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Abrió los ojos cansado. La luz del día le golpeaba directamente a los ojos y se sentía jodido. Quería dormir, quería respirar, quería que todo lo que le jodía se valla a la mierda porque sí, Min Yoongi estaba tan jodido que si fuese por el mismo no despertaría nunca.

Por la noche había ido nuevamente. Tenía la esperanza de que esta vez le dijeran que sí, de que aceptasen pagar un buen precio por su música. Pero no fue así. "Tus beats no tienen sentido", "tu música es agresiva", "tus letras no riman", "no hay versatilidad". No hay versatilidad y sus cojones. No se consideraba un generador de arte, pero vamos, eso no estaba tan mal. Lo peor de todo e s que terminaba cediendo, terminaba aceptando la miseria que le daban por su esfuerzo. Pensaba en rendirse, en mandarlo a la mierda. Pero no podía, no a estas alturas.

La noche estaba oscura y bastante nublada. Con lo que nunca contó fue con la densísima lluvia que comenzó a caer. No estaba abrigado y el frío le colaba hasta los huesos. Se abrazó a sí mismo de camino a casa, estaba enojado y totalmente empapado. Todo pudo ir muy tranquilo hasta que dos idiotas empezaron a seguirlo. Cayó en cuenta que la ropa que había elegido ese día tampoco había sido la correcta, es decir ¿quién no intimidaría a un rubio de chaqueta rosa con pantalones grises? Era el punto perfecto para cualquier imbécil que andaba por altas horas de la calle. Y no fue la excepción. Empezaron a joderle, a decirle que era una nenaza y que se veía divino. La sangre le hirvió y cometió su primer gran error de la noche: mandarlos a la mierda. La calle estaba completamente desolada por lo que no fue complicado que los idiotas lo jalaran hacia un pequeño callejón que daba entre dos edificios. Sí, lo golpearon y él se dejó. No se movió, no se quejó. Solo se dejó.

Cuando creyeron que ya era suficiente, lo dejaron tirado en medio de la basura. Quería gritar, quería llorar, pero no pudo. Ningún sonido le salía de la boca, solo pequeños hilos de sangre que recorrían sus finos labios. Con la única fuerza que le quedó, tomó su móvil y marcó el primer número que encontró. Tenía fe en los chicos, tenía fe en que le contestarían el móvil y viniesen por él. Pero nada. Tal vez andaban en sus propias mierdas para involucrarse en las ajenas. Al único que le faltó fue a Seokjin, su móvil fue el único que timbró y se sintió aliviado. Al quinto tono al fin se le dio por contestar, se sentía tranquilo hasta que una voz muy aguda fue la que contestó: Haeun. No quería lidiar con Haeun, no quería tampoco pedir su ayuda. Ella era tan bonita que no podía verlo así, no en ese momento al menos. Cometería un gran error si le respondía o pedía ayuda, así que solo se limitó a colgar.

Tomó su móvil y lo puso delante de él, sus manos se movían sin querer y decidió arriesgarse por última vez. Al segundo timbre contestó. Sonaba cansada y con una voz muy débil. Le dio su ubicación y le pidió que por favor se diera prisa. Ella le colgó. Dejó su móvil a un lado y sonrió. No iba a venir por él, no se tomaría el tiempo de venir por alguien que le trataba como si fuese cualquier cosa menos una persona. Era extraño, se arrepentía de haberle llamado y de sonar tan dolido. Pero estaba bien, lo extraño era que se sentía confiado en ella y cerró los ojos. Se imaginó en su habitación, dormido, sin la lluvia golpeando sus heridas, oyendo los gritos de sus dos compañeros de casa a través de la puerta y se calmó.

No tenía noción del tiempo, así que fueron cinco minutos en lo que sintió como alguien trataba de jalarlo con todas sus fuerzas. Se golpeó con una esquina y se quejó, oyó un lo siento y se sorprendió. De seguro estaba alucinando o, en el peor de los casos, le estaban secuestrando. Lo tomaron de los hombros y lo dirigió al auto. Caminaban muy lento ya que él no cooperaba y trastabillaban cada paso. Con mucha delicadeza, trató de abrir la puerta e introducirlo en el asiento del copiloto, le acomodó y le puso el cinturón. Tenía los ojos cerrados, pero estaba muy consiente de los movimientos que ejercían sobre él.

Toda la conciencia vino a el cuándo la nariz de Baram golpeó la suya al intentar alejarse. Ella se quedó un rato inmóvil, sintió como su mirada caía en cada herida que tenía en el rostro y se alejó.

Because Of You ⇝ Min YoonGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora