-Eh... Hola, Shawn. ¿Puedo hablar contigo? -preguntó Camila, bajando la mirada, nerviosa. El castaño alzó mucho las cejas.
¿Qué hace ella ahí? ¿No debería estar con su novia por ser dama de honor?
-Mi familia está acá y... - comenzó el chico, rascándose la nuca, sin saber qué decir exactamente.
-¿Camilita? ¡Hija! - exclamó Karen, sonriendo, interrumpiendo a su hijo.- Pasa, pasa. Nosotros podemos ir a otro lado para que puedan hablar tranquilos. Vamos a la habitación de Charlie. - dijo la señora, apurada, levantándose siendo seguida por los estilistas. Manuel y Aaliyah sonrieron al ver a la castaña ahí.
Por fin. Gracias Camila.
-¿Enserio? Es decir... Puedo esperar y... - comenzó la chica, nerviosa.
-¡No! - exclamó Manuel, rápidamente. - Nosotros nos vamos, hija. No te preocupes. - dijo, dirigiéndose a la puerta. - De seguro que Charlie ya está listo y puede estar con nosotros.
-Sí, sí, sí. - repitió Aaliyah, sonriendo.
-¿Seguros? - preguntó Shawn. Todos asintieron, emocionados.
-¡Claro que sí, hijo! - exclamó Karen, tomando sus cosas. - Los dejo para que hablen. Cualquier cosa, estamos en la habitación de Charlie. - dijo sonriendo.
Todos los Mendes, menos Shawn, salieron de la habitación, sonriendole a la castaña como muestra de agradecimiento a ella, mientras esta solo se sentía cada vez más nerviosa e intimidada.
Después de unos segundos solo quedaron ella y Shawn en la habitación, solos.
Dios.
-¿Está todo en orden? ¿Hailey está bien? - preguntó Shawn, serio. Camila asintió levemente.
-¿Puedo pasar? - preguntó. El castaño asintió y se hizo a un lado, dándole permiso a Camila.- Gracias. - susurró.
Un silencio incómodo reinó la habitación donde ambos se encontraban. Nadie se atrevía a romper aquel hielo que se había formado entre ambos.
Hasta que...
-¿Qué pasa? - habló el castaño, sabiendo que el tiempo pasaba y ya debería cambiarse para la boda.
Su boda.
Debería apresurarse.
Camila tomó aire y lo botó de golpe.
¿Enserio está haciendo eso?
Qué tonta es. ¿Acaso no aprende?
-Eh... Hailey me ha dicho que cante en su boda. - improvisó, a pesar de que era cierto. Justo unos minutos antes de ir al hotel del chico, la rubia le había dicho que ya estaba en el cronograma y tendría que cantar, por más que la castaña se había opuesto a ello mil veces. - No tengo nada listo y no voy a poder hacerlo.
Shawn asintió, comprendiendo.
-Hablaré con los organizadores para que no tengas que hacerlo. No te preocupes, yo lo soluciono. - dijo, mirándola. La castaña asintió. - ¿Es todo? - preguntó, lo que sonó más a que la estaba botando.
Camila suspiró.
Valentía, ¿dónde estás cuando se te necesita?
Miró hacia el gran ventanal que daba una vista hermosa de la ciudad y se mordió el labio.
Había ido hasta allá con una razón... Ahora debe decirla.
Ojalá le vaya bien.
-No digas nada hasta que acabe, por favor. - pidió. - No me digas nada. Solo te diré algo... y me iré. Por favor, no me respondas ahora. - dijo, bajando la mirada, tomando aire.- No te cases con Hailey. - susurró, volviendo a mirar al castaño, quien abrió mucho los ojos. A pesar de lo bajo de su voz, había entendido perfectamente.- No te cases. - dijo más fuerte, tratando de mostrarse firme.