Ya casi no había luz, el sol se ocultaba y el cielo estaba inundado de un incandescente color naranja.-¡Y hemos llegado!- Zoe se tumbó en el suelo aliviada.
-Al fin.- me senté en el suelo también.
Después de recuperar el aliento, Zoe se sentó en el suelo con las piernas cruzadas.
-Creo que deberíamos preparar un poco esto.-
Colocamos los sacos en círculo y en el centro preparamos lo que sería una hoguera. Al cabo de un rato, la noche ya había caído.
-Voy a enciender el fuego.- me levanté, acerqué mi mochila y saqué un mechero que tenía en un bolsillo pequeño de la parte de delante. Intenté que saliera una llama, pero Zoe chiscó los dedos y una chispa de color azul prendió los palos en un abrir y cerrar los ojos.
-Creo que eso es más rápido.-
-Ah, si.- guardé el mechero de nuevo.
Abrí el bolsillo grande de la mochila y saqué unas latas de conserva. Las pusimos cerca del fuego para calentarlas y para poder comer algo caliente. Cuando terminamos de cenar descansamos junto al fuego.
-Me encanta estar al aire libre.- dijo Zoe descansada y aliviada. -Mirar a las estrellas me hace olvidar mis problemas por un momento.
-Yo... No puedo evitar pensar en casa.- dije.
-Piensas en tu hermana Leyna, ¿verdad?-
Suspiré.
-Tranquilo, se que es perfectamente capaz de valerse por ella misma. Casi todo infinity la conoce y la adora, es imposible odiarla. Además, tiene mucho más sentido común que muchas personas que conozco. Se parece a su hermano.- Zoe sonrió.
-Gracias.-
De algún modo sus palabras me habían reconfortado.
-Después de lo de los laboratorios, ella y Eddy fueron los primeros en hablarme. Todas las personas que me encontré por la calle me evitaron excepto ellos.-
-De todas formas, no se a que ha venido esta revolución.-
-Ha sido tan de repente... No hemos tenido casi tiempo para reaccionar.-
-Por no decir que literalmente no hemos tenido tiempo.-
-La gente tenía miedo.- dijo Aiden.
Nos giramos hacia él.
-Es.. Normal ¿No?- dijo cabizbajo.
Zoe sonrió y le revolvió el pelo.
-Si, tienes razón. El miedo es normalmente el foco de muchas revueltas.-
Fijé mi mirada de nuevo al cielo, inundado de estrellas.
-Aiden... Tu... ¿Echas de menos algo? De tu vida antes de conocernos.-
Se quedó pensativo por un momento.
-No.- dijo secamente.
-¿Que? ¿Ni siquiera a tus amigos ni a tu casa?- dijo desconcertada. -Pensé que por eso no querías unirte a Infinity al principio.
-No tenía amigos. Solo eran negociantes con los que intercambiaba bienes y comida.-
Zoe puso una cara de desaprobación.
-Entonces... ¿La chaqueta y todos esos aparatos están hechos con esos "bienes"?- dije con un tono ligeramente malintencionado. No creo que los objetos con los que comerciaban se les encontraban por arte de magia. En infinity tuvimos casos de desapariciones y robos sin resolver.