23 de Noviembre de 2025 - 12:00 PM
Vestida de blanco una vez más, es como me encuentro en este momento, me miro en el espejo de cuerpo completo que hay en la habitación y me gusta realmente como me veo, creo y sé que me gusta mucho más esta imagen de mi, a la que fue hace cinco años. Sí, cinco años son solo dos palabras, pero para mí han significado cambios completos en mi existencia, momentos de tristeza, pero más de profunda alegría.
Fue doloroso perder a mi padre, enterarme de esos secretos que hoy me hacen ser feliz, perder a mi madre y a mi hermana, que no me pueden perdonar haber aceptado lo que ellas llaman, “La locura de un moribundo”, pero ya no me extraña.
No pensé que mis amigas estarían del lado de Shakir y lo defenderían por encima de mi amistad, pero aún así no me arrepiento de dejarlos, no puedo hacerlo teniendo en este momento tantas cosas en mi vida.
Sonrió una vez más al ver la imagen que proyecta el espejo, amo todo lo que tiene que ver con mi familia, se me hace increíble que ya cinco años después al fin nos estemos casando y es que realmente esto no representaba más que un formalismo para nosotros, pues nuestro amor es tan grande que no hay papel que pueda decirme cuán enamorada estoy del hombre con el que hoy me voy a casar, no hay papel que pueda unirme más al hombre que amo.
—¿Estás lista? —Pregunta a mi espalda Romina, entrando en la habitación.
—Si, lista. —Asiento sin dudarlo y giro a verla, se ve muy linda en su vestido coral. Sonrió una vez más cuándo los dos pequeños ingresan correteando en la habitación, ya que su madrina dejo la puerta abierta.
—Mami, mami. —Dicen ambos corriendo hacia mi. Me hincó para levantarlos, pero inmediatamente Romina me hace levantarme y los alza ella. —¡No tita, mami! —Se quejan.
—Si, niños, mamá no debe cargarlos. —Dice divertida mientras ambos niños se cruzan de brazos y hacen pucheros.
—No es para tanto, Romi, estoy embarazada, no discapacitada. —Me quejo acercándome para quitarle a uno, pero ella niega.
—Si, pero ese bebé ya está grande y pueden lastimarlo. —Zanja mirándome sería.
—Ustedes son unos exagerados, ¡Me chocan! —Exclamó exasperada y voy hacia el mueble en el que eh dejado el velo.
—No te enojes, es por el bien de ambos. —Murmura con tranquilidad. Por supuesto, no es ella a la que tratan como si fuese a romperse en cualquier momento.
—Yo jamás te negué que los cargaras cuando estabas embarazada de Annie. —Digo y es verdad. Hace cuatro años, poco después de la muerte de mi papá, ella salió embarazada.
Me acomodo frente al espejo y colocó el velo con cuidado sobre mi cabeza, me gusta este, definitivamente tener a Mia de ayudante fue bastante bien. A pesar de su corta edad, tiene un gran estilo y sentido de la moda.
—¿Se puede? —Pregunta la ya no tan suave voz de Henry, mientras abre un poco la puerta.
—Pasa, cielo. —Inmediatamente le responde Romi.
—Ya están todos listos. Álex, ya está un poco ansioso. —Dice con una sonrisa, mientras toma a Kyle, de los brazos de Romina.
—¿Solo un poco? —Pregunta Romi, claramente divertida a lo que mi hermano ríe asintiendo.
—Son malos. —Digo riendo con ellos.
[…]
Estar en esta situación nuevamente, me pone un tanto nerviosa, es extraño, siento que en cualquier momento alguien va entrar por la puerta e interrumpirá mi boda, luego analizo que es una idea tonta, pues Lex, me ama y yo a él, no creo que haya nadie que quiera separarnos después de cinco años juntos.
—Sus votos, por favor. —Pide el sacerdote.
—Mi amor —comienza Lex—, eres la mujer más impresionante a la que eh tenido la fortuna de conocer, sonríes a pesar de las dificultades y eres más fuerte que cualquiera, eres valiente y audaz, pero también eres sensible y cariñosa. Desde que te conocí me di cuenta de que jamás hallaría a nadie si quiera parecida a ti, por que eres única. Tu eres la mujer que amo, lo supe desde que te conocí, perderte fue horrible, vivir ocho años sin ti fue estar muerto en vida. Pero ahora que te tengo, no pienso dejarte ir nunca más. Prometo velar por ti, día y noche, amarte en vida y hasta la muerte, serte fiel, cuidarte y protegerte, ¿Aceptas ser mi esposa? —Cuestiona al concluir las palabras más bellas que jamás me ah dicho. Asiento sin dudar y el desliza el anillo por mi dedo anular.
—Lex, mi amor, te amo, te amo de una forma que no puedo explicar, solo se que lo que siento por ti es tan grande que no me cabe en el pecho, creer que me habías dejado me destruyo, fui la sombra de mí misma durante mucho tiempo, incluso cuando creí que que lo había superado —tomo sus manos entre las mías y le doy una sonrisa—, no tienes idea de la cantidad de veces que soñé este momento y justo ahora ruego por que no sea una mentira, no sea un sueño nuevamente, por que odiaría despertar y darme cuenta de que la familia que tengo hoy es una mentira, tu, nuestros hijos, Mia y Henry, por que ya son lo más importante para mí, vivir sin ustedes sería volver a ser nada. Mi amor, te amo, es lo único que puedo decir, te amo por ser quien eres, te amo por ser simplemente tu, y no me importa que no seas perfecto para el mundo, por que me basta con que seas perfecto para mi, ¿Aceptas ser mi esposo para el resto de la vida y más allá? —Pregunto y ya no puedo detener a una lágrima rebelde que decide escapar por mi ojo y deslizarse por mi mejilla. El asiente sonriente y veo sus ojos brillantes, el también esta emocionado.
Tomo la sortija que me tiende Romi y la deslizó por su dedo. El sacerdote continua y poco a poco la ceremonia continua, sonrió por que ahora ya estoy unida al hombre que amo por el resto de mi vida.
Fin
ESTÁS LEYENDO
¿Aun hay boda?
Short StoryDicen que el amor se vive con distinta intensidad cada vez. Dicen que el primer amor es el más intenso. Dicen que tienes a alguien destinado. Dicen que siempre hayaras una forma de llegar a él. Pero mi verdad, esa es que para mí el amor no se vive...