S E I S

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  A última hora de la tarde, Heechul le dijo a uno de sus empleados que lo llevara a su casa. Había olvidado que había dejado el Porsche en el piso de Chang. Como aún no estaba ansioso por regresar allí, decidió que ya se le ocurriría cómo recogerlo. Heechul aún se sentía bastante perturbado por lo sucedido con Rose. A pesar de esos momentos de encendido deseo y entrecortada respiración que habían compartido en el catamarán, al atracar la embarcación se despidieron de forma distante e incómoda. De algún modo no se sentía bien por cómo habían dejado las cosas, pero no sabía qué más podría haber hecho o dicho.

Toda la tarde en la oficina sintió como si se hallara inmerso en una nube gris. Al final del largo día, todavía no estaba de ánimo para analizar su confuso estado mental. Habría preferido olvidarlo todo... si hubiera podido. Después de que el empleado lo dejara en casa, entró y encontró a Ned arrodillado ante la puerta abierta de la cocina y el salón, dando los últimos retoques al suelo del comedor. La madera en la estancia vacía brillaba con intensidad.

—Tiene un aspecto magnífico —comentó, sonriendo por primera vez desde que bajó del catamarán—. ¿Está casi acabado?

—A punto —indicó Ned, con evidente orgullo—. Los cuartos y el vestíbulo de arriba los acabé ayer, y hoy he barnizado las habitaciones de la planta baja. Ésta es la última.

—Entonces, ¿puedo quedarme esta noche?

—No, jefe. ¿No ves que aún se está secando? ¿No hueles? Písalo y te pegaré tal grito que me oirán en Maui.

—De acuerdo. No pensaba —suspiró—. ¿Mañana?

—Sí, probablemente mañana por la noche puedas mudarte. Vendré a verlo por la tarde. Y colocaré en su sitio los muebles.

—Gracias — Heechul comenzó a musitar algo en voz baja—. Bien puedo quedarme una noche más allí. Maldición. Además, dejé el coche en el piso.

—¿Dejaste el coche aparcado allí? ¿Se ha averiado?

—No. Otra persona me llevó esta mañana a la ciudad. Es una larga historia.

—¿Una wahine nueva en tu vida? —a Ned le brillaron los ojos.

—¿Por qué lo supones? —la pregunta lo pilló desprevenido.

—Anoche me encontré con Sophie, y me dijo que fuiste a su tienda con una chica con clase. Incluso le compraste ropa. Le comenté a Sophie que me alegraba de que volvieras a la acción...

—No es lo que piensas. Es una amiga de mi padre.

—Oh — Ned perdió la expresión alegre.

—Ha venido de vacaciones con un presupuesto ajustado. Así que en un aparte le indiqué a Sophie que me dejara pagar la mitad de la factura. Eso ha sido todo.

—De acuerdo. Tenía la esperanza...

—¿De qué? —interrumpió Craig molesto—. No me hace falta tener a una chica para ser feliz. Dan más problemas de los necesarios.

—No solías pensar eso —le recordó Ned.

—Bueno, pues he madurado.

—Espera —Ned no pareció escucharlo, absorto en sus propios pensamientos—.Es una amiga de tu padre. Lo lógico es que la hubiera invitado a quedarse en su piso, ¿no?

—Tu capacidad deductiva es admirable —suspiró, deseando que su amigo se olvidara del tema.

—Y acabas de decir que te alojas en el ático de tu padre. Entonces... ¿estás con ella?

I Will Never Marry You (Con Heechul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora