"no me gusta tu novia"

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Los días habían pasado y Malco no había vuelto a visitar la casa de citas.

Aspasia se había enterado de que su amado, había permanecido una semana más, que el resto de pretendientes de Medusa por petición del señor Demetrio dueño de casi toda Gortina, padre de la mujer que quería separarlo de ella.

Pero de eso, ya había pasado días, ella sabía por una de las chicas que vivía en su casa, que el barco en el que llegó Malco, había arribado hacia cuatro días y él no había ido a buscarla.

- ¿qué es lo que pasa?.-se preguntaba, Aspasia, mientras caminaba de un lado a otro.- ¿por qué no viene?, la noche ha llegado y Malco no llega.- repetía la ansiosa cortesana.

- tranquila Aspasia.- indicó Berenice, una chica de cabellos castaños, no tan bella como Aspasia, pero muy agradable a la vista, que vivía en casa de ésta y compartía los mismos gustos por la vida libertina.

- ¡no! ,no quiero tranquilizarme, ¡quiero verlo!.- dijo desesperada la rubia, voy a ir a su casa, voy a tocar su puerta, él saldrá y todo será como antes, ya lo verás.

- ¡estás loca Aspasia!.- se asustó Berenice, sacudiendo a su amiga, si vas a esa casa, lo único que conseguirás es que te echen agua hirviendo, tú sabes mejor que nadie que nosotras no somos bienvenidas, que si los hombres vienen aquí es a escondidas, y aunque todos ellos saben quienes somos, jamás admitirán en público que nos conocen.

- pero él es diferente, el me ama.- manifestó Aspasia, tratando de convencerse más a sí misma, que a su amiga.

- vamos amiga, aquí en el salón hay cientos de hombres que mueren por ti, puedes escoger el que tú quieras.- alentaba Berenice a su amiga.

- ¡no, yo lo quiero a él! ¡solo a él!..- respondió Aspasia llorando

- está bien Aspasia, yo te ayudaré, yo voy a ir con una nota tuya, y se la daré a una de los esclavos de la casa.

- gracias amiga.- dijo la rubia, abrazando a la castaña.

- ya vamos deja eso y escribe de una vez la nota, sonrió Berenice.

Aspasia corrió hacia el buró, sacó un pergamino y una pluma y empezó a escribir en él. La letra era burda debido a la pobre educación que como mujer había podido adquirir, sus trazos eran toscos, se podría decir que parecían un montón de patas de arañas pero aun así los escribió con mucho amor, tratando de hacerlo, lo más prolijo posible.

- ¡ya está ¡, al fin.- dijo entregándole la nota a la castaña.- por favor amiga espera allí , hasta que te dé una respuesta.

- muy bien así lo haré.- dijo Berenice, mientras se colocaba un chal sobre los hombros...nos vemos.

La noche era oscura y fría pero la fiel castaña, caminaba con paso firme en dirección a la residencia de Malco.

El gran portón de madera oscura, reflejaba el lujo y opulencia que dicha residencia tenía.

Tímidamente Berenice toco la campanilla y espero a que un esclavo abriera la puerta.

- tengo una carta para el joven de la casa, por favor entrégala y yo esperare por la respuesta.

- bien .- respondió el esclavo.- y le cerró la puerta en la cara a la mujer de dudosa reputación.

El esclavo caminó rápidamente hacia los aposentos de su amo.

- Mi señor, han traído un pergamino para usted y la señorita que la trajo está esperando la respuesta afuera.

- Androcles, ¿es Aspasia la que está afuera?.- preguntó el joven

Medusa y la cortesanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora