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La castaña comenzó a jadear rápidamente mientras sentía que todo lentamente comenzaba a darle vueltas.

Shawn comenzó a abrirse paso entre todos los presentes, quiénes se encontraban al rededor de la castaña, intentando ayudarla, inútilmente.

El chico se acercó a ella, colocándose de rodillas a su altura, debido a que ella se encontraba en una silla, mientras sostenía el inhalador con decisión.

Buscó su mirada y, al encontrarla, notó que se encontraba desesperada y asustada.

Se acercó a una distancia considerable y posó el inhalador en los labios de la castaña, quien sentía que sus fuerzas abandonarían su cuerpo en cualquier momento.

Estaba muy mal.

Observó aquellas pupilas color chocolate que lo tuvieron enamorado por mucho tiempo y ambos hicieron contacto visual, observándose detenidamente, cada facción del otro y cada característica que los había enamorado... una en mal estado y otro apoyándola. Una aterrada y el otro serio.

La preocupación de todos aumentó cuando se dieron cuenta de que el inhalador, esta vez, no había servido para nada, haciendo que la chica se desespere aún más al ver que no mejoraba en nada.

Shawn la tomó de la nuca suavemente, acercándola a él cada vez más, cortando el espacio que había entre ambos, sintiendo el aliento entrecortado y acelerado de la castaña, mientras sus ojos lo observaban asustada y temerosa, y ninguno hacía el mínimo movimiento para impedir dicho acercamiento. 

Sus narices se rozaron y el chico pudo oler el suave aroma de la castaña, tan característico en ella, asimismo sus labios estaban tan cerca a los suyos, tanto como sus ojos, quiénes no dejaban de observarlo.

Sentía que sólo estaban Camila y él ahí, solos, tiempo atrás, donde él solía calmarla de otra manera en cada ataque de ansiedad y solía apoyarla en todo.

El chico juntó sus frentes, haciendo que el espacio entre ambos sea mínimo y que no dejen de mirarse ni un sólo segundo. Rozó los labios rosados de la castaña y pudo sentirlos sobre los de él debido a la mínima distancia que había entre ellos.

Observó unos segundos más los ojos de la castaña, haciendo que recuerde el pasado y como estos solían mirarlo con cariño y dulzura. Por más que sea uno de los colores más "comunes" para él siempre tuvieron algo de especiales.

Todo lo que era parte de Camila era especial. Todo.

Se mordió el labio inferior y, segundos después, bajó la mirada lentamente, teniéndola así cerca. Colocó nuevamente el inhalador en los labios de la castaña y suspiró, alejándose, aumentando la distancia entre ambos chicos.

Por poco, por muy poco casi la besa. 

No podía permitirse tal sufrimiento, ni a él ni a ella, quien lo observaba atentamente y luego, también, bajó la mirada.

Después de unos segundos luchando con su inhalador, sintió que, por fin, le había hecho un mínimo efecto.

Aunque no cree que esa haya sido la verdadera causa.

Después de unos segundos, comenzó a intentar regular su respiración, lo que le resultaba muy complicado en esos momentos de ansiedad, e intentó tranquilizarse. Su pecho continuaba subiendo y bajando rápidamente, asimismo se encontraba agitada y jadeante.

Su cabeza continuaba dando vueltas y supo que aún no se encontraba muy bien.

Los padres de ambos chicos se quedaron asombrados al ver las acciones de sus hijos tan... ¿cercanos? Podría decirse que hasta parecían... no. Supuestamente ellos son mejores amigos desde la infancia, ¿no? Se conocen desde bebés y sólo ha existido amistad entre ellos, ¿no? Sino hubieran confiado en sus padres y se los hubieran dicho, ¿no? 

The Hurting [Just Leave #2] | #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora