Capítulo 4

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-¿Crees que era uno de tus putos juegos?-me gritó llegando al edificio-

-¡Claro que no! Sólo quise ayudar-fruncí el ceño-

-Podía conseguir ese ascenso yo sola-reclamó algo ajetreada-

-Bajaré aquí-dije molesta-¡que pares, joder!

-No voy a dejar que una cría como tú se vaya otra vez de puta-la miré algo entristecida-

-¡Cállate, pelotuda de mierda!-cogí el volante para que frenara-

-¡Que dejes, pendeja!-gritó de manera frenética-

Al frenar las dos tuvimos un golpe, ella sobre el volante y yo con la ventana de al lado.

-¡Casi nos matas, cabrona!-reclamó furiosa-

Me salí del auto sin decir nada, ella tampoco se molestó en detenerme. Pronto tanto azoté la puerta del auto ella arrancó con fuerza, ¿qué mierda? ¿Acaso acostarme con uno de sus socios fue algo malo? Si ese ascenso le iba a resultar muy complicado y también se lo iban a dar en un par de años. Sólo digo, ¿por qué esperar tanto?

Entré en la casa con mis llaves pero de pronto un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, de pies a cabeza como si trataran de advertirme algo. Di la vuelta en mis tobillos y Craffer saltó hacia mí tapándome la boca con una mano y haciendo un ademán para que me callase. Sin embargo, yo empecé a gritar, temiendo por mi vida si es que me fueran a hacer algo malo.

-¡Que te calles joder!-susurró asegurándose de que nadie estaba en el departamento-

-¿Qué mierda me quieres hacer?-forcejee para que me suelte-¿No tuvieron ya suficiente?

-Por favor, cálmate-aseguró la puerta principal con las llaves-estoy sólo yo.

-¿Qué quieres?-bufee bastante enfadada-¿Cómo mierda entraste en mi departamento?

Sacó inmediatamente una pistola de su abrigo y me lo pasó notando que tenía un poco de sangre manchada, recordé entonces a mi portero que sabe Dios qué es lo que le habrá hecho éste psicópata.

-¡¿Qué mierda le hiciste?!-grité-

-No le hice nada, joder-siguió en susurros-sólo lo espanté un poco para que me dejase pasar.

-Eres un psicópata-reclamé-fuera de mi departamento.

-Escucha, niña...-me miró a los ojos-tienes que dejar que me quede aquí.

-¿Qué?-fruncí el ceño-

-La policía sabe que secuestramos a alguien en una casa-se encogió de hombros-

-Juro por Dios que no dije nada-se rió-

-Creo que todos sabemos eso-me sonrió-pero aún nos están buscando.

Caminó hacia la ventana del salón algo abrumado.

Me estaba pidiendo algo imposible, seguramente es otro sueño del que debo despertar-aseguré-pero no quiero que él me meta en problemas, y aunque pudiera hacerlo, sé que la idiota de mi hermana no me dejaría.

-Te tienes que ir-le devolví el arma-no quiero que te vuelvas a aparecer en mi vida.

-No me digas de que aún guardas resentimientos, cariño-acarició mi mejilla-de ser así tendré que pedirte una disculpa.

-¿Una disculpa?-reí nasalmente-¿Por qué? ¿Por haberme golpeado hasta más no poder o por ser unos psicópatas que casi me matan?

-No seas exagerada, aunque hubieramos tenido la oportunidad de matarte, te aseguro, no lo hubiéramos hecho.

El Maniaco ObsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora