Capítulo 11

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Law disfrutaba del agua salada que le rodeaba, al menos la mayor parte de su cuerpo preferiría estar bajo el mar, pero aún no podía irse y ahora no era por su presa, sino porque literalmente no podía hacerlo, aquellas malditas piernas no le funcionaban bien y su parte trasera aún dolía, tenía que lidiar una manera de ser llevado a la playa, quizás con lo obediente que estaba el pelirrojo podría hacer que lo llevara, con eso en mente se quedó meditando bajo el agua.

Para cuando sacó la cabeza del agua escuchó los pasos del menor acercarse al baño, se apresuró a separar su cola, no estaba acostumbrado a separarla de una vez por lo que al hacerlo no solo sintió más dolor que antes, también perdió el conocimiento sumergiéndose en el agua de nuevo.

El pelirrojo abrió la puerta sorprendiéndose al ver al moreno sumergido bajo el agua, rápidamente se acercó para sacar la mitad de su cuerpo de la tina y con una de sus manos buscar el tapón de la tina para drenarle el agua. Pasó uno de sus brazos debajo de las piernas de Law y con el otro lo sujetó de la espalda para cargarlo y sacarlo del baño, lo dejó sobre la cama y le miró preocupado, estaba muy frio, demasiado frio, removió su cabello antes de poner ambas manos sobre el pecho del mayor y hacer presión repetidas veces.

Debía darle los primeros auxilios, no sabía cuánto tiempo había estado bajo el agua, se regañaba por haberse quedado dormido. Hizo presión una vez más antes de cubrir la nariz del contrario con su dedo índice y pulgar, con su mano libre le sujetó de la barbilla para hacerle abrir la boca, no lo pensó demasiado y comenzó a darle respiración boca a boca, no le dejaría morir ahí.


A penas y sentía las presiones sobre su pecho, a decir verdad, ya se encontraba consiente, pero no podía moverse por lo cansado que se sentía. No entendía lo que el humano le había o lo que se proponía al presionarle, decidió dejarse llevar por el cansancio al menos hasta que sintió como cubrían su nariz. Cuando los labios del contrario se unieron con los suyos sintió un extraño escalofrío en el cuerpo, hizo un esfuerzo por moverse y logró morder los labios del pelirrojo, no tenía mucha fuerza por lo que la mordida no haría sangrar al humano, pero al menos había logrado tirarle del labio y detener lo que fuera que estuviera haciendo.

Eustass dio un leve respingo al sentir aquellos dientes sujetando de sus labios, le miró con detenimiento notando como este a penas y lograba abrir los ojos. No pudo pensar en nada más que levantarle un poco para abrazarlo, solo quería rodearlo en sus brazos, sentir que podía protegerle, deseaba poder llevarse los malos recuerdos del mayor.


— Lo lamento.
Le murmuró mientras escondía su rostro en el cuello del moreno y le abrazaba con más fuerza.


— Dije que iba a protegerte y no pude… es mi culpa.
Mentiría si dijera que no pensaba realmente eso, era su culpa que todo eso les hubiese pasado.


— Si hubiera peleado contra ellos, si no me hubiera preocupado tanto por mi bote no te habrían…
Mordió sus labios con impotencia, ni siquiera podía decir aquellas palabras y dudaba que el moreno quisiera escucharlas.


— Lo siento, de verdad, lo siento. Te protegeré esta vez.

Law no entendía muy bien las palabras del pelirrojo, no porque no entendiera el lenguaje, sino que para él no habría de que disculparse, después de todo, era por su curiosidad que les había dejado llegar tan lejos y, sobre todo, eran aquellos humanos los que se habían atrevido a dañarle y al parecer, obligarle a aparearse.

Alzó con dificultad una de sus manos, la dejó sobre la espalda del pelirrojo, no porque estuviera realmente correspondiendo aquel acto tan extraño, sino porque quería sentirle un poco más cerca, podía notar los latidos lentos, pero fuertes. Paseó su nariz por el cuello del contrario aspirando su aroma, estaba tan cerca de simplemente morderle y ver como se desangra, separó sus labios buscando hundir sus dientes en aquella deliciosa piel, pero no lo hizo, no sabía porque, pero en ese momento no le parecía apetitoso el humano por lo que solo le pidió que lo soltara.

Kid le dejó de nuevo recostado en la cama y lo cubrió con las mantas, le miró unos segundos antes de ponerse de pie para alejarse de la cama, entró en el baño y Law se quedó mirando hacía el techo, no entendía que estaba sucediendo.

Los siguientes días solo fueron siendo más extraños para el moreno, al inicio alejaba cualquier acercamiento que intentara el pelirrojo, llegando a golpearle en más de una ocasión, pero el menor no parecía importarle demasiado, solamente hacía una expresión rara y luego se alejaba, seguía trayéndole agua salada para llenarle la tina, solo que ahora le daba un tiempo limitado para estar solo en el baño y aunque eso le molestaba no dijo nada.



Dos semanas se habían quedado en aquella posada, gracias al dinero que el pelirrojo había robado del barco pirata, pero él era un hombre libre, estar encerrado en una habitación no era lo suyo y realmente deseaba salir navegar lo más pronto posible, por lo que pagó su último día en la posada y fue hacía Law que se encontraba acostado en la cama.


— ¿Estás listo?


— ¿Para que?
Preguntó somnoliento, nunca había disfrutado aquello de “dormir” por más de una hora siquiera, era porque realmente no lo necesitaba, pero estando en aquella cómoda cama, terminó cediendo hasta disfrutar el dormir.


— Para irnos.


— ¿A dónde?
Se sentó en la cama para luego tallar uno de sus ojos, si por él fuera dormiría un poco más antes de hacer cualquier cosa.


— Primero a comprarte algo de ropa.


— ¿Para que?
El pelirrojo no respondió, después de todo ¿Para que hacerlo? Era obvio ¿No es así? Igualmente, no entendía cómo el moreno andaba cómodamente por la habitación sin preocuparle ser visto. Es verdad que ambos eran hombres, pero el mayor había pasado por “aquello” ¿No debería tener más conciencia de si mismo?


— Sabes Trafalgar, normalmente las personas usan ropa para no exponer sus cuerpos.
Se acercó al moreno mientras le miraba con sospecha.


— No entiendo porque tú no lo entiendes, es como si no supieras eso.
Law espabiló en ese momento, se había dejado llevar por la comodidad de ser atendido por el pelirrojo y ahora se encontraba acorralado.


—Eso es porque…


— ¿Por qué?
Se cruzó de brazos serio.


— Porque confío en ti.
Fue lo primero que se le vino a la mente, pero había sido la mejor respuesta que se le pudo haber ocurrido, pues en cuanto esas palabras salieron de los labios del mayor, Kid se sorprendió, incluso cubrió su boca intentando ocultar la sonrisa que se había formado en esta, no podría negar que aquello le había hecho extrañamente feliz.


— Entiendo, pero igual necesitas tener tu propia ropa para cuando salgamos.


— ¿No puedo usar la tuya y ya?
Claro que podía, pero eso hacía sentir extraño al pelirrojo, estos días había ido tomando más en cuenta al moreno, le había incluso observado mientras duerme. Siempre lo hacía de manera descuidada, cubriéndose con las mantas hasta la cadera, dejando todo lo demás descubierto, dejándole al pelirrojo mirar cuanto quisiera, le llamaba la atención aquellos tatuajes que marcaban su piel, no entendía como aquel sujeto tan “débil” había soportado que le hicieran esas marcas en la piel, aunque las heridas que tenía anteriormente habían sanado muy rápido, aunque el moreno decía que se debía a sus baños con agua salada.

De cualquier manera, eso no importaba ahora, no solo debía, él quería comprarle algo al moreno, como si aquello pudiera darle protección. Le causaba una extraña curiosidad la cual temía averiguar a que se debía.


— Puedes usar la mía por ahora, pero si salimos a algún lugar necesitarás usar la tuya, una que te quede bien y no grande como la mía.


— Pero la tuya es muy cómoda.


— Lo entiendo, por ahora ponte algo mío, pero vayamos a comprarte ropa.
Insistió y Law se bajó de la cama mascullando entre diente en un idioma que el pelirrojo no lograba entender, a veces incluso creía que hablaba diferentes.

Tomó unos pantalones y una camisa del menor antes de ofrecérselas, Kid ladeó la cabeza confundido mientras tomaba la ropa que le ofrecía el tritón.


— Pónmelas.


— ¿Qué?


— Tú eres el que quiere que me vista y salga, así que hazlo tú.
Se cruzó de brazos. Para cualquier persona parecería caprichoso, pero la verdad es que Law aún no dominaba eso de “vestirse”


Kid dudó un poco antes de acercarse, dejó el pantalón de lado. Por lo que le indicó al moreno que se volteara para poder meter sus brazos en las mangas, este obedeció y el pelirrojo se apresuró a ponérsela, le pidió girarse de nuevo ahora para abotonar la camisa, por un momento se dio cuenta de su enorme error, ahora le tenía de frente con su camisa que le quedaba algo larga, pero que al ser de botones dejaba al descubierto su pecho, abdomen y todo lo demás.

Tragó saliva y suspiró, debía calmarse, solamente era otro hombre desnudo frente suyo, tenían lo mismo bajo la ropa, aunque claramente de diferente color y tamaño, además que la piel del moreno parecía totalmente diferente a la suya, se veía suave, se preguntó si sería tan suave como parecía y sin intención paseó una de sus manos por el pecho de Law, bajando lentamente hasta su abdomen, fue entonces que reaccionó alejando su mano como si la piel del contrario quemara.

Lo había arruinado, seguramente lo había hecho, después de todo el mayor había pasado por una horrible experiencia en la que era atacado por varios hombres y ahora estaba él, tocándole sin su permiso, temía un poco, pero alzó la mirada para encontrarse con la del contrario que en lugar de estar molesta o asustada, era curiosa, estaba claro que Law no oponía resistencia a ser tocado por el pelirrojo.

Kid pensó un poco, quizás estaba paralizado por el miedo, pero de ser así no estaría con una expresión tan “inocente” que parece preguntar “¿Qué haces?” continuó con su labor inicial que era vestirle, así que se concentró en abotonar la camisa con las manos levemente temblorosas.
“¿Qué diablos me pasa?” se preguntó mentalmente ante el movimiento de sus manos, nunca había considerado a ningún hombre “interesante” al menos, no su cuerpo y aunque eso pasara, estaba seguro de que no temería ni estaría nervioso, seguramente sería más fácil, entonces ¿Por qué cada vez que subía su mirada y esta chocaba con la del contrario le hacía sentirse tan torpe?


— Ahora siéntate para ponerte el pantalón.
Tenía que concentrarse en lo que hacía, solamente era vestir a otro sujeto, eso era todo.

Se repetía aquellas palabras en la cabeza una y otra vez mientras le veía sentarse en la orilla de la cama, se apoyó en una de sus rodillas para estar a la altura de las piernas del contrario. Sujetó una de estas y la alzó un poco para meterla en el pantalón, sería mentira si dijera que no miró y se arrepentiría de eso, pues al ver como su trasero se exponía levemente al alzarle la pierna, una punzada llegó a su entrepierna.

Lo negó en su cabeza, negaba que hubiese sentido aquello, él no sentía ningún tipo de tracción por nadie, mucho menos por un hombre, pero en el momento que el pie del moreno presionó su entrepierna supo que todo se había arruinado.
Alzó el rostro mientras con su mano libre sujetaba el pie de quien presionaba su entrepierna.


— Ah, se hizo grande Eustass~ya.


— Claro que lo hizo, idiota.
Masculló molesto mientras se levantaba, Law le miraba sin entender hasta que su rostro fue tomado y sus labios presionados con los del contrario. Aquello le había sorprendido en sobremanera, ¿Por qué hacía eso? ¿Qué era eso en primer lugar?

Dejó sus manos sobre el pecho del pelirrojo pensando en empujarlo, pero una parte de él no quería hacerlo, no quería eliminar aquel extraño ritual, los labios del contrario se movieron por lo que intentó hacer lo mismo, siguiendo su ritmo torpemente, le miraba mientras tenían aquel beso, no entendía lo que pasaba, ni porque el humano tenía cerrados los ojos, pero decidió imitarlo.

Poco a poco era recostado en la cama con el menor sobre su cuerpo, no le prestaba atención a aquello, incluso había alejado sus brazos del pecho contrario, no sabía dónde ponerlos, por lo que los dejó sobre la espalda del pelirrojo, después de todo aquello parecía un abrazo.

Sentía su cuerpo calentarse poco a poco, jadeó un poco cuando la lengua del pelirrojo invadió su boca, la mordió recibiendo un gruñido por el contrario que rompió el beso.

— No muerdas Trafalgar.
Le ordenó con voz ronca antes de atrapar sus labios de nuevo, esta vez no fue mordido, en su lugar su lengua fue bien recibida por la del contrario que creaba un roce entre ambas.

Una de las manos del pelirrojo bajó por el costado del moreno, tocando todo lo que tuviera a su paso, aunque la tela de la camisa que recién le había puesto estorbaba, siguió descendiendo hasta el trasero donde apretó uno de los glúteos de Law.

Se detuvo esperando alguna negativa por parte del mayor, después de todo tenía que ir con cuidado, rompió el beso para mirarle buscando alguna señal de miedo o desagrado, pero solo se encontró con una mirada lasciva y algo confundida.

Y era porque de esa manera se sentía Law, estaba confundido por las sensaciones que llegaban a su cuerpo con cada caricia del pelirrojo, le recordó aquella vez en la cueva en que sintió un calor similar, pero fue rechazado y ahora parecía que estaban en situaciones opuestas, ahora era él quien estaba siendo “atacado” pero lejos de disgustarle, las nuevas sensaciones le causaban demasiada curiosidad.

Su piel se erizó al sentir los labios del pelirrojo en su cuello, incluso aferró sus manos con algo de fuerza a la camisa del contrario cuando los dientes remplazaron a los labios, no dolía la manera en que mordía, en cambio le dejaba una agradable y extraña sensación.

Un hormigueo llegó a su espalda baja cuando un bulto se frotó contra su entrepierna, jadeaba antes de que el pelirrojo se detuviera para reincorporarse, el moreno le miró interrogante antes de ver como se quitaba la camisa, ahora era él quien paseaba una de sus manos por el abdomen del contrario, nunca había sentido aquella calidez así de cerca.

Kid tiró su camisa al lado de la cama pata luego tomar la del tritón, no tenía paciencia como para ir quitando cada botón, por lo que con fuerza tiró de la camisa en contrarias direcciones logrando rasgarla para dejar su pecho descubierto, no tardó en acercarse para repartir besos, mordidas y lamidas por todo lugar donde podía.


— Haa… ¿Qué estamos haciendo Eustass~ya?
Preguntó totalmente agitado y algo mareado por el calor que iba subiendo hasta su cabeza haciéndole difícil el pensar.


— No hables Trafalgar.
Le pidió en un murmuro y es que él tampoco entendía lo que estaban haciendo, claro que sabía hacía donde iban, pero no entendía el porqué y a esas alturas poco le importaba.

Las caricias continuaron y ambos terminaron desnudos sobre la cama, rozando sus cuerpos con el contrario, buscando más de aquel calor que terminaba por embriagarlos. Kid tomó la entrepierna del moreno junto con la suya para comenzar a masajearlas, aún si lo que realmente quería era entrar y hacerse uno con el que gemía bajo su cuerpo, sabía que era demasiado pronto, lo único que podía anhelar de momento era aquello.

Trafalgar gemía ante el placer que le causaba el que su entrepierna se frotara contra la del pelirrojo y más aún con el movimiento de su mano que iba lentamente antes de subir el ritmo haciendo que su espalda se arqueara antes de quejarse cuando de nuevo les masturbaba lentamente.

Terminó por pedirle más mientras comenzaba a besarle de nuevo y aunque no sabía que significaba un beso o para que era exactamente, cada vez que sus labios se unían un escalofrío le atravesaba la espina dorsal. Paseó sus manos por la espalda algo húmeda del menor por el sudor que la bañaba antes de enterrar sus uñas rasgando superficialmente la piel, no había podido evitarlo, de la nada había llegado una explosión de placer que llenaba por completo su cuerpo, mordió el labio inferior de Kid hasta hacerlo sangrar, en otra situación habría enloquecido por aquella sangre, pero su mente se encontraba en blanco y sus instintos se enfocaban en el primer orgasmo que llegaba a su cuerpo. Echó su cabeza hacia atrás soltando un fuerte gemido mientras su esencia salía de golpe manchando su abdomen y el del pelirrojo antes de que el otro hiciera lo mismo, alcanzando el orgasmo momentos después que el tritón.

Kid lamió su labio degustando el sabor metálico de su sangre, no había notado que le había mordido tan fuerte, se recostó a un lado suyo y le abrazó con fuerza para no ver su rostro, no quería confirmar lo que temía.


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Esta es una segunda parte de una actualización doble.

Muchas gracias por leer y espero que haya sido de su agrado.

Nos leemos~

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