HAPPY DREAM

LA VERDAD

Los tres hombres ingresaron a la habitación blanca siendo liderados por el que poseía la cabellera plateada quien mantenía una mirada firme hasta que choco con el azul de la menor.

—Kagura-chan, el doctor hablara contigo—dijo mientras daba unos pasos atrás. Acobardado.

— ¡Oye, si tu perdiste el piedra papel y tijera!

— ¡Calla Shinpachi! Lo he pensado y creo que debemos dejar que el doctor haga su trabajo. ¿Verdad doctor? A ustedes les encanta dar este tipo de noticias ¿no?

El galeno dio un suspiro. Había perdido el tiempo con esos dos aun cuando el se había propuesto desde un inicio a dar una de las tantas noticias difíciles que por desgracia tuvo que decir muchas veces en sus cuatro años de carrera. Se acercó a la pelirroja hasta quedar al frente de su cama, esta lo miraba con una cara de pocos amigos.

—Kagura-san, el estado de Okita Sougo...

— ¡Hola hermanita!—El pelirrojo mayor entro empujando a los dos varones, parándose a lado del doctor — ¡estoy tan orgulloso de ti! Al fin venciste a la cara de asesino. Como recompensa te comprare todo lo que quieras de comer. Tendrás el banquete que siempre soñaste.

— ¡Oye estúpido! No lo digas así... — Gintoki lo jalo del cuello de su camisa haciéndolo retroceder sin lograr que el pelirrojo borre su simbólica sonrisa.

La joven de cabello bermellón se ponía de peor humor cada vez ¿Que le habían dicho?

—Gin-chan ¿qué es lo que acaba de decir mi estúpido hermano? Se le fundió el cerebro ¿verdad-aru? el sádico... el sádico... él no puede... ¡Maldito vago me dijiste que estaba bien!

— ¡Kagura cálmate! Yo jamás te mentiría. Tú me preguntaste por su pierna y su pierna está bien, dígale doctor.

—Disculpe, no puedo permitir que diga cosas que pongan nervioso al paciente.

—Es mi hermana, puedo decirle lo que quiera, así que muévase.

—Kamui, déjala en paz —ingreso un hombre alto un poco más de un metro ochenta , cabellos castaños desordenados atrayendo la atención de todos— Tu hermano estaba muy preocupado—dijo esta vez dirigiéndose a Kagura.

—Eso no es cierto. Solo vine a ver si podía aprovechar la oportunidad para deshacerme del idiota que venía con ella, pero mi hermanita resulto no ser tan débil y me gano.

—Kamui cierra la boca—dijo Gintoki de manera severa para luego mirar al doctor permitiendo que continué.

—Kagura-san, la condición de Okita es...

— ¡Que se murió! —lo interrumpió nuevamente el pelirrojo ganándose unas miradas con reproches, sorprendidas, asustadas y una aburrida.

— ¡Él no está muerto! —aclaro el médico.

—Pero lo estará, doctor. Ustedes ni saben cómo ayudar al pobre chico —dijo confiado sonriendo como siempre.

—Kamui, cállate piensa en tu hermana—dijo Abuto ya cansado del comportamiento del pelirrojo.

—Pero ella siempre dice que lo odia y que espera que su vida sea miserable...

—Kagura-san necesito que hablemos a solas, junto a tu tutor— interrumpió al ver que su paciente buscaba con la mirada algo que arrojar al desubicado de su hermano.

—Yo soy su hermano—recalco Kamui al notar la intención del doctor en botarlo.

—Pero yo estoy a cargo de ella. Fuera—dijo Gintoki.