Miedo a los cambios

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Llegué a casa y vi a mamá, de repente la perrita se tiró al suelo y saludó a mamá, que cariñosa era, decidimos llamarla Kiara, nos parecía un nombre precioso para ella. Me dirigí hacia la cocina y dejé todo lo que había comprado, seguidamente le pedí a mamá que me acompañara al veterinario así que, cogimos a Kiara y nos fuimos. Al llegar al veterinario más cercano la revisaron y todo estaba en perfecto estado de tal manera que la llevamos a casa y ya podíamos disfrutar de ella toda la vida, yo sabía que iba a ser una compañía muy grata tanto para mamá como para mí. Seguidamente, llegamos a casa y preparamos mi cena favorita y la que mejor sabía hacer pollo a la plancha con brócoli, vimos un poco la tele y nos acostamos, ya había sido un día demasiado ajetreado y necesitábamos descansar además mañana será otro día.

A la mañana siguiente me levanté de la cama, la hice y me fui a desayunar, al cabo de diez minutos recibí una llamada telefónica y para mi sorpresa era la tienda a la que había ido ayer, no podía creer lo que me estaba diciendo me habían cogido para el puesto, la verdad que no pude tener mejor suerte recién llegada, la verdad que ahora si creía un poco que mi vida iba a cambiar de verdad y estaba tan feliz. Así que mientras recogía el desayuno se lo conté a mamá, ella como era lógico se puso muy contenta aunque le preocupaba un poco el hecho de que esa misma tarde empezaba la universidad, pero yo la tranquilicé porque no pasaba nada ya que había hablado de eso con el dueño y bueno me quedaría a estudiar de madrugada si hiciera falta, todo lo que fuera posible por estar bien y poder permitirnos todo este sueño en el que somos participes. Cuando terminé de vestirme y asearme me hice una coleta y me fui al trabajo no quería llegar tarde el primer día. Tras la jornada de trabajo me sentí muy realizada y muy feliz me fue bastante bien y los dueños son muy amables al igual que la clientela que entraba en la pequeña tienda, pero ya es hora de dejarnos de rollos e ir a casa a comer y a cambiarme corriendo para ir a la universidad, no lo he dicho pero estaba demasiado nerviosa ya que era la nueva y siempre he tenido miedo a los cambios, porque jamás puedes saber cómo es la gente como te van a tratar si vas a hacer amigos, mil cosas, y sí, quizá me preocupo por cosas que quiera o no van a tener que pasar porque así es el caprichoso destino, y quien sabe lo que me deparará esta vez , aunque pensándolo mejor mientras no me vuelva a traer a un Hugo a mi vida me conformo. Llegué a casa me duche me cambié, esta vez me dejé el pelo suelto con una bandana, que me suele gustar bastante, comí y tomé el primer bus hacía la universidad los nervios seguían devorando mi estómago, a continuación, miré la clase que me tocaba y me dirigí hacia ella, me senté al lado de un chico alto con barba y ojos marrones, la verdad que era bastante guapo pero en estas circunstancias de mi vida que me importaba a mí eso. La profesora llegó y me hizo levantarme para presentarme, por dios que vergüenza pasé, después de esto comenzó a dar la clase y yo me replanteaba seriamente irme de allí porque entre la vergüenza, el miedo de lo nuevo, y el chico de mi lado tan callado no sabía dónde meterme pero espero acostumbrarme.


CONTINUARÁ......

Gracias una vez más por leer esto y gracias de nuevo a esas 100 personas que pueden disfrutar esto tanto como yo, chic@s ahora empieza lo bueno, DISFRUTAD!!!

La señal del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora