21 de Noviembre de 2020 – 11:00 AM
Veintisiete horas para la boda.
Miles de imágenes comienzan a llenar mi cabeza, todas después del accidente, en todas veo a mi padre diciéndome que él se fue, que me dejó sola, que no le importó que yo estuviese en coma por su culpa, veo a mi madre asentir a todo lo que me dice él, haciendo veridicas cada una de sus palabras.
Mi cuerpo parece recuperar la movilidad y contrario a lo que quería en un principio, corro hacia mi estudio y abro el último gabinete del mueble tras mi silla, marco la combinación de mi caja fuerte y saco la caja que hay ahí, la vació sin contemplaciones en el suelo, revuelvo todo en busca de la fotografía que me dirá la verdad.
Al encontrarla la observó con detenimiento, es él, por supuesto que es él, puede que sus rasgos estén más marcados ahora, pero es el mismo rostro que ame en ese tiempo y que aunque no recordaba completamente en mi mente, mi corazón no olvidó por lo que sentí ayer, por lo que sentí durante toda la noche.
Corro de vuelta a la habitación aún llorando, solo que esta vez ya no es de miedo, tristeza o negación, esta vez es de felicidad. Entró y lo encuentro ya despierto, tiene en sus manos una de las invitaciones de la boda, su rostro mira con incredulidad el papel que hay entre sus dedos.
—Yo...
—¿En serio eres tú? —pregunta levantando la vista en mi dirección, sus ojos no demuestran más que incredulidad.
—¿Quien más podría ser? —pregunto intentando sonreír entre lágrimas. No entiendo por qué pregunta algo tan estúpido—. ¿Por que te fuiste? —pregunto lo que de verdad me importa.
—¿Cómo es que estás aquí? —pregunta sin responder.
—¿Te sorprende que haya despertado? ¿Que haya seguido con mi vida? ¿Que no siga en esa cama en la que me dejaste? ¿Que esté viva? —cuestiono con la rabia comenzando a bullir.
¿Que se cree para volver a mi vida luego de tanto? A él no le importó que yo estuviese en una cama debido al maldito accidente que tuvimos, no le importó que yo diera casi la vida por él, me dejo para morir sola en esa cama y él se fue a seguir con su vida.
—Tu... tu padre... él me dijo que habías muerto... el día que desperté me dijo que fue mi culpa y... me obligó a irme de la ciudad... me cerró todas las puertas... hizo que me expulsaran de la universidad... me dejó en la calle —me mirá con incredulidad, sigue sin creer que este frente a él.
—¡No mientas! —grito estallando al fin—. ¡Tu te fuiste! ¡Me dejaste para morir en esa cama! ¡Te olvidaste de mí! ¡Yo jamás te importe! ¡Tu te fuiste y no te importo! ¡No culpes a mi padre por tus decisiones! —grito sin poder contenerme ya. Me derrumbó en el suelo llorando, esto es demasiado.
—¡No fue así, maldición! ¡Él me obligó a irme! ¡Nunca me quiso decir dónde estaba tu tumba! ¡No me dejó llorarte! ¡Me culpo sin remordimientos de una mentira! —grita estallando también, se deja caer en mi cama y entierra su cabeza entre sus rodillas—. No me digas que yo lo elegí, por que no fue así, yo te amaba. Eh sufrido cada minuto desde ese día tu falta —solloza y no sé si puedo creerle, no quiero ni debo hacerlo.
—Tu no me vengas a mi decir lo que es sufrir, cinco malditos años te llore, te extrañe, durante cinco años me encerré del mundo y vivía de tu recuerdo —digo levantando la vista para mirarlo, pero continua con su cabeza oculta—. Cinco años en los que no tuve un novio, en los que no me permití ser feliz por que estúpidamente creía que te estaría traicionando, fueron cinco años en los que espere una llamada, un mensaje, por lo menos un recado, tiempo en el que esperaba a diario encontrarte a la salida de la escuela esperándome sentado en la banca en donde siempre lo hacías. Así que no me digas lo que es sufrir, sentirse solo y vacio, por que yo lo viví por cinco años.
—T-te vas a casar —afirma lo obvio mirándome con dolor, mostrándome la invitación que tenía entre sus dedos cuando entre.
—Si —declaro con una seguridad que no tengo ya.
—Yo... es mejor que me... —el sonido del timbre lo interrumpe, miro el reloj veo que son más de las once, seguramente es Maddie, quede con ella de que hoy tendríamos nuestro último día de hermanas solteras, pues yo me caso mañana y ella en enero.
—Quedate aquí, sé quién es —murmuro poniéndome de pie, él hace lo mismo y ahí caigo en cuenta de que él solo viste sus boxers, niego desviando la vista y salgo de la habitación.
Limpio con mis manos las lágrimas, pero sé que mis ojos me van a delatar, corro a la puerta y abro sin mirar, grave error pues no es mi hermana la que está tras esta, me encuentro de frente a Shakir.
—¿Que sucede mi amor? ¿pasó algo? ¿estás bien? —pregunta preocupado tan pronto me ve y se acerca tomando mi rostro entre sus manos, mientras limpia con sus pulgares la poca humedad que aún queda en mis ojos.
—No es nada —trago saliva y hago amagó de sonreír—, es sólo que me puse un poco sentimental por que estaba viendo una película triste, eso es todo —aseguro tratando de sonar convincente.
—Me preocupe realmente amor, pero está bien, se que eres muy sensible —sonrie y me da un beso en la mejilla.
—¿Qué haces aquí? ¿no irías con Ilker, Mustafá y los chicos a tener su dia de hombres? —pregunto intentando parecer contrariada.
—¿Te molesta? No quería eso, es sólo que ellos planearon algo no tan bueno —Dios, dudo que ellos vayan a hacer algo peor de lo que yo hice ayer— y quería que supieras antes de ir, sabes que no me gustan los secretos y lo que no quiero es comenzar nuestro matrimonio con ellos —confiesa y realmente me parece tierno, quisiera reír, pero parece realmente atormentado por lo que sus ridículos amigos hayan planeado, se que varios de mis amigos están invitados así que no me preocupa, y sería hipócrita de mi parte pedirle que no vaya después de lo que yo hice.
—No te preocupes, te conozco, se que no importa lo que ellos hayan planeado, confío plenamente en ti y en tu juicio, anda, te estarán esperando —digo con una sonrisa. Él me mira con adoración y me besa. No es un beso como los que tuve anoche con él, los besos de Shakir, son suaves y rápidos, jamás apasionados y eternos.
—Por eso te amo, Catherine, te prometo que no haré nada para que tengas queja de mi —asegura haciéndome sentir mal.
—Bien, con cuidado —sonrio y beso su mejilla antes de que él salga y yo cierre la puerta.
—Espero que él no confíe en ti, pues de ser así ya le has fallado —dice Alexander apareciendo en la sala ya completamente vestido—. No quiero causarte problemas, así que mejor me voy.
—No te irás, no hasta que aclaremos todo esto —zanjo mirándolo desafiante. Él me mira encargando una ceja divertido.
—¿Qué cosa exactamente vamos a aclarar? —cuestiona caminando en mi dirección— ¿El pasado? ¿el que me haya ido a causa de tu padre? ¿el hecho de lo mucho que sufriste por que te abandoné? ¿lo mucho que sufrí creyendote muerta? ¿o la forma en la que te retorcias y gemías entre mis brazos hace unas horas? —concluye susurrando la última pregunta a unos centímetros de mis labios y besándome inmediatamente termina de hablar.
Entonces vuelvo a perder el juicio, enredo una vez más mis brazos en su cuello, él me impulsa hacia arriba sujetándome del trasero y yo respondo enredando mis piernas alrededor de su torso, una vez más nos veo moviendonos. Me lleva hacia la barra de la cocina y ahí me sienta, yo vuelvo a pelear con los botones de su camisa, mientras él se deshace de mi blusa y camiseta juntas, le quito el cinturón mientras él me quita los botines. Le suelto el botón del pantalón y a la vez que mi short desaparece, sus pantalones caen al suelo y él se los saca junto con sus zapatos.
Me levanto nuevamente y en el momento en que estamos por entrar en el pasillo que guía a las escaleras, la puerta se abre y un grito ahogado causa que separemos nuestras bocas y yo me desenrede de su cuerpo.
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¿Aun hay boda?
Cerita PendekDicen que el amor se vive con distinta intensidad cada vez. Dicen que el primer amor es el más intenso. Dicen que tienes a alguien destinado. Dicen que siempre hayaras una forma de llegar a él. Pero mi verdad, esa es que para mí el amor no se vive...