"Quien sabe observar
encuentra poesía
hasta en un simple café..."La observó ahí sentada, solitaria, tomaba un café tan obscuro como su aura, no supo el porqué, pero sin siquiera detenerse a averiguarlo, emprendió los pasos que lo llevaron al lado de ella.
_¿Te importa si me siento aquí?_ preguntó ignorando todo el martilleo eléctrico en su interior.
Alzó su vista al moreno de bufanda ancha parado al costado de su mesa _¡Adelante! sin dudas serás menos peligroso que mi soledad_.
_Y más gracioso, te lo aseguro_ dijo tomando asiento frente de ella.
_Te advierto que soy muy exigente y no cualquiera me hace reír_ lo miró desafiante.
_Me ha dado cuenta, tú eres diferente, sé que de todos los que están acompañados, tú eras la única que no está sola_.
_Mi soledad además de ser una digna enemiga, suele ser una gran compañera_.
_También puedo recitarte un poema_dijo casi como un deseo _para compensar_ agregó.
_Creo que te irá mejor que con la comedia_ se cruzó de brazos esperando a que él la sorprenda_.
Antes que él diga algo, continuó.
_No quiero nada de Benedetti ni de Neruda, eso sería una total mentira, si en verdad quieres impresionarme, recítame algo de tu autoría o mejor ni lo intentes_ soltó llevando su mirada a la ventana empañada del rocío invernal.
Aquel muchacho la miró admirado y entendió su impulso enigmático.
_Podría decir que tus ojos no me miran por estar abiertos a un mundo ciego_.
Dirigió su vista de nuevo al moreno de mirada intensa y ojos tan negros como su café.
_Necesito ver al mundo de vez en cuando, para confirmar que lo mejor es ausentarme de él_.
_Estoy yo en él_ dijo algo dolido.
_Y hoy elegí salir de la cueva_ bebió un sorbo de su negro café.
_¿Destino o causalidad?_.
_Coincidencia cósmica, tal vez_.
_Llámalo del modo que quieras, después de todo, ya estamos acá_ se quitó la bufanda que comenzaba a ahogarlo ante el calor con el que lo miraba aquella mujer.
_Mañana seremos dos extraños nuevamente_.
_Lo somos justo ahora, pero tendremos algo en común, puede que usted me olvide o elija ignorar mi existencia, pero le aseguro, mi doncella, que yo llevaré desde hoy conmigo siempre su mirada, metida en el bolsillo de mis recuerdos fugaces inmortales_.
_Y de mi soledad ¿no piensa decir nada?_.
_Su soledad es tan afortunada, tiene esos ojos sinceros iluminándola todos los días_.
_¿Y cuando me duermo?_.
_Se muere el día para ella y es cuando descansa_.
_Sigo esperando el poema_ dijo dando el último beso a la dichosa taza de café.
_Está por culminar, no sea ansiosa_ dijo sonriendo de lado.
Ella sonrió involuntariamente.
_¡Ya!_ dijo y se puso de pie _mozo yo pago la consumición de la dama y perdón, pero le quedaré debiendo_ dejó sobre la mesa unos cuantos billetes y se fue con una sonrisa en el alma con sabor café.
El café fue el cómplice perfecto para el comienzo de algo que tal vez nunca comience, pero que existió.
Lola☕
~.~.~.~.~.~.~
<<<El café fue el cómplice perfecto para el comienzo de algo que tal vez nunca comience, pero que existió.>>>
1*4*3^&💙
ESTÁS LEYENDO
F r a g M e n t o s de un "Alma" en-te-ra.
RandomComparto en este libro, lo que hasta ahora sólo conocía el silencio, la oscuridad y mi almohada. Mis escritos pueden que no tengan sentido alguno, pero no deben tenerlo, deben ser sentidos que es diferente. Escriben mis dedos, pero los guía mi coraz...