Primer Tempo

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LUNES, SEPTIEMBRE 04

3:00 p.m.

–Entonces Poe-kun ¿qué es eso te enviaría tu amigo de Estados Unidos?

–No lo llamaría amigo. Es más bien un colega de mi anterior trabajo. También es un usuario de Poderes, pero ya es muy mayor para sobrellevarlo. Así que me pidió el favor de esconderlo en Japón.

–¿Deshacerse de su propio poder?

–Tiene el mismo mecanismo que una de las amigas de Ranpo-kun, la niña Kyoka.

–Me suena a un montón de problemas.

–Quizás lo es. Pero hace años cuando descubrí mi propia habilidad, él me ayudó mucho a sobrellevarlo, con información y consejos. Realmente no sabía nada. Ahora es mi turno para ayudarlo.

–Eeeh vaya que tienes palabra.

En ése momento, el taxi dónde iban a la oficina de correos, se detiene en un embotellamiento, enterándose desde la radio del auto que fue un accidente de carros que chocaron en cadena. Mientras a la vez Karl chilla acostado sobre las piernas de su dueño.

–El edificio está cerca ¿te no molesta caminar un poco para ahorrar tiempo, Ranpo-kun?

–¡Con tal de salir de la agencia todo vale! Hoy era de esos días que no ocurre nada, mi talento se desperdicia, y muero de aburrimiento.

–Me alegra escuchar eso.

–¡¿Eh?!

–Lo digo porque así no me siento culpable de pedirle que me acompañara –sonríe pagando el taxi.

Ambos bajan y comienzan a caminar hasta la esquina del frente, cruzando al Este por lo que no alcanzan a ver el accidente que hubo dos cuadras adelante.

–Poe-kun ¿qué ocurrió con tu nuevo libro y el retarme de nuevo?

–¡¿Lo recuerdas?! No pensaba que fuera tan importante y lo tuvieras en mente.

–¡Yo lo recuerdo todo! –presume–. Es sólo que un reto tuyo hubiera sido perfecto hoy.

–Está escrito a la mitad, pero me esforzaré para terminarlo pronto.

–No lo hagas. Si te apresuras comenzarás a cometer errores, ya no será tan pulido como el anterior, y no será un reto.

–Lo tendré en mente –contesta sintiéndose animado porque Edogawa lo tuviera en cuenta.

Un par de pasos más y estaban frente al edificio. El mayor suelta a su peludo amigo para que suba a su hombro y él tenga las manos libres. Al entrar todo el edificio está muy callado y bastante fresco, debido al aire acondicionado.

Ranpo desfallece en una banca de espera haciendo una señal con la mano, un "aquí te espero" que Allan entiende, ya mucho más acostumbrado a los modismos japoneses, y va a la recepción.

No hay nadie más que ellos así que el castaño regresa pronto con una caja blanca tan ordinaria a excepción de todos los sellos sobre ésta, comprobando todos los trámites que tuvo que pasar antes de llegar a sus manos.

Llegando y sentándose junto al ojiverde, también disfrutando del aire acondicionado un momento.

–Veamos de qué se trata.

–¿Lo abrirás de una vez?

–No pesa casi nada, seguro es muy pequeño.

En segundos abre la cajita con mirada expectante, que se tornó confusa enseguida al ver en el interior. Y Ranpo, curioso, se levanta de la banca donde estaba acostado, acercándose a mira.

Rebobinar ::: RANPOEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora