Dios Hades

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En las puertas del castillo estaba Perséfone vestida ya con las ropas propias de la reina del inframundo, ella los escoltó hasta la sala del trono donde estaba sentado el Dios Hades.

- Mi señor Hades.- saludó Perséfone.- he venido a suplicarle escuche a este joven y a esta chica, ambos quieren relatarle una historia que a mí me ha conmovido.

- Mi reina, usted sabe que yo no permito vivos en mis dominios, pero por usted escucharé ese relato, puesto que nada puedo negarle.- respondió el Dios

Aunque Hades era un Dios muy peligroso y su aspecto era el de un magnifico Guerrero pues era formidable en batalla, también era un Dios cargado de preocupaciones y rodeado del tormento de la humanidad

- Mi señor Hades, he venido aquí como el más humilde de sus siervos, para suplicarle pueda ayudar a la mujer que amo, mi amada Medusa fue convertida en un monstruo y...

- Mi señor.- interrumpió Aspacia al moreno que estaba iniciando su relato.- todo el sufrimiento que padece Medusa es por mi culpa, yo estaba tan cegada por los celos que instigue al Dios Poseidón para que seduzca a Medusa, lamentablemente las cosas se salieron de control, Poseidón la violó en el templo de Atenas y la Diosa se enfureció convirtiéndola en un monstruo el cual fue cazado y matado, y ahora sufre un terrible tormento en sus dominios mi señor

- Y que es lo que pides niña.- preguntó el Dios

- Mi Rey.- intervino Perséfone.- le solicitamos un grano de las granadas que crecen en su palacio, eso volverá el alma de Medusa a la normalidad

El Dios se quedó en silencio unos minutos y luego estiró la mano hacia Aspacia y le dijo:

- Este grano de mis preciadas granadas te lo voy a dar solo porque mi reina ha entregado mucho para ayudarlos.- dijo el Dios mirando el cuello de su reina y percatándose que su regalo no estaba.- Toma el grano bella niña.

La cortesana se acercó con miedo al Dios y Cogió el fruto de la granada que tenía en su mano,

- Perséfone.- llama a Medusa, tráela del calabozo donde está.- indicó Hades a su Reina.

Al oír esto la Diosa cogió un poco de ceniza que había dentro de un ánfora y gritó mientras la tiraba hacia el suelo.

- ¡Medusa!, yo la reina del inframundo te llamo, manifiéstate ante mí.

El alma de un horrible monstruo apareció ante la mirada sorprendida de Malco y la cortesana, un alma perdida en su tormento, en su propia miseria, sin poder darse cuenta de lo que la rodeaba, ya que aunque alguien vivo este en el mismo inframundo la ley decía que los vivos y muertos no podían comunicarse.

Malco estaba petrificado, él había visto el cuerpo de Medusa, incluso lo había cargado, pero solo el cuerpo, la cabeza llena de serpientes no la había visto puesto que verla era la muerte en piedra.

Aspacia sin embargo se acercó lentamente al monstruo, ella se sentía más horrible que la apariencia monstruosa de Medusa, por haberle causado a esa inocente chica tanto daño. Despacio y sin asustar al alma de Medusa se paró frente a la cruelmente castigada muchacha y colocó el granito de granada en la boca de ella. Inmediatamente un remolino de cenizas comenzó a levantarse en torno al monstruo cubriéndola por completo, y cuando este menguó, apareció la hermosa chica de ojos turquesas y cabellos negros, vestida con una hermosa túnica negra. Malco miró a Medusa y su ser se inundó de gozo, estaba feliz de ver a la chica que había conquistado su corazón.

- Bueno, ya que la maldición fue rota.- dijo el Dios.- permitiré a Medusa vivir en los campos Elíseos

- Mi señor .- intervino la cortesana.- yo tengo una propuesta para usted

Medusa y la cortesanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora