4.

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-No me iré -responde el castaño.

Silencio. Nadie en el interior de la nave dice nada más. Solo se oyen ruidos inidentificables. Shawn insiste llamando a Austin, quien sólo había salido a la sala a buscar un preservativo, no esperaba visita, pero esta no contesta. Nadie responde, ni siquiera cuando Shawn golpea con todas sus fuerzas la puerta de metal.

Hailee y Charlie cada vez están más tensos y nerviosos. No pueden ver qué está pasando y tampoco deben acudir hasta él. Ellos actuarán por sorpresa en cuanto el chico les dé la orden. Mientras, tienen que ser pacientes.

-¡Abre o llamo a la policía inmediatamente y te acuso de secuestro! ¡Sé que tienes ahí a Camila retenida sin su consentimiento!

Es el último grito de Shawn, antes de que escuche el ruido de un cerrojo y vea cómo la puerta se abre lentamente. Delante de él aparece Austin; lleva una navaja en la mano derecha y su expresión es de no estar muy contento.

-¿Tú? -pregunta burlón- Mira, idiota: esta chica está conmigo porque quiere. Así que es mejor que te vayas por donde has venido. Estamos pasando un muy buen rato.

-No me pienso ir hasta hablar con ella.

-Ella no quiere hablar contigo.

-¿Estás seguro de eso? No la he escuchado -comenta Shawn, alejándose poco a poco de la puerta, caminando de espaldas, hacia atrás.

-Me importan muy poco tus impresiones. ¡Largo de aquí!

-¿Y si no quiero?

-Pues...

En ese instante, Shawn sale corriendo y, con el martillo que guardó antes de ir, golpea una de las ventanas del cuatro por cuatro, ante la mirada aterrada de Austin que ve cómo uno de los cristales de su todoterreno estalla en mil pedazos.

-¿Quieres que siga? -pregunta con una sonrisa el chico, desafiándole con la herramienta

-¡Serás hijo de...! ¡Te voy a matar! -exclama enloquecido por la rabia, corriendo hacia él con la navaja alzada.

Parece que está poseído. Su rostro desencajado infunde terror, pero Shawn no puede pararse a pensar en eso. Rodea el vehículo y se refugia en el otro lado. Austin lo observa a través de la ventana rota. Sus ojos están inyectados en sangre.

-¡Ahora, chicos! ¡A por Camila! -grita Shawn lo más fuerte que puede.

Hailee y Charlie escuchan la orden que esperaban y corren hacia dentro de la nave.

Cuando entran, cierran la puerta. Austin no puede creer lo que está sucediendo. Se ha visto sorprendido y no sabe hacia dónde ir. Ha vuelto a meter la pata. Pero ¿cómo iba a suponer que había más gente? Becky, cuando se entere de esto, no se lo perdonará. Debe arreglarlo como sea. Primero tiene que hacerse cargo del que le ha roto la luna del todoterreno.

-¿Qué? ¿Estás muy enfadado?

-Muchísimo.

-Es una pena lo de la ventana de tu precioso coche. ¿Te lo cubre el seguro?

Los dos van caminando lentamente alrededor del vehículo. Ninguno deja de observar al otro ni un solo instante. Shawn tampoco pierde ojo de la puerta de la nave. En cuanto salgan, deberá hacer algo... para que el rapado no vaya a por ellos.

*Hailee y Charlie*

Escuchan el grito de Shawn y los dos corren hacia el interior de la nave. ¡Es su oportunidad!

-¡Cierra la puerta, Hailee! -dice Charlie, que va delante.

La chica obedece y da un portazo cuando entra. ¡Lo han conseguido! El plan de Shawn ha funcionado. Tal y como imaginó, irían a por él. Además, ha sido sencillo porque solo estaba Austin en la nave. Eso ha facilitado las cosas.

The Hurting [Just Leave #2] | #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora