• Capítulo 1 •

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6 meses antes...

El metro parecía estar más concurrido de lo habitual. Pero no por trabajadores, no. Si no por grupos de personas dispuestas a ir a la playa no muy lejos de allí. Acababa de empezar el verano y se notaba. Ya que miradas de burla y risas apuntaban a SeungHyung, un larguirucho pero atractivo joven de tez morena y pelo azabache. Quien, inseguro por su forma física, detestaba la idea de usar mangas cortas, algo que parecía resultar divertido para la gente de su al rededor. Pensó que si esta vez usaba auriculares, no lo notaría. Pero, se equivocaba. Decidió poner frente a esos niñatos que se reían de él. Pero se asustó inesperadamente nada más levantar la mirada.

¡Annyeong, hyung~!

Lo que parecía ser un aniñado adolescente de pelo castaño acercó su cara al rostro del mayor. Tanto que ni siquiera podía enfocar sus facciones. Este, lo agarró del brazo con fuerza, y lo sacó del vagón antes de que las puertas se cerraran. Se trataba de su mejor amigo, JiYong, por el que llevaba esperando 5 minutos dentro de aquella cabina infernal.

No sabes lo que me alegro de verte. Bueno cuéntame, ¿qué ha preparado esa cabecita tuya?

He hecho una lista de lo que haremos hoy. ¡Pero esta vez sera sorpresa!

Todos los sábados desde que acabaron el instituto, preparaban un plan para divertirse el día entero los dos solos y no perder el contacto, ya que aún siendo vecinos, sus nuevos estudios les requerían mucha atención. Esta semana le tocaba a Kwon, y se mostraba más entusiasmado de lo habitual.

Esta bien. ¡Ah! Omma me ha hecho kimbab. Dijo que compartiera contigo... a medida que hablaba, el volumen de su voz disminuía.

Gracias, tu omma es encantadora. Tal vez por eso eres tan dulce.

Ese comentario hizo que SeungHyung se acercara un poco su mano a la boca para darse un sutil lametón a sí mismo, sacando su bingu interior, y provocando la risa de ambos. Después de unos pocos pasos, JiYong se detuvo. Lo que hizo que SeungHyun apartara la mirada de su amigo para observar la gran estructura frente a él. Lo conocía bien. Tanto, que sabía que uno de sus artistas favoritos había expuesto una nueva obra de la que llevaba semanas hablando. Si, JiYong lo llevó hasta un museo de arte, el mismo día del estreno.

Por un momento se encontró dividido por dos sentimientos. Moría por ver que se había llevado entre manos aquel maestro del color y del ingenio. Mientras que, por otro lado, estar rodeado de gente y cámaras fotográficas, no era algo muy apetecible. Ademas, no iba con la ropa adecuada para aquella ocasión tan especial. Tras unos segundos inmóvil, entró con paso firme al elegante edificio con su emocionado amigo tras él. No tardaron en pasar por recepción, para llegar a las grandes secciones de amplias paredes blancas llenas de color. Parecía estar más vacío de lo habitual hasta que llegaron a la sección ocho, donde un gran cúmulo de gente rodeaba la mencionada obra. Ni siquiera su alta estatura le sirvió esta vez para ver lo que se escondía tras ese barullo. Ambos se acercaron, formando ahora parte de ese montón de curiosos. Pero seguían sin poder verla, y esa situación provocó un puchero en los finos labios de SeungHyung, ya que era muy tímido, haciéndolo incapaz de moverse de donde estaba. Cuando su amigo lo vió, cogió su mano y se abrió paso entre la multitud. JiYong también era tímido, si, pero él tenía algo. Consiguiendo que llegaran, a base de "disculpe", "por favor" y, "gracias", al pequeño cuadro. Todos los adultos que los rodeaban fotografiaban la obra, mientras que, ellos admiraban boquiabiertos cada trazado y pincelada que formaban aquella maravilla digna de llamarse obra de arte.

Woaah... –suspiraron ambos.

Aquel maestro lo había vuelto a conseguir, dejando impactados a todos con su última obra, "Untitled". Era casi hipnótica. Llena de lineas que disminuiban cuanto más cerca estaban de las dos lineas que formaban el núcleo del cuadro, convirtiéndolo en una mariposa. Los tonos neutros y zonas desgastadas le daban ese toque de antigüedad que lo hacia aún mejor, como si de buen vino se tratase. Simplemente, magnífico. La prensa no tardó en disiparse completamente de aquella sala, dejando en silencio a las personas que realmente amaban el arte y pasaban horas admirando con detalle cada obra expuesta.

Mira que lineas tan perfectas. Y ese uso tan meticuloso de los colores primarios. Es majestuoso.

Si, esta vez estaban frente una de las grandes obras de Piet Mondrian, su inspiración. Cuyas obras llevaban expuestas apenas 2 meses y SeungHyun podría decir donde estaba úbicada cada una sin mirar. Eso, le dio una idea a su joven amigo, lo que hizo que salieran del museo tras tres horas de cultura. Pero antes de pisar la calle, JiYong fue devuelto al interior de este.

Espera. –Choi, dejó sobre la palma de su mano, un bolígrafo que había sobre el frondoso libro de la entrada– Así sabré que esto no ha sido un sueño.

Ambos firmaron sobre una de sus aviejadas páginas, como los más de miles de personas orgullosas de haber visitado tal prestigioso lugar. Tras eso, se dirigieron a la siguiente ubicación de la lista: La casa de los Kwon. No sin antes, ir a por un helado. Pasearon cerca del río Han, absortos por los colores que el atardecer reflejaba en el agua. SeungHyun posó su brazo sobre los hombros de su amigo y esté le miró sonriente mientras él seguía con la mirada perdida en el cielo. JiYong se sentía tan aliviado al verlo tan feliz de nuevo que apoyó su cabeza en su alto amigo. Pero, no tardó mucho en separarse para coger su mano y correr hacia un punto azul que llamó su atención. Seung, al ver que se trataba de una heladería ambulante, le siguió con total normalidad.

¿Oh? Un sabor nuevo. –dijo Ji absorto por la curiosidad.

Tiene buena pinta. Deme ese, por favor. pidió mientras el menor se decidía.

SeungHyun, extendió sus brazos para atrapar aquel tentempié tan extravagante. Podría ser solo un cucurucho de helado, si, lo era. Pero el color de su bola era azul intenso, algo que ninguno de ellos recordaba haber visto nunca.

Hyung, este color te favorece. Tal vez... ¿como tinte? Así podría reconocerte incluso a kilómetros de distancia.

Lo haré, si tu también te lo tiñes. Eres fácil de perder en la multitud, ¿sabes?

¡Yah! –fingió tristeza.

Es broma, ¿quieres probar mi helado como tratado de paz?

Kwon asintió. Entonces, Seung le entregó el inusual cucurucho y aprovechó la situación para agacharse a atarse los cordones. En ese momento, comenzó a mirar a su alrededor en esa inusual postura. No sabía muy bien por qué pero, se sentía observado. Todo parecía normal, hasta que vio a un hombre que le resultó familiar.

Oye, ¿No te suena ese- ¡JiYong-ah, eres malo conmigo! –dijo a carcajadas al ver al joven sonreír con los labios y nariz manchados de azul.

¿De que te sorprendes? Iba a hacerlo de todas formas. ¿Quieres un poco del mio? –ofreció aún limpiándose con los dedos para luego lamer de ellos.

SeungHyun se levantó, tiró del brazo de este y, con una media sonrisa en su rostro, atrapó sus piernas y se lo llevó sobre su hombros, haciendo que ambos conos de helado cayeran al suelo.

Hyung, ¿que estas haciendo?

Shh, ahora eres mi prisionero.

Comenzó a saltar, zarandeando a su amigo. Hasta el punto en el que las mejillas de JiYong se tornaron rosadas.

¡Oppa! exclamó, llamando la atención de algún transeúnte y haciendo que el mayor lo liberara de su agarre.

Esta bien. Pero me debes un helado azul. –reclamó, apartando la mirada al ver sus pequeños sonrojos.

Créeme, te daré algo mejor.

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⏰ Última actualización: Dec 22, 2018 ⏰

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