Es el último día de la semana, es la hora del almuerzo y eso significa que es la hora de la felicidad de nuestra pelirroja favorita.
Hasta que..
—Kagura Yato vaya a la sala de profesores.
—¿Por qué te llaman sin mí? ¿Ya me estas siendo infiel?
—Cállate-aru— dijo la pelirroja metiendo todos los panes que había comprado dentro de la bolsa —¡Ugh! odio esto...
La jovencita de ojos azules se despidió de su novio y de su amiga que se despidió agitando su mano Kagura emprendio lentamente el camino hacia la sala de profesores. Se quedó afuera un momento sin saber si era buena idea entrar... tal vez podría regresar y fingir que no la habían llamado, colocarse unos audífonos como su sádico novio para ignorar cualquier llamada por parte de su tutor...
Sin duda estoy aprendiendo malos hábitos- sonrió sin poder evitarlo Gin-chan tendría algo más para charlar con ella. Dudo un poco, la semana anterior habia logrado esquivar los intentos de charlas de Gintoki practicamente habian dias donde se quedaba a dormir con Soyo y un dia con su estupido hermano no mentiría no cerro el ojo en toda la noche el mayor la habia retado a diversos combates en videojuegos pidiendo revancha cada vez que uno de ellos perdia. Respiro profundamente y abrió la puerta para encarar a su profesor después de una semana de huidas.
—¿Gin-chan para que me llamaste a la hora del almuerzo?
—Porque ayer te llamé al terminar las clases y te escapaste —dijo el peliblanco mientras saboreaba la dudosa paleta de caramelo humeante —y no haré horas extras esperando en vano cuando puedo ir al pachinko, ¿Entendiste? —Kagura lo miro seriamente y abrió la puerta aprovechando que el pasillo estaba lleno de alumnos y profesores a causa del almuerzo.
—Oigan este profesor de mierda se pierde todas las noches en el alcohol y pierde el dinero en máquinas-aru.
—¡Maldita sea! ¡Cierra la puerta! —Él adulto se paró inmediatamente para tapar la boca de la menor y cerrar la puerta con ellos adentro de la sala de profesores —Y no cambies el tema ya sabes de que va nuestra charla, mocosa.
—Acerca de... ¿por que Sadaharu comparte tu amor por la leche de fresa?
—¿Que?
—Si-aru—respondió mientras asentía —nuestro Sadaharu creció diez centímetros ¿no es genial?
—¡Tu! —se jaló los cabellos en un intento de calmar sus intenciones asesinas —Todo este tiempo... creí que me tomaba la leche de fresa estando borracho.
—Si... —restando importancia al enojo de su tutor —si te sigues jalando el cabello tal vez se te vaya la permanente.
—¿En serio?
— Si... a una amiga le funcionó...— trató de mentir pero se arrepintió al ver la mirada sería de su tutor, tal vez debió decir algo más, pero la pelirroja sólo sabía que debía usar el peine cada día antes de salir de casa y sus rodetes porque los tenia desde que tiene memoria.
—Siéntate... le prometí a Tsukuyo-sensei que no te retendría mucho tiempo.
—¿Y si lo conversamos en casa?, no quiero perder clases-aru—esa excusa saco una carcajada a su tutor que la irrito más.
Las ideas se habían acabado.
—No creas que agrada conversar esto contigo... Pero te diré esto, tu y Souchiro-kun deben terminar.
—¿Qué? ¿Acaso te dio por imitar a los malos padres de las telenovelas que dan de cuatro a seis de la tarde?— reclamó levantándose de su silla.
—No había pensado en eso... ¡Mierda!... de ser así acabarías huyendo de casa con Souji-kun muriendo de hambre al ser un par de adolescentes sin estudios con hormonas alborotadas y tres hijos con feos nombres.
—¡Maldito permanente! ¿Tu eres el único con hormonas alborotadas!
—Lo entiendo, pero ¡Ustedes solo pueden agarrarse de las manos! ¿Entiendes? ¡Yo digo que deben tener un amor puro como dos niños de Inicial* que van de paseo agarrados de la mano! —indicó el profesor alarmado recibiendo una mirada aburrida de su "hija" la cual se dirigió a la puerta al escuchar la campana que indica el fin del almuerzo.
—¡Por tu culpa me perdí el almuerzo-aru!
—Si, si... —respondió vagamente el mayor sacando como si nada una torta capaz de alimentar a treinta niños en una fiesta infantil de su bata blanca. Dejando una mirada anonada a la pelirroja, ya que está fue sacada ilesa y no veía ningún desperfecto en su diseño simple
—Gin-chan ... ¿como has...
—Sólo eres una mocosa enamorada... ahora lárgate a la clase de Tsukuyo-sensei — el peliblanco la empujo a la salida —Quiero que le digas a Souchiro-kun que le daré la paliza de su vida si veo que te hace daño ¡Toma! — arrojo una cajita roja que ilumino la mirada de la joven al ver que era su manjar favorito, y cerró la puerta dejando a la pelirroja fuera.
—Gracias Gin-chan.
INICIAL* Los estudios de los niños de 3 a 5 años en Perú.
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HAPPY DREAM
Romance-Sí, siempre le rezo a Dios para que me dejes poner un collar en tu cuello como la buena perra que se que eres. -Tu... - ¿Qué sucede? -La gran Gura-sama te trae loco ¿no? -Reí maliciosamente -debería aprovechar y decirte que me beses los... Al despe...