35.

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-Hey, ¿dormiste bien? -preguntó el chico, al segundo que la castaña abrió los ojos lentamente.

La chica se talló los párpados y se sentó, pero ya no estaba en el suelo.

-¿Seguimos en el estudio? -preguntó con la voz ronca, adormilada.

-Sí, nadie ha venido a sacarnos todavía, sinceramente no creo que lo hagan hasta dentro de un rato, es muy temprano.

La chica bostezó y se desesperezó, mientras hacía muecas al sentir un ligero dolor en la espalda.

No está acostumbrada a no dormir en algún colchón o alguna superficie suave, seguro ya tomó una mala posición.

-¿Qué hora es? -preguntó al notar que la habitación estaba ligeramente alumbrada.

-¿Cómo podría saberlo? No tengo mi celular aquí así que...

-Tienes un reloj en tu muñeca, Shawn. -dijo la castaña, mirando el reloj que Shawn traía. El castaño bajó la mirada hasta su muñeca y se asombró.

-Oh, cierto, cierto, cierto. -dijo mirándolo.

-¿Me puedes decir la hora? -preguntó nuevamente la chica.

-Pero no tiene batería. -dijo el chico al comprobar que las manecillas de su reloj no se movían.

La castaña gruñó levemente y volvió a echarse en el mueble donde se encontraba, bostezando nuevamente, cansada.

-Supongo que tendremos que esperar. -dijo la chica mientras se tallaba los ojos.

-Creo que sí. -dijo Shawn levantándose, dirigiéndose a una guitarra que se encontraba en la esquina del estudio. Tocó suavemente las cuerdas. -¿Te apetece cantar algo? -preguntó.

La chica suspiró mientras cerraba los ojos.

-¿No te cansas? -preguntó, intentando no sonar ni muy agresiva ni muy amable.

Shawn frunció el ceño, sentándose al lado de la chica, confundido.

-¿Disculpa? 

-Siempre estás ahí, intentando arreglar lo que no tiene solución.

-Sólo quería cantar contigo.

-Shawn, te conozco, sé que esas no son tus intenciones. -dijo la chica seria, confundiendo más a Shawn.- Deberías rendirte y encontrar tu felicidad en otra parte, ya no volveremos a ser los mismos de antes.

El castaño suspiró mientras bajaba la mirada.

Ambos chicos se quedaron en silencio durante unos minutos donde sólo se escuchaban sus respiraciones y nada más, hasta que el castaño, después de un largo tiempo, habló.

-¿Sabes? A veces me dan ganas de rendirme, pero simplemente no puedo... No está en mi sangre. 

(***)

Sostuvo fuertemente la libreta y la abrió temblorosa.

Se encontraba totalmente sola, nadie estaba junto con ella y prefería mil veces eso, no quería derrumbarse, en caso de que lo haga, con alguien ahí. Quería enfrentar eso por sí misma.

Comenzó a pasar página por página, luchando internamente por no ponerse a llorar en ese mismo instante y suspirando a cada momento viendo las canciones que escrbió hace tanto tiempo y que ya hasta tenía olvidadas.

Se mordió los labios y encontró la más reciente hasta ese momento.

"I Have Questions"

Leyó lentamente frase por frase y acarició suavemente con la yema de sus dedos las palabras escritas con un bolígrafo negro. Justo al costado se encontraba una pequeña mancha más oscura que el papel y un tanto diferente al resto de la hoja.

The Hurting [Just Leave #2] | #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora