y plano para parecerse al de un modelo. Su estatura no cambió mucho, siempre me pasa por dos o tres cabezas. Y su don para hacerme sonreír en cualquier momento, lugar, hora y circunstancia no lo perdió. Aún lo conserva.

 Fin de escena retrospectiva

 - Hey, ¿estás bien?- pasa una mano en frente de mi rostro para llamar mi atención. 

 - ¿Por qué preguntas?- pregunto con sarcasmo.

 - Es que te habías quedado "tildada" por un momento- comenta- Creí que habías ¿Muerto?-

 - Déjate de bromas suéter- cubro mi boca al instante. Dios que hice.

 Gracias a mi buena suerte suena el timbre de fin de receso.

 - Me tengo que ir- digo sin mirarlo- Mi próxima clase está por comenzar. Adiós. Mañana te devuelvo la sudadera- digo casi gritando ya que estoy a gran distancia de él. 

 Me dirijo al salón de clases y al terminar las horas de ésta, me dirigiría a la comisaría para realizar una denuncia. Demandaría a ese tal Jake.

Dos Demonios, Sólo Un Paraíso (Parte I de la saga Tiempo Y Destino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora