Mourn is an Obsession (YoonMin)

Capítulo 19

El corazón de Jimin salto de felicidad cuando miro a Yoongi, saber que el ya lo reconocía, revolvía su estomago llenándolo de emoción y nervios, sin embargo todo duró tan poco cuando tomó a aquel chico de cabellos castaños y confección delgada, para abrazarle y besarlo.

Entonces su mundo volvió a nublarse, aquella sonrisa, esa cálida sonrisa que a su mejor amigo le había costado sacar, se borro en tan solo un segundo, tornando el momento de alegra a uno doloroso y decepcionante.

Sentía que el mundo se derrumbaría ahí mismo, sus ojos se llenaron de lágrimas casi sin querer.
Dejo de ver a Yoongi para ver a Kim, pues Namjoon se había puesto enfrente suyo, con la intención de que dejase de lastimarse mirando aquella escena.

– J-Jimin, mirame.  –Suplico el de test morena tomándole del mentón para alzarle un poco el rostro y lograr que le mirase.
Jimin le miro tan inestable, se sentía como un pequeño idiota en ese momento por sentir felicidad, sentía que se ahogaba por el gran nudo en su garganta.

– Y-Yoongi está... –Apenas pudo pronunciar.

– Vamos. –Nam tomo su mano y camino lo mas rápido que podía, intentando alejarse del lugar lo mas pronto posible.

Una de las cosas que Kim odiaba, era tener que ver a Jimin triste, verlo así le destrozaba, simplemente era algo que detestaba y reprochaba.

Llegaron a un pequeño parque donde obligo a Jimin a sentarse en uno de esos asientos de metal que usan los padres para ver a sus hijos jugar.
Quería calmarlo un poco después de haber llorado todo el camino, era hora de animarlo.
Hincado frente el, retiró el helado que hace un rato le había comprado como recompensa al sonreír, miro a Jimin, tomo sus pequeñas y recientemente rechonchas manitas para acariciarlas, una de sus manos limpio aquellas lágrimas que odiaba ver debajo de sus bonitos ojos y luego acomodo sus propios lentes de cristal redondo, mientras soltaba un pequeño suspiro dispuesto a hablar con la intención de reconfortarlo un poco, sonriendo de forma cálida y sincera.

–Jimin ¿Te sientes mejor ahora?

Jimin mantenía la mirada baja, miraba sus manos, esta un poco distraído con ellas, sin embargo alzó su mirada cuando escucho a su amigo hablarle.
Se soltó de las manos de Nam con cuidado y se limpio los ojos mientras asentía.
Pasaron algunos segundos antes de volver a hablar, ¿por que había permitido que el silencio los dominara?

– Jimin... Por favor dame una oportunidad.

Finalmente declaro Namjoon volviendo a tomar sus manos, Jimin ahora lo miraba sorprendido. Una cosa era el querer ayudarlo a salir de los problemas con Yoongi pero otra era el sincerarse y pedirle una cita.

Nam sabia que no era el chico más guapo del mundo, pero también sabia lo que quería y el quería a Jimin.

– N-Nam... –Le miro el menor con impresión en su rostro, sus ojos brillaban por las lágrimas y sus mejillas estaban sonrojadas por haber sido talladas tantas veces por sus manos.

– Y-yo se que no soy tu tipo ideal... Se que no soy como Yoongi, ni soy guapo, ni...

– No es eso Nam, no me importa tu físico creeme que eres incluso mas guapo que el. Es sólo que... y..yo... N..no puedo ahora, no me siento bien. –Jimin intento levantarse pero Nam no soltó su mano haciendo que el se sentara de nuevo.

– Jimin... Entonces dejame enamorarte. N-no quiero que me sigas viendo como amigo. Por favor, dejame luchar por ti... –Expreso Nam mirando la mano que tomaba, estaba hincado, ahora con menos esperanzas que antes.

– N-Nam...

Nam suspiro resignado, soltó su mano poco a poco y finalmente comenzó a levantarse, era inútil que intentara algo, nunca había logrado que alguien le quisiera, nunca tenía una oportunidad, ¿Que le hacia pensar que la persona mas hermosa del mundo se la daría?

– Lo siento Jimin, tienes razón... debes pensar que estoy loco. No debí decirte nada de esto

– N-nam...

– ¿Um?

– De acuerdo... –Susurro una vez mas.– P-puedes hacerlo... Aunque quisiera que entendierás mi situación. N-no me siento bien ahora para aceptar una relación contigo o con alguien más. Será difícil...

NamJoon sonrió tan amplio y lo abrazo con fuerza.

–Gracias Jimin...

⚘⚘⚘

Después de consolar a Jimin, Nam lo llevo a su casa, claro que su madre no lo dejo ir sin antes llenarlo de comida.

Kim se sentía tan emocionado, no podía creer que podría intentar enamorar a Jimin, por fin tenia una pequeña oportunidad. El siempre cuido de Jimin y se preocupaba mucho por el cuando pasaba algo, aunque a veces se sentía mal por no poder hacer mucho por el, se sentía feliz por ser su amigo.

Eso cambiara...

El enamorado chico llego a su habitación, dejó su pesada mochila en su cama, está estaba llena de libros y materiales escolares.
Corrió a su escritorio e hizo a un lado un montón de trabajos que tenia justo en el centro de la mesa.
Se sentó, tomo un cuaderno de marquilla que tenia escondido en uno de sus cajones y un lápiz de punta fina.

Trazo un circulo para comenzar con el boceto, trazo lineas, trazo curvas bien definidas y dibujo a Jimin con todo fin de detalles, tan hermoso y perfecto como lo recordaba.

Iba a la mitad cuando escuchó que tocaban la puerta de su habitación, tan rápido como pudo escondió su cuadernillo lleno de dibujos de Jimin y tomó un libro para actuar como si leyera.

– Adelante...~

–Perdón por molestarte Kim. –Era su padre, siempre tan educado y estricto, de traje y con esa mirada sin una pizca de empatía.– No olvides que mañana debes ir a clase de ingles, debes estudiar para los exámenes que te harán, también te metí a un curso de clases avanzadas en Seúl, son los fines de semana, es excelente ¿No crees?. Espero estés estudiando y no te estés haciendo tonto.

Nam suspiro e hizo una mueca, ha ido a más de 8 cursos durante el ultimo año, ya estaba cansado de ir cada fin de semana y no tener tiempo de hacer lo que los chicos normales hacían como dormir todo el día, jugar o quizá salir mas seguido a dar la vuelta. Sus días estaban llenos de tareas y responsabilidades.

– Papá... –Su intención era negarse pero enseguida fue callado con la voz demandante de tu padre.

– Vuelves a hacer esa mueca y no respondo. –Amenazo señalando sus labios.– Duerme, nos vamos a las 5 de la mañana.

Entonces se fue, el moreno suspiro y se recostó en el libro que tenia abierto en la mesa, sus ganas de seguir dibujando se habían opacado. Quizá era mejor dormir.