Ciudad de Atenas

500 19 0
                                    


Ciudad de Atenas:

Entre tanto en la ciudad de Atenas, una mujer lloraba amargamente sobre sus sabanas.

- no me importa que te vayas a casar

Lloraba Aspasia, una cortesana que vivía en la ciudad de Atenas, una mujer de una singular belleza e inteligencia, contaba con unos 25 años de edad, y solía acoger a la elite de hombres de Atenas y se codeaba con ellos de igual a igual.

- ¡no me importa!, tu eres mío, solo mío, ninguna niña tonta me va a quitar tu amor, ni ese tonto matrimonio que tu padre te quiere obligar a realizar, no, no significa nada, ¡NADA!, ninguna niña rica podrá quererte como yo lo hago.- lágrimas de rabia, caían sobre las mejillas de la cortesana.

Gortina:

A la mañana siguiente en la isla de Gortina, mi padre daba la bienvenida a nuestros huéspedes

- buenos días distinguidos jóvenes pretendientes, hoy podrán visitar los terrenos de Gortina y conocer mis tierras.

- mi señor.- interrumpió uno de los pretendientes.- cuando conoceremos a su hija Medusa, hemos oído que es una doncella muy bella, la más bella de todas.

- Sí, es cierto.- Apoyo otro pretendiente.- mi padre me ha dicho que es más bella que la misma Diosa Atenas.

- tranquilos mis ansiosos Jóvenes.- respondió mi padre sonriendo e hinchando el pecho de orgullo .- hoy durante la cena, conocerán a mi hija Medusa y les aseguro que los rumores son ciertos, ella es mucho más bella de lo que se dice, mucho más bella que la Diosa Atenas, ...pero por ahora disfruten del paseo y luego de la suculenta comida.

Entre tanto en mi habitación, una hermosa vestimenta era preparada para la presentación a mis pretendientes.

- mi niña deja de moverte.- resondraba mi nana, tratando de volver a coger la esponja para continuar tallando mi espalda.

- nana es que el agua está muy fría.-trataba de explicar mientras mis dientes sonaban cual castañuelas y todo mi cuerpo tiritaba.

- vamos niña, que ya solo falta enjuagar tu precioso cabello.

Una vez que salí del agua, dos esclavas me cubrieron con hermosos mantos de lino y comenzaron a secarme tanto el cuerpo como el cabello, yo observaba el hermoso vestido turquesa que yacía sobre mi cama, un vestido que había sido elaborado por varias esclavas durante meses.

Una vez lista, mi nana colocó unas pequeñas florcillas blancas sobre mi cabello para adornarlo, me condujo, hacia una enorme placa de plata, muy pulida y con mucho brillo que usábamos como espejo, ésta tenía unos pequeños relieves decorativos en los bordes y en ella vi mi reflejo.

Yo era una joven de piel bronceada por el sol, de una figura fina y delicada con suaves curvas, de cabellos negros, recogidos en un medio moño que dejaba caer unos bucles en cascada, de ojos celestes turquesa enmarcados por unas delgadas y bien definidas cejas, la imagen que veía reflejaba alegría, estaba contenta llena de emoción, me sentía feliz, me sentía la mujer más bella de la Tierra y estaba ansiosa por conocer a mis gallardos pretendientes.

- ¡mi niña, estas bellísima!.- exclamó mi nana

- gracias nana.- me siento muy bella hoy.- respondí

- y ese vestido color turquesa combina a la perfección con tus ojos.- murmuraba mi nana mientras daba vueltas inspeccionándome para ver si había algo fuera de su lugar.

Medusa y la cortesanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora