02 | Casualidad

4.6K 334 26
                                    


NATALIE

La almohada de mi derecha vibra repentinas veces y lo agarro acostumbrandome al brillo de la pantalla.

De Delfi:

¿Como estás?

¿Podes hablar?

Para Delfi:

Llamame:)

Unos segundos después el tono de una canción de twenty one pilots suena por toda la habitación.

Hola hola — dice apenas le atiendo.

— Hola — digo entre un bostezo.

Uh... ¿Te desperté?

— Si, pero todo bien — me acomodo mejor en la cama.

— ¿Tu papá? Va no se como se puede llamar padre a esa mierd...

— No se — le corto — debe estar tomando... como siempre.

— ¿¡Cuando mierda vas a dejar esa casa!? — me grita

— Delfina — le advierto — ¿Llamaste para hablar de mi papá?

No.

— ¿Y entonces?

Esta noche la cmk hace una fiesta — me dice y yo suelto otro bostezo — ¿Queres venir?

Lo pienso detenidamente... dios ¿hace cuanto no salgo de joda?... ni siquiera me acuerdo.

— Si — le digo.

— ¿Segura? No quiero que te metas en quilombos.

— Tengo 17 años — le digo — No me puede tener toda la vida siendo una sumisa.




•••


Me miro al espejo y me siento conforme con mi atuendo.

Me gustaría salir de top o con alguna remera sin mangas, pero los moretones de mi abdomen y de mis brazos no son dignos de mostrar.

Mi celular anuncia un nuevo mensaje y lo abro.

De Delfi:

Un amigo de Marcos te pasa a buscar.

En 10 esta ahí.

Para Delfi:

Ok.

Guardo todo en una mochila y me pongo la capucha del buzo; es costumbre ponerme capuchas, las amo y me siento segura.

Salgo con sumo cuidado de mi cuarto y camino de puntitas a la puerta.

— ¿A donde carajo vas?

Su voz hace que todo mi cuerpo se ponga alerta.

— Salgo con Delfi — digo con voz ahogada.

— No — se acerca a mi.

— Papá por fa...

Una cachetada impacta en mi mejilla y me sobo instantáneamente la zona afectada.

— ¿Te pensas que vas a hacer lo que quieras? ¿que te manejas sola? — me agarra de los pelos tirando de ellos con fuezas, yo ahogo un grito de dolor — Igual de puta que tu mamá sos, por eso ella te abandonó.

Ya a estas alturas mis ojos estan rojos de tanto aguantar las lágrimas.

— ¡Deja de mentir! — le grito — Los abuelos me dijeron que vos me alejaste de ella.

Me agarra del cuello y lo apreta apoyandome contra la puerta.

— Mis papás mienten — me dice — fue una zorra y te dejo, y yo todos estos años te cuide.

Que gran mentira. Me maltrata desde que tengo memoria... pero ahora de grande se intensificó.

Su agarre se hace mas fuerte y no puedo respirar bien.

Te mataría justo ahora — susurra cerca de mi cara.

Con las pocas fuerzas que tengo le meto un rodillaso en sus partes íntimas y aprovecho para salir corriendo del departamento.

— ¡TE VOY A MATAR PENDEJA DE MIERDA!

El no me sigue.

Abro la puerta principal y el aire frío me golpea el rostro.

¡Idiota! me repito.

Le doy golpes a la pared blanca y siento que mis nudillos van a sangrar en cualquier momento.

— ¡Hey! — me grita un chico — Quita bestia — me abraza de atrás sosteniendome los brazos para que deje de lastimarte.

— ¡Soltame!

— Primero respira y después de que te calmes te suelto — me dice en mi oído.

Respiró hondo un par de veces y el va soltando su agarre.

— Eso — me dice y termina de soltarme — ¿Ya estas bien?

Asiento.

— ¿Sos Natalie? — pregunta y recién ahora levanto mi cara para observarlo bien.

Es el chico que me dio los doscientos pesos.

— Si — le digo.

— Me dijo Marcos que te pasara a buscar — me dice — curioso que vivas en el mismo departamento de mi ma... ¿que te paso en el cuello? — se acerca a tocarlo pero me alejo — ¿estas bien?

Asiento y el capta la idea de que no quiero hablar.

DANIEL

— Supongo que te voy a ver después — le digo cuando llegamos a la casa de Marcos.

— Seguro — me dice ella — y de nuevo gracias por la plata, cuando tenga te lo devuelvo.

Le sonrió.

— Ya te dije que no hace falta...

— ¡Eh Daniel! — el grito de Tego no me deja terminar de hablar.

— Anda... todo bien — me dice.

Me acerco y le dejo un beso en el cachete.

— Chau.

— Chau — me responde.

Doy la vuelta y camino hacia donde esta Tego, mamba y Joaquín.

— ¿Quien era? — pregunta Joaquin — Estaba linda.

— ¿Pensas todo el tiempo en cojer? — le pregunta Tego.

— Seguro vos no.

— Por supuesto que si — le dice Tego — pero no todo el tiempo y tampoco lo digo a cada rato.

— Chupame la pij...

— We — los interrumpo — Ya esta.

— Perdoname — le dice tego.

— No wacho, perdoname vos — le dice Joaquín y lo abraza.

Suelto una risa y mamba tambien.


NATALIE

— ¿Que hora es? — le pregunto a Delfi.

— Las cinco y cuarto — me responde.

A la mierda... llegue aca a la 1 y ya son las cinco.

— Me voy yendo — le digo y ella hace puchero.

— Quedate en mi casa.

— No linda — le doy un beso y un abrazo — Nos vemos.

— Cuidate — me dice — Te amo.

Le sonrió y me pongo de pie para cruzar por toda la gente que esta bailando en la sala.

besos que curan ; dani © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora