Es una promesa

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-¿Puedo hablar contigo... a solas?—Makoto se le quedó mirando fijamente perdiéndose en esos iris que el azabache tenía por ojos en donde se reflejaba, hasta que el silencio que se generó con algo de incomodidad si no hubiera sido por la chica con la que el castaño charlaba.

-Supongo que querrán espacio, así que yo mejor me voy a hacer mis deberes, entonces después hablamos Mako, recuerda que puedes hablar conmigo cuando me necesites—comentó alejándose mientras le guiñaba un ojo en forma picaresca mientras levantaba el dedo pulgar en forma de buena suerte. Makoto se sonrojo un poco al saber a lo que se refería su anterior comentario.

-¿D-de que quieres hablar?—titubeó un poco, pronto el timbre sonó por todos los corredores y la gente empezó a salir de los salones.

-¿Podemos hablar en un lugar un poco privado?—el castaño asintió y le siguió hacia un corredor algo oscuro donde la gente no acostumbraba a pasar—bueno Mako, resulta que... hace ya un tiempo te había dicho que quería comentarte algo con seriedad, pero con todo lo que ocurrió últimamente, no quería molestarte, pero recordé que Rin comentó que te empezabas a poner algo ansioso cuando no te decían las cosas—rió algo apenado por a ver dejado al castaño con la duda durante tanto tiempo—... o algo así—mencionó rascando su nuca al ver la cara de Makoto con expresión confusa.

-No te preocupes por eso Sousuke... ¿qué querías decirme?

-Sí, el punto es que... sé que es vergonzoso comentarlo ahora pero...—Makoto abrió los ojos un poco como incitándole a que continuara—había notado que estabas acosándome—Makoto juró que le tiraron un balde de agua fría con hielo, porque se sintió pálido al instante, se sorprendió tanto hasta que retomó su color en un fuerte sonrojo.

-Eeeeeeh??—tapando su rostro, Makoto ocultaba su vergüenza, "¿¿¿Acaso había sido tan notable???" en pensar de que lo hayan descubierto era lo peor que le podía ocurrir, prácticamente quería que la tierra se lo comiera en ese instante.

-no, no, no Makoto no quería que sonara así, solo que...

-Lo siento...

-Eh?

-Lo siento...—se descubrió la cara un poco mirando hacia el suelo—es que... tu me gustas—mencionó en un hilillo de voz pero lo suficientemente alto y entendible para Sousuke, claramente este quedo sorprendido a la repentina confesión, tal vez si lo había notado y si no estaba mal Rin también lo había comentado pero no pensó que fuera a suceder esto.

-Makoto... yo

-L-lo siento—empezó a sollozar—Sousuke a penas ver lo así sintió la necesidad de abrazarlo y calmarlo—de seguro pensaras que soy un fenómeno... solo... solo quería ser sincero contigo—se aferraba cada vez más a la camisa de este aguantando sacar un llanto al recordar como lo habían tratado años atrás, pero esta vez no fue así.

-Mira Makoto, hagamos una cosa. Te daré una oportunidad de que llegues a gustarme, tienes que hacerlo por ti mismo y yo te daré mi respuesta en un mes, aquí en este mismo lugar—al castaño le brillaron los ojos ante tal confesión, le creció una sonrisa tan maravillosa y le agradeció a Sousuke, el azabache sonrió de lado y le acaricio la cabeza como si fuera un cachorro, dándole buena suerte y yéndose de ahí para seguir con sus clases, Makoto se sintió el hombre más dichoso del universo que corrió hacia la sala de entrenamiento y se puso en marcha, sabía que si mejoraba y ganaba el mejor tiempo de nado de brazada podría satisfacer a Sousuke sin lugar a duda.

...

-Señor, ¿nos mandó a llamar?

-Si—el hombre sentado en aquella silla de cuero giró levemente con elegancia para sonreír de lado—Hay que preparar las cosas para nuestro invitado. Ese chico sea como sea va a tener que llegar a mis manos de alguna forma. ¿El Plan B está funcionando?

Encerrado - (SouMako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora