Capítulo 1 Zoe

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Desperté en una especie de cabaña bastante grande hecha de telas reutilizadas. Estaba sobre una cama mullida y me levanté descansada y llena de energía. Sale del lugar y se encuentra en un poblado de gente. Parece una tribu sin acceso a tecnologías, pero había personas con armas y con objetos futuristas que volaban por encima. ¿Qué era esto?

Caí en la cuenta de que faltaban mis compañeros. Iba a ir a buscarlos, pero entonces, dos hombres me cortaron el paso.

-Debes venir con nosotros.- dijo el de la derecha.

-Hay alguien que quiere verte.- dijo el otro.

En fin, para que resistirse.

-Vale, esta bien.- dije animada. Lo que les pareció algo extraño.

-Síguenos.-

✳✳✳

Entramos en la cabaña más grande de todo el clan, los dos hombres se quedaron escoltando la salida y avancé decidida hacia las dos personas que están hablando al fondo de la estancia. Era una mujer y un hombre.

-Vaya, parece que ya está aquí.- dijo la voz femenina, un tanto familiar.

La mujer se giró, tenía el pelo largo castaño y con las puntas blanquecinas. No tardé en darme cuenta de quien era.

-¿Aki?-

✳✳✳

La mujer sonrió.

-Parece que todavía me recuerdas.-

Fui corriendo hacia ella, ella también avanzó y nos dimos un fuerte abrazo.

-Pensé que estabas...-

Nos despegamos del abrazo y me acarició la mejilla.

-Dejarte allí sola ha sido una de las decisiones más duras de mi vida. Pero decidí hacerlo, sabía que conseguirlas escapar tarde o temprano. Aún así me preocupaban todos los peligros que podías correr y...-

-Me da igual todo lo que ha pasado.- la corté. -Ahora sé que estás bien.-

-¿Y ya recuerdas cómo se llama mi pequeña extraña?-

-Zoe Black a su servicio.- dije con una sonrisa y una reverencia de broma.

-Bien, Zoe. En el clan no me conocen como Aki. Me conocen como Galia, y gobierno junto con mi compañero.-

El hombre dió un paso al frente. Su cara también me era familiar. Pelo también castaño y ojos verdes.

-Es cierto que ya os conocíais.-

Espera, ¿ese era Fang?

El también estaba aquí, increíble. No era ni más ni menos que Fang. El antiguo líder que hizo que el poder del clan recayera sobre mis hombros.

-¿Sin palabras?- dijo Fang.

No podía responder.

-Sabíamos que os dirigíais hacia este lugar, pero no por qué.-

-Ah, bueno...-

Le conté todo lo ocurrido con pelos y señales. No me dejé ni una cosa. Ambos escuchaban atentamente.

-Vaya, no pensé que fuera a pasar eso. Es cierto que el pueblo es desconfiado y cuando escuchan rumores pasan por los oídos de todo el mundo.- dijo Fang. -Tal y como me pasó a mi.-

-¿En serio? Vaya, pensé que era culpa mía. Jajaja.- dije con una risa un tanto sarcástica.

-Sabes... ya nos avisaron de que os acercabais hacia el clan.-

Aparecieron unas extañas criaturas con forma de serpiente de color ceniza. Se acercaron a Fang y parecía que le pedían unos mimos. Eran monstruos espeluznantes, pero parecían animales domésticos.

-¿No son esas las serpientes voladoras que nos perseguían?-

-Bien visto.- dijo Aki, o Galia. -Estos son Sunday y Kester, razas de Locks, criaturas que viven en las montañas del oeste.-

-Grarrr.- gruñó el más grande.

Por la puerta entró otro hombre, que estaba escoltando a mi equipo. Por la cara que traían, no parecía haber sido tan fácil como conmigo.

-Hey, es Zoe.- dijo Fernando llamando la atención de los demás.

-¿¡Pero qué!?- dijo Owen al ver a las serpientes.

-¿No son una monada?- dije mirándoles a ellos con los ojos iluminados.

Se quedaron sin respuestas. Me miraron como si estuviera loca.

-SOLO MÍRALES- dije abrazando a Sunday, esta me devolvió un lametazo.

-¡Alguien que piensa como yo!- dijo Galia señalándome.

✳✳✳

Les contaron a los demás como nos habían traído a este clan. Y de por que Fang se había ido de Infinity.

-¿Y Galia y tú ya os conocíais?- preguntó Dan

Ambas nos miramos. Para decidir quién hablaba. Ella empezó a hablar.

-Ambas éramos vecinas de celda en Genodex. Estuvimos un año juntas, y cuando encontré mi oportunidad para escapar, me di cuenta de que aunque probásemos cualquier cosa, sería imposible que ella escapase conmigo. Tenían sus pulsaciones controladas, ya que la consideraban especial, como vosotros sabéis.-

Dió una vuelta a la habitación.

-Con un elemento que robé cuando me hicieron una prueba a mí, conseguí escapar. Hacía que mi pulso cardíaco descendiese de tal forma que parecieses estar muerta. Cuando me tiraron en el depósito de cadáveres conseguí salir por a noche, no se percataron de que les faltaba un cuerpo.-

-Ew...- dijo Fernando asqueado.

-Bueno, el trauma se pasa al cabo de unos años.- dijo Galia sin darle importancia.

-En fin, no vamos a liarnos más, os damos la bienvenida a Nero.-

-¡Muchas gracias!- respondimos al unísono.

Lucid Soldier (2ª parte): Busca Y CapturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora