El Olimpo

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Esa misma noche en el Monte Olimpo, dos amantes interrumpían sus caricias.

- ¿será cierto? .- preguntó en tono de burla Poseidón, Dios y señor de los mares.

- ¿de qué hablas?.- preguntó fastidiada la Diosa Atenas, una hermosa mujer de piel blanca como la leche y cabellos largos y dorados como el sol, mientras se levantaba muy molesta de la enorme cama de Poseidón, cubriéndose con las suaves y bellas sabanas de seda Azul.- no sé a que te refieres

- ¿a que esa chica es más bella que tú?,.- dijo el Dios riéndose de Atenas

- pues no me interesa.- dijo la Diosa.- desearía no tener que oír esas voces y esas idioteces en mi cabeza, cada vez que alguien menciona el nombre de un Dios.

- si lo sé, Atenas.- susurro Poseidón, mientras se levantaba de la cama, para persuadir a su amante a regresar a su lecho, mostrando así su perfecto cuerpo.-pero esa es la manera que tiene Zeus para controlar a los humanos.- continuó Poseidón atrayendo hacia él a la bellísima Atenas.

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Medusa y la cortesanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora